Cura nonegenario irrumpe con su Fiesta en un concesionario y destroza dos Porsches

Jack Higgs tiene línea directa con Dios, en su condición de antiguo ministro pentecostal. Higgs, de 93 años, irrumpió el pasado lunes con su viejo Ford Fiesta en el aparcamiento de un concesionario de Porsche en Penarth (Reino Unido), dio una vuelta de campana y fue a caer sobre sendos Porsches que estaban allí aparcados: un Carrera II y un 911. El anciano fue encontrado ileso y cabeza abajo, tan sólo sujeto por el cinturón de seguridad. Los daños sufridos por ambos deportivos ascienden a 100.000 euros, 100 veces el precio de mercado del Fiesta agresor.

“Llevo conduciendo desde los 17 años y jamás he tenido un incidente, más allá de una multa de aparcamiento”, señaló Higgs una vez devuelto a su posición habitual. Jack salió por su propio pie del coche accidentado, se sirvió una taza de té y pidió una escoba para barrer los desperfectos, ante la estupefacción de los empleados del establecimiento. “Fue un milagro que saliera vivo. Yo lo achaco al poder de la oración y a que Dios cuida de mí”. De ti sí, amigo Jack, pero no de los Porsches.

Visto en Pharyngula

Jack Higgs tiene línea directa con Dios, en su condición de antiguo ministro pentecostal. Higgs, de 93 años, irrumpió el pasado lunes con su viejo Ford Fiesta en el aparcamiento de un concesionario de Porsche en Penarth (Reino Unido), dio una vuelta de campana y fue a caer sobre sendos Porsches que estaban allí aparcados: un Carrera II y un 911. El anciano fue encontrado ileso y cabeza abajo, tan sólo sujeto por el cinturón de seguridad. Los daños sufridos por ambos deportivos ascienden a 100.000 euros, 100 veces el precio de mercado del Fiesta agresor.

“Llevo conduciendo desde los 17 años y jamás he tenido un incidente, más allá de una multa de aparcamiento”, señaló Higgs una vez devuelto a su posición habitual. Jack salió por su propio pie del coche accidentado, se sirvió una taza de té y pidió una escoba para barrer los desperfectos, ante la estupefacción de los empleados del establecimiento. “Fue un milagro que saliera vivo. Yo lo achaco al poder de la oración y a que Dios cuida de mí”. De ti sí, amigo Jack, pero no de los Porsches.

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[Publicado por: sofa]

q mala onda