31 julio, 2008 - 15:42 - EL PAÍS
Desde la azarosa salida de Tati y Quieti del programa "Un, dos, tres, a leer esta vez", víctimas de una asociación de acondroplasia con muy malas pulgas, los comúnmente
llamados "enanos" han sufrido un ostracismo catódico que en nada ha
ayudado a su integración social. Esta circunstancia, unido al desgaste
de la figura del bombero-torero como único icono público de acondroplásico mediático, han hecho a que estas personas pequeñitas
se les haya puesto muy mal carácter y se hayan dado a deportes y
modalidades bárbaras para canalizar su odio a la sociedad. Ahí está la lucha libre de enanos, la guerra de enanos o las competencias entre enanos y elefantes para arrastrar aviones.
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