El cobrador del sari

El cobro de las deudas ha sido tradicionalmente una tarea de la que se encargaban “los muchachos”. El recurso a figuras folklóricas como el cobrador del frac, la Pantera Rosa, el cobrador del escocés o incluso la Némesis de todos ellos, el defensor del moroso, son el obligado resultado del monopolio de la fuerza por parte del Estado: ya que está feo partir las piernas al acreedor por lo menos lo pongo en ridículo. En la India, la labor de avergonzar a los morosos recae en la nutrida comunidad de eunucos (hijras), según cuenta el escritor Suketu Mheta en su imprescindible obra “Ciudad Total”, crónica negra de los bajos fondos de Mumbai, la Bombay que Mecano hermanó con Hawai.

Según describe Mheta en su larguísimo y trabajado reportaje, una de sus entrevistadas –Honey- recibía encargos más extraños de lo habitual entre los hijras:

 

“La asunción de que Money es un eunuco da lugar a extrañas proposiciones. Una vez un cliente que le había dado dinero durante quince días le dijo finalmente que quería hablar con ella a solas: “Quiero que llames a tus hermanos y hermanas, y que vayas a ver a un hombre que me debe treinta y cinco lakhs [medio millón de rupias]. Necesito recuperar ese dinero”. Money comprendió lo que quería. Si iba con sus “hermanos” y “hermanas” eunucos a la oficina del deudor, para cantar, bailar, maldecir y levantarse la falda, el empresario, avergonzado ante el mundo, pagaría.

(…) Poco después me fijé en el siguiente anuncio en la sección de clasificados de un periódico de Bombay:

 

¿¿¿Deudas pendientes???

¡¡Calma!!

Ya disponible con

UNIQUE RECOVERIES

Grupo entrenado de eunucos cultos

Que garantizan una pronta recuperación de los morosos.

Se aceptan solicitudes de particulares, bancos, empresas

 

Más noticias ambiguas:

 

-Baño para transexuales en Tailandia.

-De hombre a mujer…y otra vez a hombre.

-El sexo anal ya es legal en Singapur (pero sólo entre heteros).

El cobro de las deudas ha sido tradicionalmente una tarea de la que se encargaban “los muchachos”. El recurso a figuras folklóricas como el cobrador del frac, la Pantera Rosa, el cobrador del escocés o incluso la Némesis de todos ellos, el defensor del moroso, son el obligado resultado del monopolio de la fuerza por parte del Estado: ya que está feo partir las piernas al acreedor por lo menos lo pongo en ridículo. En la India, la labor de avergonzar a los morosos recae en la nutrida comunidad de eunucos (hijras), según cuenta el escritor Suketu Mheta en su imprescindible obra “Ciudad Total”, crónica negra de los bajos fondos de Mumbai, la Bombay que Mecano hermanó con Hawai.

Según describe Mheta en su larguísimo y trabajado reportaje, una de sus entrevistadas –Honey- recibía encargos más extraños de lo habitual entre los hijras:

 

“La asunción de que Money es un eunuco da lugar a extrañas proposiciones. Una vez un cliente que le había dado dinero durante quince días le dijo finalmente que quería hablar con ella a solas: “Quiero que llames a tus hermanos y hermanas, y que vayas a ver a un hombre que me debe treinta y cinco lakhs [medio millón de rupias]. Necesito recuperar ese dinero”. Money comprendió lo que quería. Si iba con sus “hermanos” y “hermanas” eunucos a la oficina del deudor, para cantar, bailar, maldecir y levantarse la falda, el empresario, avergonzado ante el mundo, pagaría.

(…) Poco después me fijé en el siguiente anuncio en la sección de clasificados de un periódico de Bombay:

 

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-El sexo anal ya es legal en Singapur (pero sólo entre heteros).