25 septiembre, 2008 - 19:46 - EL PAÍS
Los
ufólogos tienen unas cuantas cosas en común con los teólogos: ambos tienen como
objeto de estudio de sus respectivas disciplinas seres que puede que existan o
puede que no. Ambos son mesiánicos, en tanto confían en que el improbable objeto
de s estudio vendrá tarde o temprano para redimir a la Humanidad. Ufólogos
y teólogos son muy dados a los mártires y, cómo no, al maniqueísmo. Unos y otros,
finalmente, comparten una visión apocalíptica de la realidad, sin la cual su
mesianismo perdería pie.
Rafael
Palacios –más conocido como Rafapal- no
hubiera sido teólogo pero sí predicador vociferante de haber nacido en otro
siglo. Pero como nació en el pasado es aprendiz de ufólogo y consumado
conspirólogo…vociferante, eso sí. Su último libro lleva el equívoco título de
“Extraterrestres, el secreto mejor guardado” y digo “equívoco” porque se trata
de un libro sobre la Conspiración en el que “los amigos del espacio” actúan
meramente como hilo conductor.
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