18 septiembre, 2008 - 13:34 - EL PAÍS
Un albatros. Eso es lo que consiguió el veterano golfista Jim
Long, que falleció el pasado 7 de septiembre mientras afrontaba el décimo
hoyo –un par 5 de 436 metros- del Dunedin Country Club de Tampa (Florida,
EEUU). Dos días después, una comitiva de carritos de golf escoltaba las cenizas
de Long camino de la trampa de arena del fatídico hoyo 10, donde –con toda la
solemnidad que permitió la situación- fueron esparcidas las cenizas del finado.
últimos comentarios