Hace un par de semanas, cuando la poca vida jazzística de este país se centraba en un festival tan vulgar como el de Vitoria-Gasteiz, el líder y fundador de la Vienna Art Orchestra emitía un comunicado que anunciaba su disolución después de 33 años de actividad.
Me imagino que la mayoría de los que leéis esto estaréis preguntándoos de quién hablo y a quién le importa. Bien, supongo que ese es el problema, después de todo.
La Vienna Art Orchestra es la orquesta de jazz europea más importante de las últimas décadas, una formación de élite que se mantuvo toda su carrera en un nivel impensable para la mayoría de músicos de jazz. Desde su primera gran obra maestra, “The Minimalism Of Erik Satie” (hatOLOGY, 1984) hasta la última que publicaron, “Third Dream” (Extraplatte, 2009), la obra de la VAO fue madurando y enriqueciéndose, siempre en sentido ascendente. No importaron los cambios de formación o los diferentes caracteres de los proyectos; la composición, dirección y guía de Mathias Rüegg subió el listón de manera constante a lo largo de tres décadas, siempre con éxito.
Si creéis que exagero escuchad el dinámico “Art & Fun” (junto al disco de remezclas que lo acompaña), el lúdico homenaje a Eric Dolphy “Powerful Ways”, la sofisticación de “Big Band Poesie”, o el mastodóntico "3" que conmemoraba el treinta aniversario de la formación mediante un lujoso triple CD.
Esta obra define perfectamente el espíritu de la orquesta. El primer CD, “American Dreams”, está dedicado a trece mujeres norteamericanas, auténticos paradigmas del glamour, como Bette Davis, Jayne Mansfield, Rita Hayworth o Josephine Baker. El segundo, “European Visionaries”, invoca a trece pensadores europeos como Immanuel Kant, Erasmo de Rotterdam, Sigmund Freud o Albert Einstein. El tercero, no podía ser de otra manera, retrata trece parejas bajo el nombre de “Visionaries & Dreams”: Katherine Hepburn con Voltaire, Marilyn Monroe con Stephen Hawking o Grace Kelly con René Descartes. Esa unión imposible no sólo es musical y creativa, sino completamente ideológica e intencionada.
Eso era la Vienna Art Orchestra, un cúmulo de estímulos que partían del jazz y la música contemporánea para dejarse infectar por muchas otras doctrinas musicales.
En directo, la magia cobraba vida en cada concierto, con músicos que mostraron la misma inspiración, ilusión e implicación en todas las obras creadas por Rüegg. En su web uno puede encontrar algunos de sus interesantes diarios de gira y, hace años, la orquesta incluyó en algunos de sus discos una especie de cronología que mostraba el aspecto humano de una formación tan aparentemente seria. Así supimos que en el año de su fundación, 1977, el principal tema de discusión en el seno de la orquesta fue la anarquía, que en el 85 lo fue el dinero, en el 89 el divorcio, en el 94 el autocontrol y en el 96 los teléfonos móviles. Instantáneas y recuerdos que quizá no significan nada, pero que ahora parecen las pertenencias de un familiar desaparecido.
La crisis y la falta de actuaciones y de financiación han provocado su caída. Una caída digna, sin duda, aunque de poco (nos) sirve la dignidad ahora. Rüegg, un flemático caballero suizo, se despide como los grandes mediante una lúcida cita de Janis Joplin: “Freedom is just another word for nothing left to lose”. En los últimos diez años la VAO tocó en España con cierta regularidad, cubriendo un amplio espectro de la geografía de nuestro país, desde Andalucía al País Vasco, Cataluña, Madrid o Galicia. Si no les viste o no sabes quienes son, me temo que ya es demasiado tarde.
Hay 20 Comentarios
Y...¿cómo sería un festival de jazz con Bisbal?
Publicado por: Escupefuego | 10/08/2010 22:58:10
María del Mar: puede que te haya entendido mal, pero es que el pim-pam-pum con Marsalis desde hace años me hace saltar, sobre todo porque, para los que nos aficionamos a esto allá a finales de los 80, aquellos "young lions" vestidos de Hugo Boss fueron además los que sacaron al jazz de una época de escasa relevancia, producción justita y calidad frecuentemente discutible; sólo hace falta ver las grabaciones entre el 75 y el 85, los festivales que quedaban y las formaciones regulares de entonces. Esta gente le dieron empuje y calidad, probablemente arrinconándose en la tradición y haciendo de ella bandera, pero puede que entonces fuese la única salida. En todo caso, de aquello llegamos a esto, y no parece que el jazz, o la música improvisada en general, goce actualmente de tan mala salud, y parte de ello puede deberse a esa generación "conservadora". Como músico y trompetista, Wynton me parece extraordinario, y ciertamente, su único problema sea entender el jazz como un estilo "histórico" y el repartir carnets de lo que es o no es jazz, pero francamente, a mi eso me da lo mismo. Yo al menos no me vería con capacidad o sustento para permitirme denostar a un músico de su nivel con la alegría con la que leo en reseñas y críticas de prensa o en blogs, por parte de personas con una valía y formación escasamente contrastados.(Tenía que decirlo, perdona)
Respecto a los festivales, por mi parte lo que quiero es que les generen beneficios lógicos a sus promotores para que continuen; no me gustan, pero debo soportar a los pitingos, aunque eso sí, que no se venda esto como un concierto de jazz, o con influencia, o off-jazz, o lo que se quiera, porque no lo es. A partir de ahí, al que le guste, allá él.
Finalmente, vi a Cassandra Wilson en Sevilla días antes o después (no recuerdo) que en Granada. En efecto es una diva (ya, ¿y qué?); es una gran cantante, con una muy buena banda, y el concierto de Sevilla a mí me gustó moderadamente. He ido desde Huelva hasta el festival de Granada únicamente para ver uno o dos conciertos varias veces, creo que es un muy buen festival, y si para continuar el problema es programar una C Wilson al año, bendito problema. ¡Ojala tuviera yo ese problema en Huelva! Siempre que se emplee un presupuesto alto en traer a un artista de nombre para generar beneficios que puedan emplearse en otros conciertos de calidad, perfecto; y entre pitingos y cassandras, ...imagino que estaremos de acuerdo. Pero desgraciadamente sabes que un festival no puede perdurar dedicando ciclos de conciertos a Peter Brotzmann (permíteme la broma)
Y por favor, alegrémonos de que todavía existan marsalis, wilsons, jarretts o methenys que atraigan a público con conciertos y música de calidad, y que sirvan de puertas de entrada a futuros aficionados.
Un saludo
Publicado por: César | 10/08/2010 19:20:19
Creo, César, que no me has entendido.
La mención a Marsalis se refería únicamente a la cruzada que ha emprendido de "lo que es y lo que no es jazz". Como músico y como trompetista, Marsalis es un talento indiscutible.
No considero que desprecie a Cassandra Wilson, pero sí que es verdad que - aparte de que personalmente no me gusta -, creo que técnica y musicalmente no está a la altura de otros músicos de jazz con los que compartía cartel, y que por ello quizás no deberían haberla presentado como la estrella del festival y como reclamo para los no-aficionados. Por no hablar de la actitud de diva que la llevó a ofrecer sólo 40 minutos de concierto, en los que la banda que la acompañaba tuvo que empezar el conciertot con 2 temas hasta que ella salió, y que, cuando ella decidió irse, continuó tocando otros 2 temas... imagino que para intentar que la audiencia se sintiera un poco menos estafada.
Que sean populares o famosos no tiene nada de malo, e intentar que la gente se acerque al jazz, tampoco. Lo que no se puede hacer es una coca-colización de los - cada vez menos - festivales de jazz para abrirlos al "gran público", cuando se da la circunstancia de que la mayoría de la gente no tiene interés ninguno por el jazz.
No soy ninguna purista del jazz, estoy abierta a novedades y fusiones y me gusta ir a conciertos y comprar discos "a ciegas" (de grupos o gente que no conozco o que son nuevos para ver qué tal están, así conocí a la VAO ), pero creo que meter a Pitingo o a Vestusta Morla en la programación de un festival de jazz (encima, destacándolos más que al resto y gastando el limitado presupuesto en ellos en vez de en músicos de jazz) es poco menos que un insulto.
Personalmente, prefiero que los festivales de jazz ofrezcan conciertos para los aficionados al jazz antes de gastar el presupuesto en programar actuaciones que nada tienen que ver con el jazz para intentar abarcar a todo el mundo. Puedes llamarlo ellitismo o esnobismo, pero para mí es coherencia, sobre todo considerando los pocos festivales que hay y lo maltratado que está ya el jazz en este país.
En los festivales de pop se programa pop, no ciclos de sonatas de Mozart y death metal. Cada cosa tiene su sitio... y su audiencia.
Publicado por: María del Mar Illescas | 10/08/2010 17:04:42
Lo de la VAO es un simple y lógico problema de subsistencia igual al que sufrieron las big bands de los 30-40; que desaparezca es el dedo que apunta a la luna. No nos quedemos con este hecho, que es inevitable, (cualquier manifestación artística puede tener apoyos oficiales pero no puede sobrevivir de forma asistida mediante ayudas públicas) El fondo es que para nuestra desgracia hacían música que pocos queríamos oir, y quizás esto es lo que deberíamos solucionar. Despreciando a festivales más populares, a Wynton Marsalis o a Cassandra Wilson (mágníficos ambos) sólo porque son conocidos o famosos, se pretende hacer de esta música un reducto cerrado nuevos aficionados. Con este esnobismo o presunto elitismo de algunos echamos una palada de tierra sobre otras VAOs.
Publicado por: César | 10/08/2010 13:59:47
Perdón: error de concordancia y metonimia. Tipo trae-director. Saludos
Publicado por: Perdón | 06/08/2010 10:08:06
Este tipo de aventuras o incursiones, al margen de dónde nos lleven en el momento de elegir, traen satisfacción y destierran prejuicios. Muchas gracias por el esfuerzo del periódico y del especialista.
Publicado por: Gracias | 06/08/2010 10:03:40
El año pasado en Donosti tocaron Pitingo y Vetusta Morla, en Vitoria hay una estatua de Wynton Marsalis porque viene mucho por aquí, tanto que ya huele a ropero viejo la programación del festival de jazz de Vitoria. Sin pensar mucho podría daros casi el 60% de nombres del programa del año que viene (Corea, Marcus Miller, algún Marsalis, Metheny o Mehldau) vamos que todos son grandes con su música pero que no nos traten como a niños de 7 años. El jazz es una movida mucho más progresista que estar todos los años programando lo mismo y lo mismo. Yahve es un tío que busca y encuentra cosas muy interesantes como la Vienna Art Orchestra porque se cuestiona todo, busca y avanza, a mí me ha descubierto esta gran orquesta y mira si busco... Hay ciertos festivales que jamás van a tener huevos de traer cosas arriesgadas, interesantes y educativas solo porque ya tienen un status y no quieren perderlo, ese espíritu conservador me huele a rendirse a estar con un chandal y zapatillas de casa los domingos por la tarde, pues ya vale de siempre hacerlo a lo misionero y no sigo porque me caliento...más que la moto de Patti Smith!
Publicado por: el jefe | 05/08/2010 19:34:19
Yo era otro de los que no tenía ni idea, pero me ha gustado leerte ;)
Publicado por: concurso de acreedores | 05/08/2010 12:37:06
Perfectly aquare.
Blowhole.
Poor mr. rockstar.
Aún espero uno suyo de ruido. Lástima.
Publicado por: Cosa buena | 05/08/2010 10:50:45
Apuró usted pues yo era uno de los que no tenía ni idea. Grandioso enfoque. gracias.
Publicado por: Flow | 05/08/2010 10:28:14
En efecto Yahvé, "de quién hablo" es el problema "después de todo". Para ser la "la orquesta de jazz europea más importante de las últimas décadas" resulta, cuando menos, chocante que un diario como "El País" no haya dedicado una línea a su desaparición. Ya no digo a modo de obituario, sino de nota informativa en su sección de "Cultura" (prometo fustigarme si no la he visto o leído entre líneas). Si estamos ante "la orquesta de jazz europea más importante de las últimas décadas" o, al menos, ante una de las instituciones más relevantes, uno se pregunta si es que los Pirineos son tan elevados que no dejan pasar el aire o es que aquí vivimos ventilando el ombligo con abanicos.
No es exclusiva de "El País", es simple reflejo de cuáles son los parámetros de lo noticiable y reseñable a nivel cultural en este país; de cómo escuchamos año tras año (y los medios reflejan) que en festivales como el de Vitoria se escucha "el mejor Jazz del mundo" y, sin embargo, cuando una de sus mejores instituciones desaparece no hay una línea que nos informe. Si de veras aquí entrenamos nuestros oídos con "el mejor Jazz del mundo", ¿cómo es posible que no sepamos (re)conocer a los mejores?
Publicado por: Carlos Pérez Cruz | 04/08/2010 19:08:55
Me he quedado impactada con esta noticia. Recuerdo haberles visto hace 3 o 4 años en el festival de jazz de Granada - fue al primer festival al que acudí -, y me impresionaron. Desde entonces, se convirtió en una de mis Big Bands favoritas. Es una vergüenza que un colectivo así, con tanta calidad, desaparezca por falta de actuaciones y financiación. Muestra claramente de qué van los tiempos que nos ha tocado vivir, y qué es lo primero que se sacrifica.
Ojalá no sea un adiós, sino un "hasta luego".
La mención del festival de Vitoria...creo que pasa como con el de San Sebastián, y otros cuantos. Se ha hecho necesario traer a figuras que nada tienen que ver con el jazz (dando lugar a titulares tan jazzísticamente bizarros como "Pitingo y Concha Buika protagonizan la octava edición del Festival de Jazz") para hacer caja. Y encima, "protagonizando" el festival, por encima de verdaderos músicos de jazz con más talento y trayectoria. Y no, lo de "verdaderos músicos de jazz" no está dicho al estilo Wynton Marsalis.
En el festival de jazz de Granada pasa algo parecido, aunque no ha llegado a esos niveles de "prosaicidad": durante los últimos años, siempre hay una figura en el cartel que ha sido pensada para atraer audiencia y hacer caja (y así ha sido). Este año ha sido Cassandra Wilson, a la que han denominado "la estrella del cartel" y que ha cobrado mucho más que otros artistas muy superiores (Dave Holland, Chris Potter, Branford Marsalis), pero con menos poder de convocatoria entre la gente que no tiene mucha idea ni interés por el jazz.
Qué se le va a hacer. Hay que cargar con la parte "fea" de los festivales para poder seguir teniendo la que nos interesa.
Publicado por: María del Mar Illescas | 04/08/2010 16:21:34
Es una pena que desaparezca la VAO, pero la autoridad de quien escribe el artículo queda en entredicho al calificar de 'vulgar' el festival de Vitoria-Gesteiz. Está visto que la descalificación y menosprecio hacia lo propio es una de las cosas que más nos perjudican en este 'agraciado reino'.
Publicado por: Eduard | 04/08/2010 15:47:55
Es una pena lo de VAO, hacían buen jazz.
Por otro lado, si en un festival de música, sea donde sea, si se toca jazz (jazz sólo puede ser jazz, no puede ser otra música o ruido) nunca será vulgar. Otra cosa es que sea festival de jazz, y allí no se escuche jazz, entonces, obviamente es muy vulgar
Publicado por: Javi | 04/08/2010 15:44:22
No puedo creer que una formación como la VAO se disuelva por motivos económicos. Es lamentable que la cultura tenga que ivernar en tiempos de crisis mientras se rentabilizan polideportivos consagrados a actuaciones de "cantajuegos" o bisbales de turno... En fin, mis mejores deseos para Rüeg y la orquesta, espero que esto no sea solo un fin sino también un nuevo comienzo.
Publicado por: leticia | 04/08/2010 15:27:02
vale que la disolucion de la vao o la discusion de que el nesquik se disuelve en la leche fria mejor que el colacao no tiene porque servir de escusa para calificar al festival de vitoria de vulgar, pero lo que si es indiscutible es que es muy vulgar. que si, que hay gente a la que le gusta esa musica. y me alegro por ellos. pero como festival de jazz es muy muy muy.... vulgar.
Publicado por: jesusmoreno | 04/08/2010 14:44:08
Sobra ese comentario? Es decir, que no se pueden calificar u opinar las cosas? Como gran amante y aficionado al jazz me duele no poder confiar en lo que programa uno de los festivales de jazz mas "importantes" del pais. Y no es cuestión de que lo que programen me guste menos o mas, por ahí no van los tiros...
Publicado por: Ezequiel Regidor | 04/08/2010 14:15:26
Juanillo, no coincidimos en lo que comentas de los festivales, y mucho menos en lo de "acto cultural", pero tampoco viene al caso.
Sólo pretendo (por su coincidencia en el tiempo) contrastar la silenciosa desaparición de algo tan grande como la VAO frente a la atención mediática puesta en un festival, para mi y para muchos otros aficionados al jazz, vulgar y pachanguero.
Publicado por: Yahvé M. de la Cavada | 04/08/2010 12:32:45
Querido Juanillo: como ciudadano de Vitoria-Gasteiz, me encantaría estar de acuerdo contigo, pero no puedo más que dar la razón a Yahvé... Lamentablemente, la mayoría de los festivales de jazz del estado poco o nada tienen que ver con la cultura, y no digamos ya con el jazz. Y, en concreto, el de mi ciudad, no es sino un acto social cada año más casposo, al servicio exclusivamente de unos intereses económicos y particulares cuando menos opinables. La música hace mucho que dejó de ser el aspecto más relevante aquí...
Publicado por: El azote de los hipócritas | 04/08/2010 12:27:54
La noticia sobre la disolucion de Vienna Art Orchestra no tiene que servir de excusa para calificar al festival de jazz de
Vitoria-Gasteiz de vulgar , yo soy musico y cualquier festival del tipo que sea merece la consideracion simplemente por ser un acto cultural ............................sobra ese comentario
Yahvé M. de la Cavada
Publicado por: JUANILLO EL DEL CABEZO | 04/08/2010 12:14:56