El último suspiro de Rowland S. Howard

Por: | 24 de septiembre de 2010

Roland-s-Howard-PopCrimes
La vida, a veces, es así de perra. Con el flamante nuevo disco de Grinderman todavía humeando en las listas, uno no puede evitar acordarse del malogrado Rowland S. Howard, inseparable compañero de correrías de Nick Cave en sus años más salvajes. El carismático guitarrista fue uno de los pilares del nuevo rock australiano de los ochenta, bien a su paso por The Boys Next Door y The Birthday Party junto a Cave y Mick Harvey o posteriormente con Crime & The City Solution y These Inmortal Souls. Su estilo de vida siempre al filo y su prolongada adicción a la heroína se lo llevaron antes de tiempo, como a tantos otros, dejándonos como testamento el que seguramente sea el mejor trabajo de su carrera, Pop Crimes.

Tras una década condenado al ostracismo (su debut en solitario, Teenage Snuff Film, cosechó buenas críticas, pero pasó sin pena ni gloria), el regreso de Howard supuso el definitivo canto del cisne del firmante de “Shivers”. Cada vez más volcado en su faceta intimista y crooner, Howard se despidió con un álbum oscuro y romántico que evita con elegancia el tono elegiaco, dejando la épica aparcada para causas más "elevadas". Y desde su propia modestia rubrica una (casi) obra maestra, con corazón pero desde las entrañas. Sabido es que sus problemas de salud se agravaron durante el proceso de grabación hasta el punto de convertir el esperado regreso en agridulce obra póstuma. Sin embargo, Howard esquivó  con clase la autocomplacencia victimista de muchos de sus compañeros de generación y corrió un tupido velo de guitarras desnudas y coros con eco sobre sus infiernos personales.


Pop Crimes es por tanto un disco que toca la fibra del oyente sin caer en grandilocuencias, abogando por la austeridad de los arreglos y una producción ajustada. En él Howard recuperó la inspiración de antaño, justo a tiempo para arrancar momentos especialmente emotivos y poderosos de su Fender Jaguar. Con la colaboración del propio Harvey a los parches y de J. P. Shilo (Hungry Ghost) al violin y al bajo, las canciones adquieren una atmósfera neblinosa y atemporal que devuelve su acepción original a un término tan prostituido como es el de “auténtico”. Buena prueba de ello son piezas maestras como “Shut Me Down” (conjurando de soslayo el espíritu de John Barry con reminiscencias de los girl-groups de los años sesenta) y “(I Know A Girl Called) Jonny” (un dueto con Jonnine Standish de HTRK  sobre el que planea la inevitable sombra de Lee Hazlewood y Nancy Sinatra). Howard suena casi como un Leonard Cohen en fase terminal en “Ave Maria”, una turbia balada de arrepentimiento a lo Badalamenti que da paso a los rasgos post-punk de la excelente “Wayward Man”, en la que retoma un registro más eléctrico y peligroso. Pero es que en este disco todavía hay sitio para mucho más...

Escuchado a día de hoy, no puedo evitar que se me haga un nudo en la garganta cada vez que escucho a Shilo acometer la ralentizada línea de bajo del “Life’s What You Make It” de Talk Talk. El extraño magnetismo que desprende la versión se beneficia de la personalidad de Howard, que consigue hacerla suya y dotarla de luz propia. Lo mismo que ocurre en su cínica relectura del “Nothin’”  de Townes Van Zandt, otro outsider de vida agitada y amigo de las malas costumbres.

Como el bueno de Howard, me dejo lo mejor para el final: la despedida disfrazada de  apocalipsis titulada "The Golden Age Of Bloodshed". Un lúcida enumeración de señales premonitorias sobre el Fin de los Tiempos por la que se pasean jovencitas de escuela católica armadas con semiautomáticas y santos tocados con aureolas químicas. Por suerte, tal y como el propio interfecto se encarga en señalar, la salvación todavía es posible a través de un amor “puro, blanco y brillante como el mañana”.


Con motivo de su necrológica, el propio Nick Cave escribió en la pagina web del sello Mute Records: “Esta es una noticia muy triste. Rowland era el guitarrista más especial, dotado e inflexible de Australia. También fue un buen amigo. Será echado de menos por muchos”. Pero el caso es que se ha ido sin disfrutar en vida del reconocimiento que merecía. Eso si, por la puerta de grande, aunque de tapadillo y sin hacer demasiado ruido. Como su colega Nikki Sudden

"Copas de yate" para ambos.


Hay 7 Comentarios

Swmpmn / Hombre del Pantano:


Tienes razón con lo de Hugo Race. En algún momento habrá que detenerse a escribir sobre él. Efectivamente, "53rd State" es de traca. Sigo a la espera de hicarle el diente a "Chemical Wedding", a ver qué tal.


A todos los demás, solamente deciros que me he llevado una enorme alegría al comprobar que el amigo Rowland no se ha ido al otro barrio con las manos vacías y que somos muchos los que le recordamos y echamos de menos.

Curiosa correspondencia. A propósito de la salida de Grinderman 2, produjimos la semana pasada un programa dedicado a Cave y sus facetas, en la barra que hacemos de lunes a viernes (6 a 7 de la tarde, hora de Guadalajara, México) en Radio Universidad. Obvio, programamos algo de lo hecho con The Bad Seeds y The Birthday Party, pero sentimos que no podíamos ignorar a Howard, su "reciente" muerte y el que pasara tan inadvertida en la prensa musical. ¡Qué bien que El País también le haga justicia!

Mi guitarrista favorito, la verdad es que este disco tiene ya un año en el mercado casi, pero se agradece leer estas cosas en la prensa. Los trabajillos junto a Jeremy Gluck, Lydia Lunch o Nikki Sudden (otro que dobló la servilleta no hace mucho) son también muy buenos. Por otro lado... ¿A qué espera la prensa para hablar del altísimo nivel creativo que está manteniendo Hugo Race desde hace ya bastantes años? ¿Tiene que morirse también? ¿Por qué nadie ha hablado de "53rd State" que es un disco de mil pares de c*jones?...Una pena.

ya no existira el Berlín ni el Madrid de los primeros ochenta pero nos quedan las guitarras afiladas y las atmosferas indescriptibles de este genio en la sombra... yo me quedo sobre todo con su epoca de Crime + City Solution... temas como "Six Bell Chime"... buff... con este postumo disco seguro que snreirá desde los infiernos diciendonos a todos "veís, yo también sé hacer canciones bonitas como el ya aburrido Nick..."
Gracias David por el recuerdo...

rowland fue un verdadero crack, por mucho que algunos sigan mirándose las uñas cuando se le dedica un bonito homenaje.. quué se le va a hacer, si ni siquiera quieren escuchar...! it's a glacial age of nonsense

...y la portada parece tomada del "Marx"...

mi homenaje...

http://le22bar.wordpress.com/2010/01/04/gracias-rowland/

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Conciertos, festivales y discos. Auges y caídas. Y, con suerte, sexo, drogas y alguna televisión a través de la ventana de un hotel. Casi todo sobre el pop, el rock y sus aledaños, diseccionado por los especialistas de música de EL PAÍS.

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