Es decir, sí, pero no sólo. Digamos que es, al menos, un 50% de la banda. Un 60, si os sentís generosos, pero Wilco es mucho más que él. Sus canciones son la base de todo y su férreo liderazgo marca la hoja de ruta del grupo, pero siempre hubo algo más que Tweedy en Wilco, llámese Jim O`Rourke, Jay Bennett o las cenizas de Uncle Tupelo. En el nuevo Wilco –el que se estrenó en el doble directo de 2005 “Kicking Television”– Nels Cline, Glenn Kotche y el miembro original John Stirratt son tan importantes para la música de la banda como la expresiva voz y la inspirada pluma de su frontman.
Esta sensación de esfuerzo colectivo se refuerza al escuchar a la banda en vivo. Con uno de los directos más sobrecogedores del momento, los de Chicago son algo digno de ver. Un concierto de Wilco es mucho más que “un concierto más”, no tiene nada de común ni de rutinario. Y es precisamente ahí, a pie de escenario, donde uno comprueba que, aunque Tweedy es el jefe, sus compañeros de filas no son simples comparsas.
Es, sobre todo, una cuestión de sonido, de carácter: sin Cline, Stirratt, Kotche y, en menor medida, Mikael Jorgensen y Pat Sansone, Wilco ya no son Wilco, por mucho Tweedy que haya. Ahora, más banda que nunca, son una perfecta y reluciente locomotora conducida sapientemente por su líder, un tipo con ideas claras (le pese a quien le pese) que un buen día decidió cambiar a coprotagonistas como Bennett y O´Rourke por un puñado de colaboradores residentes en toda regla.