No entiendo mucho de informática. Lo justo para sobrevivir en el mundo de hoy sin llamar cada quince minutos a esos sufridos amigos informáticos que todos tenemos. Los ordenadores con los que trabajo son funcionales, sencillos, siempre rozando despreocupadamente lo obsoleto. No sé la velocidad de mi adsl y, la verdad, tampoco me preocupa. No tengo iPad, ni tablet de ningún tipo, porque aún no me he creado las necesidades que cubren esos interesantes aparatitos, pero sé que sólo es cuestión de tiempo. Ahora que uno de cada tres españoles tiene un smartphone es cuando yo me he visto abocado a ese peldaño de la evolución. Soy de esos ciudadanos que, mientras las herramientas de las que disponen funcionen con cierta corrección, no encuentran motivos para subirse al carro de los constantes avances tecnológicos.
Lo que sí hago es escuchar música. Mucha, más de lo razonable, quizá, pero es mi pasión. Soy hijo de la generación del casete, nacido en la transición cuando aún no existía el CD, y el vinilo no era un objeto de coleccionistas y audiófilos, sino el principal soporte para escuchar música. Me pasé al CD a primeros de los 90, con la promesa de sonido inmaculado e inquebrantable fiabilidad, aunque aún tardé un tiempo en jubilar los casetes y elepés que había reunido durante mi adolescencia.
En todo ese tiempo tuve unos cuantos walkmans, desde el clásico ladrillo diseñado a primeros de los 80 a base de colores chillones, a las estilizadas formas de los intentos de la industria por convertir el walkman en algo cada vez más pequeño y manejable. Después llegaron los reproductores de CD portátiles o ‘discman’, la herramienta básica del musiquero trashumante hasta principios del siglo XXI. Pasé de los ortopédicos cascos unidos por una tira de metal curvada a los discretos auriculares de botón, de buscar la mayor estabilidad posible para mi CD portátil a disfrutar de las bonanzas del “anti-shock”. Mis bolsillos y mis maletas siempre fueron hasta arriba de CDs esperando su turno para ser reproducidos. Y así durante años.
En todo ese tiempo, Apple no era más que otra compañía tecnológica para mí. Aparentemente más cool, más de connoisseur, pero con poco que ofrecer para un ciudadano como yo. Por otro lado, la mayor parte de estudios de grabación a mi alrededor iban haciendo su conversión tecnológica a partir de enormes y cada vez más potentes ordenadores Macintosh, que parecía la marca adecuada cuando la cosa iba sobre música. Pero, en honor a la verdad, el porcentaje de usuarios de Apple en España era ínfimo. Hasta que llegó el iPod.
No fue el primer reproductor digital de música con disco duro, pero sí el que cuajó y sentó las bases de almacenamiento, portabilidad y diseño. Diez años después de su primera versión, sigue siendo el referente y la cabecera más competente del mercado, aunque últimamente se haya visto desplazado por mutaciones propias como el iPhone y el iPad. Pero yo de esto entiendo poco, lo mío es la música.
El iPod ha hecho mucho por los amantes de la música. La imparable evolución tecnológica nos ha llevado a un callejón oscuro en cuanto a calidad de sonido; tanto, que la compresión y algunas características acústicas de la reproducción digital han infectado las técnicas de grabación, haciendo que muchos discos suenen mal recién salidos de fábrica. Incluso, algunos productores utilizan parámetros de grabación basados en a la premisa de que gran parte de los usuarios consumirá esa música en un degradado e inerte soporte digital.
Cuando el mp3 revolucionó violentamente el almacenamiento musical, asistimos a un proceso de evolución-involución: increíble comodidad a cambio de pérdida en la calidad de audio. Esto ya había ocurrido con la llegada del CD, con dos grandes diferencias: la primera, que el mercado convenció a casi todo el mundo de que el CD sonaba mejor; la segunda, que la brecha de calidad entre un formato y otro era mucho menor (brecha existente, en gran medida, porque la tecnología del CD y de la grabación digital aún estaba desarrollándose). Para cuando llegó el mp3, el salvaje uso de la compresión y la ausencia de rango dinámico ya había conseguido que gran parte de los CDs comercializados sonasen bastante mal, así que esa involución resultó tolerable y tolerada, con el compromiso de disfrutar de las comodidades del mp3.
Gente como yo, y como tantos otros, quedamos a merced de un formato que no cubría nuestros mínimos y que tampoco estaba interesado en contentar a minorías o maniáticos. El iPod fue nuestra salvación. Como hasta entonces, Apple se había preocupado de que –aparte de todas las prestaciones y comodidad de un dispositivo portátil muy sencillo y bien diseñado– el iPod, además, sonase bien. No sé por qué, ni cómo lo hicieron, pero suena bien o, al menos, todo lo bien que pueden sonar un puñado de bits. Será cuestión del formato AAC, de algún tipo de codificación o qué se yo. Lo mío es la música.
Escucho música varias horas al día, en vinilo y en CD. No me considero un audiófilo, pero intento exprimir todas las posibilidades acústicas de una grabación sin gastarme un pastón en equipos millonarios. No es tan caro, ni tan complicado, escuchar música en condiciones (el iPod está sustituyendo también los equipos doméstico, lo que no encuentro tan positivo, pero ese es otro tema). Tuve mi primer iPod en 2005 y, desde entonces, no recuerdo un solo día que no lleve uno encima. Jamás he viajado sin él y me enorgullezco de ser uno de esos zombies que colorean de forma privada y vía auricular sus viajes en metro y sus salas de espera.
El iPod, la posibilidad de llevar en tu bolsillo cientos de discos que adoras y, especialmente, que suenen razonablemente bien, cambió mi vida. Para bien. Eso es lo que Steve Jobs hizo por mí.
Hay 22 Comentarios
El iPod es un recurso muy interesante para escuchar música, sobretodo con la incorporación de conexión wifi para poder escuchar música en streaming.
Publicado por: Ofertas ADSL | 16/11/2016 16:05:49
Estoy de acuerdo con el artículo. Yo, el único problema que tengo desde que llegó el ipod a mi vida, es que he dejado de interesarme por la vida de los músicos y no conozco ni sus caras. Cuando te comprabas un disco, te estudiabas la historia del disco, te enamoraba la portada, leías dónde se había hecho, leías las canciones (incluso algunas veces traducidas)... En fin, que le dabas al artista la oportunidad de fidelizarte e instruirte a través de su imagen artística contenida en el disco. Hoy, tengo un ipod con capacidad para pasar más de 45 días ininterrumpidos escuchando música y no me da para memorizar tanto, solo memorizo portadas de discos que giran a toda velocidad.
Publicado por: Luis | 10/10/2011 0:04:38
Inspirarme!
http://www.tuppermenu.com
Publicado por: TupperMenu | 07/10/2011 9:55:44
Pues yo soy melómano y usuario apple pero odio los ipod. Tengo iPhone, iPad y iMac pero mi mp3 es Sony y mi tocadiscos y lector de CD son Denon.
Sigo comprando CD (o vinilos) cada vez que me gusta algo. Odio el iTunes. Es un coñazo, nada intuitivo. Muy cerrado. Siempre quiere una nueva actualización.
Pero adoro a Steve Jobs, claro.
Publicado por: David Marqués | 07/10/2011 9:27:21
Yo también tuve mi primer ipod, nano, en 2005 y la verdad, supuso una revolución para mi, como en los tiempos del walkman.. la música encima a todas horas!
Luego me compré un Ipod Classic de 80 gigas, en 2008, y aun me sigue funcionando perfectamente, en ese tengo de todo, montones de música clasica y música moderna de todo tipo y depende del momento escucho una cosa u otra..
Como el primer ipod me lo robaron me compré otro nano (lo utilizo para ir al gimnasio) en 2009 que hace dos semanas dejó de funcionar.. Lo llevé a arreglar.. y me dieron otro nuevo! (el mismo modelo y color!).. Lo encontré un escándalo, ni tan siquiera lo repararon, me dijeron que era política de la compañia.. Eso tendría que estar prohibido, es un malgasto de recursos creo..
En todo caso, me quedo con mi ipod classic.
Publicado por: Miquel | 07/10/2011 8:41:46
¿De verdad te llamas Yahvé?
Publicado por: Nerón | 07/10/2011 2:29:36
He tenido tres iPods a los que les he dado uso rudo y han respondido bien. Mas en lo que deseo centrarme es en esa larga disputa de que si los vinilos suenan mejor, que si la compresión arruina la música... Crecí escuchando vinilos en tocadiscos humildes, con bocinas baratas que un audiófilo habría desechado en un dos por tres... mi primero equipo de sonido digno llegó cuando el CD había desplazado a los círculos negros. Ahora, al equipo de sonido con siete buenas bocinas conecto por igual el iPod, mi ordenador con iTunes o el tornamesa y no me ofende ni uno ni otro recurso. Debo precisar que no tengo oídos de artillero, pero sí memoria. Y hoy, con mejor tecnología de por medio, las pérdidas en la calidad sonora me parecen un mito, particularmente cuando me doy cuenta que un vinilo de 1966 me emocionó tanto en 1975 como, convertido en MP3, en 2011.
Publicado por: Jesus Q | 07/10/2011 1:42:24
Por mí lo que hizo fue aborrecer la tecnología adornada de modernidad, no de utilidad. Su empresa es un paréntesis folclórico en el avance humano, y él no es más que un troglodita con respecto a la ciencia que se cocina fuera de su empresa, hasta la médica.
http://casaquerida.com/2011/10/06/tengo-un-problema-de-sueno/
Publicado por: Tinejo | 07/10/2011 1:23:06
Yo he tenido 3 Ipods. Los he disfrutado muchísimo el tiempo que los he tenido. Pero curiosamente, los 3 se me han estropeado al poco más de dos años de haberlos comprado. ¿Obsolescencia programada? No sé, tengo amigos que hace años que los tienen y no han tenido ningún problema. Y lo peor, es que los Ipod nano (que es mi caso), por un tema de ensamblaje, no se pueden reparar. Así que me han salido caros, dudo que compre otro.
Publicado por: Jaume | 07/10/2011 0:26:08
Steve Jobs anuncia un nuevo DiOS, más rápido, inaccesible y omnipotente. Incompatible con todo. Próximamente en la nube.
http://gallota.com/2011/10/06/icamiseta/
Publicado por: Gallota | 06/10/2011 23:29:20
Hoy no hay palabras para definir la perdida de UN GENIO. Una de las más preciadas FLOR de la humanidad. Sólo porque la voluntad de Dios es solo para aceptar, no estamos indignados. Que Dios acoja su alma en su regazo. Que Dios acoja a este ANGEL que estuvo aquí.
Publicado por: Tomás Roa | 06/10/2011 21:32:19
Tengo más de 30 años de experiencia informática. He visto llegar y marcharse mucho hardware y software. He programado en diversos sistemas y lenguajes. ¿La mejor experiencia de usuario? Apple, de largo. Cuando vi a mi madre usar un iPad de forma intuitiva a sus 80 años, sin experiencia previa, casi me echo a llorar. Jobs a conseguido un nivel de excelencia brutal en todos los aspectos y unos productos engañosamente simples y extraordinariamente potentes. El iPod, el iPhone y el iPad han establecido un antes y un después, pero también iTunes, iMac, MBA... Creo que Jobs esperó a irse a la demostración del SIRI que es un preludio del mayor cambio de la informática de consumo, lo veremos claro en 2-4 años. Es otro de sus sueños hecho realidad.
Publicado por: Antonio | 06/10/2011 21:17:57
lo mejor del ipod eran los auriculares. Por eso se oia mejor q otros mp3. Porque un mp3 es un mp3 en cualquier reproductor, no os lieis. Es una basura de formato, nunca se penso como formato profesional, solo q la pirateria lo encumbro, igual q el Divx o el MKV ahora en video. Y cualquier PC de gama alta es mejor q cualquier apple (siempre clonico montado por un especialista), solo que hay q saber usarlo y mantenerlo, eso si. Ah, lo mio si es la informatica :) de todos modos, Steve es uno de los padres de la informatica, asique tiene todo mi respeto, lo que hizo fue grandioso.
Publicado por: jota | 06/10/2011 21:10:49
Tengo un ipod desde 2003 que todavia funciona. Gracias a él he escuchado miles de horas de música.Gracias a Steve.Uno de los inventos más importantes de este siglo...
Publicado por: Antonio Lomas | 06/10/2011 20:00:01
Se ve que te limitas a oir. Si fueses un chaval que quiere alucinar al mundo con un tema musical original lo verías de otra manera. El Garage Band de Apple te consiente hacer maquetas de disco en tu casa y por dos duros. Puedes pasar del laboratorio de sonido. Es de no creer. Por hablar solo de música. Otro tanto en cine. Y en foto. Y en publicidad. iRIP Steve. Hasta siempre.
Publicado por: Jose | 06/10/2011 19:50:33
Lo mío también es la música, si me permites parafrasearte. Antes de nada, buen artículo, lo he disfrutado mucho. Hoy en día hay 3 soportes en los que la gente escucha música: mp3, CD y vinilo. Me temo que el mp3 sustituyó (y algo más) al cassette. En mi caso, lo que más escucho es vinilo y mp3 (me encantan esos vinilos que vienen con un código de descarga). Nunca tuve un iPod, pero con mi iPhone soy de lo más feliz. El CD fue una verdad a medias, y es posible que acabe desapareciendo, pero el vinilo y el mp3 creo que tendrán una vida larga.
Publicado por: andreyer | 06/10/2011 19:48:55
Una cosilla de ortografía: el plural de CD o DVD no es CDs o DVDs, sino simplemente los DVD o los CD.
Para más información, revisa el DPD o RAE:
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=dvd
Publicado por: Casimiro | 06/10/2011 18:51:31
Tío, no me puedo sentir más identificado... El mejor artículo que he leído en homenaje a Steve Jobs! Chapó! Lo has bordado!!!!!
Publicado por: Manu | 06/10/2011 16:56:49
Uno de los grandes de la informática D.E.P. Disfruta de novias espectaculares de futbolistas en http://www.alprimertoke.com/ Buscalas en su web.
Publicado por: Chicas y quinielas aqui | 06/10/2011 16:56:42
Gracias a el descubrí el Mac. y el iPhone, una nueva manera de trabajar con el ordenador y con el teléfono.
Una perdida muy grande para el mundo informático.
Publicado por: jorge | 06/10/2011 16:28:08
Yo tambien tengo mi primer, y unico iPod, desde esas fechas. Un precioso Nano de 2 gigas, que me acompaña siempre...
Publicado por: iaGo | 06/10/2011 16:16:56
Me siento totalmente identificado con tus palabras y tus hechos vitales alrededor de la tecnología y la música. Hasta tuvimos el primer iPOD en la misma fecha.
Steve Jobs, gracias por haber existido y D.E.P.
Publicado por: Kalvin Kleenex | 06/10/2011 15:40:18