Cuando regalábamos discos

Por: | 06 de enero de 2012

Musicgift

Si tienes más de 20 años seguro que alguna vez lo has hecho. Ahora parece algo demodé, incluso cutre, pero hace no tanto era de lo más normal entrar en una tienda y comprar un disco. Para ti o para otros, como parte de un consumo propio y natural o para colmar los oídos de alguien cercano.

Entonces, regalar un disco era algo personal y lucido: decía mucho de ti, de lo que te gustaba, de qué querías transmitir al receptor del agasajo. Podía ser inspirado por un momento compartido, una canción especial, una discusión sin resolver o unas emociones reprocesadas por alguien que, a través de su música, parecía expresar perfectamente lo que tú sentías. Podía ser fruto del proselitismo más humilde o de un hábil chivatazo a quien, sin tener ni idea de lo que te estaba regalando, contaba con la certeza de que iba a significar algo para ti. Por lo que fuese, era un buen regalo.

Hoy, regalar un cedé es como regalar algo de un “Todo a 100” o apañar un desvergonzado detalle de urgencia en una gasolinera, camino a la cena de navidad. Poca cosa, en definitiva. Si acaso, un disco de vinilo en una edición curiosa o una ostentosa boxset de precio desorbitado que transmita una mezcla de fetichismo y de huida de los restos del naufragio de la industria discográfica, tan bien representados por los formatos humildes y tradicionales.

Por eso, quienes aún disfrutamos comprando música física (ahora se dice así), vemos inútil pedir a los reyes éste o aquel disco porque, podrán venir desde Oriente en camello, que ya tiene mérito, pero no les vayas a pedir que te traigan una copia en elepé del último de Girls, y mucho menos el de los Black Keys, que a ver ahora dónde carajo encontramos eso.

Para encontrar hay que saber buscar y, aunque hay un buen puñado de tiendas en nuestro país que –al loro– saben de qué les hablas les pidas lo que les pidas, lo de comprar discos ha quedado relegado al consumo propio, y altamente endogámico, de los conversos. Como miembros de una secta, los compradores de discos pueden regalarse discos entre ellos pero, ¡atención!, nunca hacerlo con alguien que ya no, digamos, “hace eso”. El patinazo puede ser sonado.

En un mundo poblado por docks para iPod, micro-cadenas de diseño con altavoces propios de un juguete y sistemas 5.1 en los que los BluRay suenan como si la puñetera explosión de la peli fuese en tu mismísima cara, ¿dónde quedan los discos? Imaginaos la escena: ese activo comprador de discos que, con toda la ilusión del mundo, se planta en casa de quien sea provisto de una flamante copia de su álbum favorito de los últimos meses –ese que ha llenado sus horas y que ha marcado para siempre algunos momentos de su vida reciente–, para encontrarse con un muro en forma de “¿y yo ahora esto dónde lo pongo?”. La reacción no suele ser fría ni insensible, tan solo va envuelta de grandes cantidades de incredulidad, de un sincero sentimiento de impotencia ante algo que, realmente, no tiene ya sitio en su vida. Como regalar un bombín, un escapulario o una máquina de escribir. ¿Qué sentido puede tener semejante anacronismo?

Pero sí, por el contrario, hay alguien en tu círculo que te consta que todavía anda metido en estas cosas raras de los discos, no te cortes y la próxima vez arriésgate a algo tan presuntamente insensato como regalarle uno. Los reyes, que llevan un porrón de años en el negocio –y para eso son magos–, no deberían tener problema en esto. Al fin y al cabo, aún quedan decenas de sitios en nuestro país que los venden, muchos de ellos, de forma vocacional.

Sí, sí, no exagero, si uno quiere comprar un disco para otro, de oídas o sin tener pajolera idea de lo que se cuece, no está obligado a enfrentarse a la ceja arqueada del dependiente de los grandes almacenes o a su inquietante “¿me puede deletrear Pi Yei Jarvi, por favor?”. Hay todavía una buena cantidad de tiendas de música en España, abasteciendo a todos esos aficionados que se niegan a renunciar al placer de sentir un disco entre sus manos, antes de volcarlo en sus neuronas. Si regalas uno, es probable que siempre lo recuerden –te recuerden– asociado para siempre a esa música. Porque, aunque arrinconado y humillado, el disco, como la bicicleta, la nata montada o Los Beatles, nunca pasa de moda.

Hay 37 Comentarios

Pues yo, le acabo de comprar un par de vinilos a mi hermano para su cumple... sin mirar si esta de moda o no. Lamentablemente, perdió su coleccion y quiero que simplemente, rememore buenos tiempos.

cuando antes te comprabas un disco tu eras el legitimo propietario y era como una forma exclusiva de oir lo adquirido,ahora no,todo esta en internet,te compres lo que te compres y no tiene ningun valor ni fisico ni monetario

Somos muchos los que seguimos(y seguiremos si nos dejan) comprando música, cine, libros y videojuegos en formato físico. Es verdad que gran parte del abismo que se muestra es debido a la codicia de las distribuidoras. Si un BluRay o un CD tuvieran un precio razonable, nadie preferiría descargárselos pero nos vemos como nos vemos porque estos productos han tenido, en su mayoría, precios demasiado altos y han tenido que competir contra la gratuidad de la música, cine o literatura.

Yo espero que "la industria" aún reaccione bajando precios aún más.

Pero está claro que mucha gente se ha acostumbrado al "todo gratis" y al "¿por qué pagar cuando puedo tenerlo gratis?" y esa mentalidad no hay quien la cambie.

A mí sí me hace mucha ilusión que me regalen música en formato físico. El último disco que me he comprado ha sido el reciente de Blind Guardian y el vinilo de Héroes del silencio(Live in Germany).

Si me dan a elegir, yo que puedo, me quedaré siempre con el formato físico. Pero con los tiempos que corren y la mentalidad española tan particular, va a ser complicado que el formato físico siga por muchos años cuando se puede conseguir un grupo de mp3 sin vida con un click.

Salu2 y respeto.

Pues a mi mi chica siempre me regala un cd por mi cumpleaños y otro por Reyes. Y me encanta. Este año ha sido la caja con el Integral de Los Cardiacos. Tremenda banda.


Yo era de los que disfrutaba con los LP's..los tocaba, los olía, leía creditos, los savaba del plastico transparetne y ese crujir de la aguja era una sensación única. Incluso quedabamos con los amigos a ir a comprar discos. Nos pateabamos todas las tiendas de discos del centro, donde comparabamos precios, buscar ofertas, etc. Luego, como la industria se cargó los LP's para los CD's, pues venga..a comprar CD's como un loco. No había semana que no me comprara alguno, con el consiguiente mosqueo de mis padres. Tuve que comprar otras estanterías para guardar todos aquellos CD's...aunque no me gustaba mucho, por lo menos te daba ilusión abrir el CD del plástico (tipo paquete de cigarros), el cual casi siempre te dejabas una uña o cogias unas tijeras para acabar antes y con algun accidente (tipo rayada del plastico) por las ansias de oirlo. Y si..te gastabas 20 euros (o mas) en discos obras de arte y te gastabas 20 euros (o más) en discos que eran una basura...era como un deporte de riesgo...de tus grupos favoritos sabias que no te llevarias ningun chasco, pero de aquellos que comprabas por recomendación de alguien o porque la portada invitaba a arriesgarte...alguna sorpresa agradable pero bastantes desagradables (que manera de tirar el dinero!!!!)....y ahora?? bueno...los vinilos estan por ahi, guardados. Como cuando salió el CD me los volví a comprar en su mayoría, pues uso el CD...y de estos, oigo como mucho un 15-20%...mas por falta de tiempo que otra cosa y siempre 3 o 4 canciones..enteros hace mucho que no los oigo....y bueno, tambien es la epoca que mas musica tengo en una cosa llamada ordenador, donde hay muchos discos bajados que aun no he podido oir pero te das cuenta de la cantidad de pasta que te hubieras ahorrado si antes hubiesemos tenido youtubes, spotify o similares...y de que la industria nos estafó y engañó como chinos y como quiso para pagar sus fiestas. La época romántica pasó...ahora es mucho mas practica....y si..yo también era de los que regalaba CD's y hacía selección para los amigos para las fiestas o para que los llevara en el coche...cuando cassettes habré hecho en mi vida!!!! de 45, 60 y 90 minutos (los de 120 minutos pesaban mucho y no iban bien para todos los reproductores y se enganchaban...y rebobinarlas con el boli Bic!!!)

Pos yo aun conservo mis 500 vinilos (aprox.) que andan por ahi...aunque no los escucho por falta de tiempo.
Tengo una cantidad similar o mayor de Cds.... la mayoria "digitalizados" para tenerlos todos juntos en el ipod... y que esten mas a mano cuando quiero escuchar algo... Sigo comprando discos (ahora Cds....) el ultimo adquirido saldrá en Febrero... Si, soy de los que, si le gusta algo.. hasta lo compra por adelantado.

A mí me han traido los RRMM el último de los Waterboys, y han acertado.

yo trabajé un la sección de discos del "Carreful" y sabía quien era P.J. HARVEY antes que usted, desde sus primeros discos. Que sois de un elitista. Nada bueno puede venir de un tipo que se llama Yhavé...

Mas que la Fnac o El Corte Ingles te tienes que ir a un Alcampo o Carrefour, es donde te das cuenta de lo que se ha reducido el espacio a la música o el cine. Antes había un pasillo entero para cada uno y ahora comparten la mitad de uno.

¿Demodé?. Nunca lo había pensado. En mi mundo más cercano es tan normal regalarse/prestarse/comprar música en formato físico que no me había percatado que regalar discos podría ser cosa del pasado. Me gusta tu artículo. Y tu forma de agarrarte a un pasado que te fascina. Te compreno muy bien.

Antonio, se vende exactamente el 20% del total que se vendía hace 5 años. Lo de la Fnac estaba igual esta semana que en aquellos tiempos; pero has de fijarte en que, aparte de esta cadena y alguna que otra (que está comprimiendo más y más su sección de discos hasta erradicarla a medio plazo), en toda España sólo sobreviven 44 tiendas de discos, de los varios cientos que había no hace demasiado tiempo.

Aunque no exento de verdad en algunos momentos, a este artículo le falta explicar las cifras de venta de tiendas como Fnac y lo abarrotadas que estaban sus secciones de discos en navidad si realmente se vende tan poca música como plantea...

Buen artículo, yo todavía compro Discos y regalo bastantes, cuando uno me gusta de verdad puedo regalarlo varias veces a distintas personas. A otras les escojo a cada uno su disco, pero bueno se que son personas que aprecian la música, que no están sordos como dice Raimundo Amador o que tienen la cabeza llena de polución sonora, los sordos, los polucionados, son los que cuentan para las estadísticas de multinacionales, top10, 40 criminales o partidos políticos.

Me identifico con lo que se dice en este emotivo post. Los que solemos comprar todavía musica física, y tenemos en nuestras manos el libreto, vemos los creditos, las letras, etc y eso no tiene precio. Claro que todo va en gustos y bolsillos claro.
A mi personalmente me sigue gustando regalar música y q me la regalen.

Yo no quiero la musica gratis, no porque me guste tirar el dinero o me sobre; si no porque entiendo que el musico y alguno de los que le rodean tienen la fea costumbre de comer a diario.

Pero si me gusta que sea accesible, que con una vez comprada la pueda poner donde quiera, y si encima no lleno mi apartamento de 40 metros pues mejor que mejor.

yo estas mismas navidades le he regalado a un colega el Margin Walker de Fugazi. que parece que habláis de tiempos inmemoriales del abuelo cebolleta

Tengo 20 años y desde hace dos o tres he vuelto a comprar "música física". Como muchos otros (desgraciadamente la mayoría), tuve muchos años en los que tenía la mentalidad de que la música debería ser gratis, y bajaba mucho, más bien casi todo, ilegalmente.
Ahora ya intento no hacerlo, aunque de vez en cuando pico, aunque solo sea para ver si el disco me gusta antes de comprarlo en formato físico, pero no hay mayor satisfacción que abrir el envoltorio del disco o el vinilo (sí, también soy de esos) y poder tocar, sentir, en definitiva, observar, la obra de arte que el artista (porque no nos olvidemos, la música es arte) ha puesto en el mundo.
Igual que para muchos es impensable ir a un museo sin pagar la entrada, para mí es cada vez más impensable escuchar música sin pagar el precio. Sí, existen almacenes donde se puede comprar la música digital, pero a mí eso me chirría. ¿Acaso uno se conforma con ver las grandes obras de arte por la pantalla del ordenador? Impensable, ¿verdad? El arte es físico, y los artistas lo sacan a la luz para compartirlo con todos aquellos que lo deseen.

Escucho la música que quiero cuando quiero, y además ¡gratis!, ¡viva internet!. Siempre me ha parecido de snobs tener equipos carisimos, se puede apreciar la diferencia entre un equipo caro y otro barato, pero la música no consiste en la perfeccion sonora, y yo ni acepto que la música sea más que un pasatiempo.

Pues si tar, el sonido de los cds es simplemente horroroso y es una de las causas que ha provocado la decadencia de la industria discográfica.

Siempre recordare las navidades oyendo mis vinilos nuevos, deleitandome con los albumes, las letras, si tenian, los créditos. Poco a poco los equipos se hicieron viejos y mis 200 vinilos duermen con los technics en un desvan olvidado. A veces los oigo en los anuncios, y solo conservo 10 conmigo. Los cd que compre, eran mis vinilos. Ya no compro nada. Cerraron las tiendas y los mp3 no me tiran mucho, la música no era solo sonido, era también papel impreso, que ya no existe.

El problema de todo este asunto es que los formatos cambian y en eso no somos los dueños. Cuando empecé a comprar musica compraba vinilos que escuchaba en el plato de mi padre o de mi compañero de piso. Despues pensé invertir en un plato pero con los primeros mp3 me dije que no era buena idea. Asi que estuve durante años comprando cds, hasta que se jodio la cadena, conecté el ampli al ordenador y se acabo. Hoy hay ya modelos de Apple que vienen sin lector de cd y en 10 años comprarse un lector externo sera tb anacronico, como un plato (y ademas los cds se conservan mucho peor que los vinilos). Que hago yo entonces con mi coleccion?, pues digitalizarla y a tomar. Si, ya se que o es lo mismo pero la vida de un cd es muy corta, es un sistema bastante chusco que morira en breve (ya lo vemos agonizar). Y entonces nos diran como hemos de escuchar la musica en mp porras...

A mis 47 años, con mas de 30 dedicados al mundo de la música profesional, sigo comprando y me siguen regalando discos "de vinilo". Si, soy un antiguo, lo reconozco pero el sonido de los vinilos, con un buen equipo claro, no es comparable a esas copias de segunda, tercera o cuarta generación que nos venden como CD en la tienda y que pagamos a precios desorbitados, si tenemos en cuenta los costes del mismo.

Sigo comprando, y encargando, discos en una tienda física, de una minifranquicia en Coslada de la que me parece solo queda una tienda abierta. Pero a Juan Carlos no hay que deletrearle los nombres de lo que le encargo: es un profesional, lo suyo es la música. No haré publicidad, pero si queréis, os digo cómo se llama la tienda ([email protected])

La música siempre será música independientemente del soporte que la contenga. El continente forma parte del decorado de tu vida, de tus recuerdos visuales. Pero el contenido, lo que escuchas, forma parte de tu propia vida.

pues a mi, me siguen gustando tanto los discos, cómo el papel.

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