Comenzaron su andadura a finales de los años setenta, cuando las bandas de punk proliferaban como setas a lo largo y ancho de EEUU, inspiradas en su mayoría por la escena del CBGB antes que por el punk británico. Por aquellos años, un inquieto joven neoyorquino llamado Bob Mould llega a St. Paul (Minneapolis) para comenzar sus estudios en el Macalester College. Enseguida conoce a Chris Osgood, líder de la banda local The Suicide Commandos, con quien comienza a tomar clases de guitarra.
Al mismo tiempo, gracias a sus habituales visitas en busca de gangas de segunda mano a la tienda de discos Cheapo’s Records, entabla amistad con el dependiente, Grant Hart, con quien comienza a fantasear con la idea de montar su propio grupo. Hart, batería aficionado, le presenta a Mould a su amigo Greg Norton, un fanático del jazz avant-garde y de la música electrónica que además toca el bajo en el garaje de la casa de sus padres.
Antes de darse cuenta ya están tocando juntos en una modesta formación llamada Hüsker Dü (que en danés significa “¿te acuerdas?”) y cuyo nombre extraen de un juego de mesa en cuya caja podía leerse el eslogan “el juego donde los niños pueden burlarse de los adultos”.
Debutan en febrero de 1979 en un concierto universitario donde les acompaña un teclista que acabará por ser expulsado del grupo un par se semanas más tarde. En Julio de ese mismo año y ya establecidos como power trío, actúan en el Longhorn Club de Minneapolis, presentándose como un grupo más de corte ramoniano. Tras la traumática disolución de The Suicide Commandos, la escena punk de la ciudad se muestra más bien apática ante una banda que consideran "del montón". Aún así, consiguen obtener una discreta repercusión que les anima a seguir tocando, hasta lograr fraguarse una cierta reputación y conquistar a un pequeño núcleo de seguidores incondicionales que acuden ineludiblemente a cada cita con el grupo. Sin embargo, el resto de la comunidad musical local parece más interesada en la incipiente carrera de "aquel artista llamado Prince" que en apoyar a unos recién llegados. Hartos de recibir negativas por parte de las discográficas, deciden crear su propio sello, Reflex, para dar salida a su trabajo.
Siguiendo los dictados del do it yourself, la banda publica un siete pulgadas titulado Statues (Reflex, 1980) que destaca por ofrecer un sonido discordante y abrasivo, más cercano al practicado por los británicos Wire que al punk-rock acelerado de sus inicios. Gracias a ello comienzan a ser objeto de las primeras críticas positivas y a establecer nexos de unión con otras bandas afines que, como ellos, han optado por el camino de la independencia. De esa manera, contribuyen a crear una especie de sentimiento de “comunidad” junto a gente como Black Flag, Dead Kennedys o Minutemen, asentando los cimientos del nuevo movimiento punk norteamericano.
Su salto al formato larga duración Land Speed Record sale a la calle en 1982. Grabado en directo en el 7th Street Entry Club de Minneapolis, se compone de un total de diecisiete canciones recogidas en apenas veintiséis minutos de vinilo en los que las voces de Mould y Hart parecen sepultadas en un gigantesco muro de sonido. La cubierta del álbum responde a las coordenadas habituales del género, consistiendo en la fotografía tomada de un recorte de prensa que muestra los ataúdes de los primeros ocho soldados muertos en acto de servicio durante la guerra de Vietnam. El disco se vende rápidamente entre los fans del hardcore, pasando a engrosar la cada vez más interesante nómina de debuts de comienzos de los ochenta, junto a Youth Brigade, Minor Threat o Flipper entre otros.
Sin perder el tiempo, en mayo de ese mismo año, arremeten con un nuevo single, In A Free Land, una gloriosa muestra de punk melódico en la por primera vez despuntan los sucios guitarrazos distorsionados de Mould, sello inconfundible del sonido del grupo a partir de entonces. Tocando simultáneamente con dos amplificadores (un Marshall distorsionado y un antiguo Vox de sonido limpio) Mould crea la ilusión de varias guitarras sonando a la vez.
Ese mismo año comparten escenario con afines bandas como R.E.M. y se van de gira con sus vecinos The Replacements, con los que comparten su admiración por clásicos del pop de los años sesenta como The Byrds o The Beatles. Esto hace que comiencen a plantearse la naturaleza del género como una limitación para el desarrollo de sus inquietudes artísticas y se decidan a incluir en sus directos una versión del Sunshine Superman de Donovan, desafiando los códigos de la escena.
En 1983 ve la luz su primer álbum de estudio, Everything Falls Apart, que refleja el momento de transición que atraviesa la banda. Sin abandonar la intensidad de sus temas más abiertamente punk, sus letras comienza a escorarse cada vez más hacia contenidos más personales, íntimos y hasta confesionales. Pero el primer indicio de su decisivo giro estilístico llega con la publicación del Metal Circus EP (SST Records, 1983). El talento compositivo de Mould y Hart madura a pasos agigantados, poniendo mayor énfasis en la búsqueda de nuevas e infecciosas melodías y decantándose por los medios tiempos. Pero puede que esta bajada de revoluciones se deba en parte a causas más bien ajenas a la música... Por esa época, Hart abandona el consumo de speed y anfetaminas que en el pasado le habían reportado estimables efectos eufóricos y que comenzaban a pasarle factura a través de incómodos episodios de taquicardias e hipertensión.
Y llegamos a octubre de 1984, cuando la banda viaja a California para encerrarse en el estudio de Redondo Beach en compañía del productor de Black Flag, Glenn Lockett. Cuarenta y cinco horas después han grabado la totalidad de las canciones que formaran parte del álbum doble Zen Arcade. A lo largo de la maratoniana sesión, arremeten con rabia homicida contra la totalidad de las sillas del estudio para registrar los efectos de sonido que acompañarán a la canción Pride. Y aún les sobra tiempo para un par de descartes y una versión del Eight Miles High de The Byrds que (si ustedes me lo permiten) llega incluso a superar a la original.
Tras tomarse el tiempo justo para dar cuenta de unas cuantas tazas de café y masticar una parca hamburguesa, vuelven al estudio para ultimar las mezclas definitivas en una nueva sesión continua de cuarenta horas. Un total de ochenta y cinco horas después y cuatro mil dólares más tarde (que incluían los desperfectos de mobiliario) para cuerpo a uno de los álbumes dobles imprescindibles de la historia del rock. Con este disco no solo reconducen su carrera, sino que inician una ascendente etapa de inspiración artística que los convertiría en una banda de referencia a la hora de referirse a la música estadounidense de los últimos treinta años.
Zen Arcade es mucho más que un disco de punk: subvierte el género y se revela como un “álbum concepto” sobre el tránsito a la vida adulta, en la línea del Tommy (Polydor, 1969) de The Who, uno de los favoritos de Mould y Hart. Por supuesto, tendrán que soportar injustas e infundadas acusaciones por parte de los sectores más cerriles de una escena que les da la espalda, señalándoles como unos vendidos a la causa del dólar. Nada más lejos de la realidad, puesto que no se trata ni de lejos de un disco convencional y mucho menos de un trabajo comercial. Al menos por una vez la crítica musical de la época parecen acertar a juzgar el álbum como lo que verdaderamente es: una visionaria obra maestra que combina melodías pop con el característico aire punk de la banda y que tiende puentes hacia el rock ácido, el free jazz y la psicodelia. Con Never Talking To You Again, Mould se atreve con un hermoso y melancólico tema acústico de aliento folk, mientras la banda al completo nos entrega el excelente Reoccurring Dream: catorce minutos de épico, innovador e improvisado jazz-punk.
El disco obtuvo un éxito especialmente rotundo en las radios universitarias, donde sonaba sin descanso junto a otros álbumes igualmente míticos de la época, como el Let It Be (Twin/Tone, 1984) de The Replacements, Double Nickles On The Dime (SST, 1984) de The Minutemen y el Reckoning (IRS, 1984) de R.E.M.
A finales de ese mismo año, todavía sin recuperse del esfuerzo sobrehumano que supuso la grabación de Zen Arcade, deciden encerrarse de nuevo en el estudio para aprovechar su imparable racha creativa, grabando el igualmente imprescindible New Day Rising (SST, 1985), con el que destilan todavía más su sonido. A pesar de haber sido repudiados por los talibanes del hardcore, el apoyo que reciben desde las college radios les da la confianza suficiente como para no dudar en sacar mayor partido a las armonías vocales, incluir teclados, cantar canciones de amor o introducir dulces pinceladas de pop soleado en su cruda interpretación del punk.
Pero lo que ganan en optimismo no les hace perder la perspectiva y el final del disco atrapa sin condiciones con la enérgica y despiadada Plans I Make, sonando disonante y arty, con una actitud que no desmerece en absoluto al empleado por otros ilustres ejemplares del underground de la época, Big Black, y Sonic Youth incluidos.
Los preparativos de un nuevo disco son boicoteados por un Mould que bebe demasiado. El músico entra en una peligrosa espiral de autodestrucción que le hace perder demasiado a menudo los papeles y provoca los primeros roces serios en el seno de la banda. La cosa se agrava todavía más al diagnosticársele problemas respiratorios, momento en el que sus compañeros comienzan a preocuparse seriamente por su salud. Mould, con apenas 25 años, lucía un aspecto desastrado y enfermizo a consecuencia de sus excesos con las drogas y el alcohol. Fumaba tres cajetillas diarias, padecía ansiedad a causa del stress y se comportaba como un verdadero psicótico.
(Continuará...)
Hay 16 Comentarios
Qué grandísimo grupo, aquí dejo un artículo que escribí el verano pasado en el que explico mi amor incondicional: http://colectivogurrumio.tumblr.com/post/8518779914/my-own-private-sonic-youth-5-husker-du
Publicado por: Colectivo Gurrumío | 18/04/2012 22:45:30
Razón no te falta, iGuAl. Por cierto, que Mould está en plena gira europea interpretando el "Copper Blue" de Sugar...
Publicado por: David Bizarro | 14/02/2012 12:47:06
@ satán: Tuve la suerte de compartir un rato de charla distendida con Grant Hart en 2011. Tras cerca de 20 años hundido por las drogas, ha conseguido salir sacando pecho. Sin dentadura superior y las marcas del pasado en los brazos, está muy pequeñito, envejecido prematuramente. Confesó que anda delicado de salud: que a poco que sopla el viento se vuela y se pasa la mitad del año entumecido.
Dejó una delicada y tierna huella.
Publicado por: iGuAl | 14/02/2012 12:43:34
David, gracias por publicar esto en El País. Está muy bien; se puede tomar como un muy buen resumen del capítulo a ellos dedicado en el imprescindible "Our Band Could Be Your Life" de Michael Azerrad.
Una pena, no obstante, que aunque a que todo el mundo se le llena la boca haciendo eco de su relevancia, si vienen a España a tocar (el felizmente recuperado) Grant Hart o el propio Bob Mould, sólo acuden realmente cuatro gatos. Incongruencias injustas..
Publicado por: iGuAl | 14/02/2012 12:34:43
Efectivamente, Edu. Coladura solventada. ¡Un saludo!
Publicado por: David Bizarro | 10/02/2012 14:54:54
hay un error , el disco new day rising no empieza con "Plans I make" sino con "New day rising". Plans I make es la canción que cierra el disco
Publicado por: edu chirinos | 10/02/2012 14:21:03
Mould es un genio: eso es incuestionable. Pero mis canciones favoritas del grupo siguen siendo las firmadas por Grant Hart.
Publicado por: David Bizarro | 10/02/2012 13:50:47
Creo que Candy Apple Grey es el disco que más he escuchado en mi vida. Ahora me mola más Flip Your Wig, pero son una de las bandas de mi vida. Sin duda.
Y Mould en solitario, un auténtico genio. Él produjo The great Destroyer de Low, un disco ineludible.
Publicado por: Armando | 10/02/2012 12:13:04
Una brutalidad de grupo, y muy prolíficos, sacando tropecientos discos en unos 5 años.
Todavía no he escuchado un álbum con una producción tan contundente como el New Day Rising, el Spot este que producía en SST sabía lo que se hacía. Creo que es el disco que más veces he oído en mi vida, me lo pongo a menudo para despertarme, el comienzo no podría ser más apropiado.
Espero que comentes algo también de las trayectorias post-Hüsker Dü, muy recomendables también, a pesar de los coqueteos de Mould con la electrónica y de los años perdidos de Hart. Por cierto, ¿este estaba pachucho de salud, no?
Publicado por: satán | 10/02/2012 11:22:36
Excelso artículo. Enhorabuena, David.
Son banda de referencia también para los Metallica - ahí es nada.
Publicado por: Jaime | 10/02/2012 11:06:08
Corregido, Héctor. El nombre viene del danés (y parece que también del noruego).
Muchas gracias a todos. La semana que viene, la segunda parte. Prometido.
Publicado por: David Bizarro | 10/02/2012 1:21:55
Dave Grohl (Nirvana): "Nosotros no inventamos nada. Lo que hacemos ya lo hacía Hüsker Dü, Sonic Youth o Black Flag mucho tiempo antes". Imprescindibles.
Publicado por: Joan | 09/02/2012 21:30:10
Hüsker Dü, viene del danés, no del sueco. Por lo demás excelente articulo, y excelente grupo!!!
Publicado por: hector | 09/02/2012 20:14:36
son leyenda, parece que pasaron siglos, muy buenos Zen Arcade y Metal circus.
Publicado por: John | 09/02/2012 19:59:39
Un grupo infravalorado Husker Du, demasiada competencia en aquella época, pero están en mi corazón.
Publicado por: Juanchi | 09/02/2012 19:48:32
muy buena la retrospectiva!
Publicado por: Nacho | 09/02/2012 14:56:49