(La primera parte AQUÍ)
En vista de las tensiones derivadas de la inestable situación personal de Mould, parece un milagro que el grupo consiguiese sacar adelante Flip Your Wig (SST, 1985) tan sólo ocho meses después de su todavía humeante trabajo anterior. Trece nuevas cargas de profundidad punk-pop -más la hiriente y extraña The Baby Song- que no ocultan una excesiva exposición a la discografía básica de The Beatles, incluyendo una adictiva versión del Ticket To Ride de los Fab Four y experimentando con la manipulación de cinta de Don't Know Yet (muy White Album, por cierto). Las melodías de Hate Paper Doll y Every Everything son de las que crean afición, rompiendo la baraja con un nuevo himno: Makes No Sense At All.
Con este disco la banda trasciende el ghetto del circuito radiofónico universitario y se dan a conocer de cara al público masivo. Sus temas son programados en las emisoras de todo el país y el éxito llama a su puerta. Incluso comienzan a recibir ofertas de las grandes discográficas, que ven en ellos un interesante potencial pop que les abrirá las puertas al mainstream.
Al verano siguiente y siguiendo los pasos de The Replacements, abandonan SST para firmar con Warner, a cambio de mantener el control creativo sobre el material y reservándose el derecho a producir ellos mismos sus discos. Cuando la noticia llega a los medios, la prensa musical (y muy especialmente los fanzines) comienzan a cuestionar la integridad de la banda y a conjeturar sobre el mediocre resultado de la operación. Sus apariciones televisivas en talk shows de sobremesa tampoco auguran nada bueno; rodeados de un público senil y entrevistados por un presentador repeinado, Mould, Hart y Norton se desenvuelven como pueden con las ineludibles citas promocionales de su nuevo disco.
Pero una vez más, la salida a la calle del nuevo álbum, Candy Apple Grey (Warner, 1986) consigue acallar a sus detractores demostrando que con su salto a la multinacional el sonido de la banda no se ha visto comprometido en absoluto. De hecho, si algo se puede decir del disco es precisamente todo lo contrario: que suena más personal y menos comercial -si cabe- que los dos anteriores. Es decir, que a Warner le sale el tiro por la culata y deben enfrentarse a un disco lleno de aristas y mucho más oscuro de lo que cabría desear.
Desde una primera escucha se percibe un mayor peso de Grant a nivel compositivo. A pesar del violento arranque del disco, Crystal, que supone un conato de rebeldía al mantener intacta la rabia punk de sus inicios, los mejores temas del disco son también los más tranquilos. Mould entrega un par de amargas baladas acústicas (Too Far Down y Hardly Getting Over It) y Hart se saca de la chistera dos verdaderas cumbres incontestables, Sorry Somehow y Don't Want To Know If You Are Lonely, de una rotundidad y lirismo desgarradores.
Al alcanzar su cima creativa como grupo, el trío se encuentra nadando a contracorriente y con el agua al cuello. Los problemas personales se recrudecen, así como las presiones por parte de la discográfica que exigen éxitos inmediatos para la radiofórmula. Tanto lastre comienza a pasarles factura al finalizar una gira de conciertos especialmente extenuante.
Con Mould hospitalizado debido a sus excesos con las drogas y el alcohol, Hüsker Dü se enfrentan a un momento crítico. Para cuando Mould parece recuperado de sus adicciones, Hart ya está enganchado a la heroína. Mientras el primero se encuentra lleno de vitalidad y energía, el otro comienza a sumirse en depresiones y síndromes de abstinencia. Ante semejante panorama, la discográfica exige la entrega de un nuevo álbum cuanto antes, temiendo por la continuidad del conjunto. La relación entre Mould y Hart se deteriora cada vez más y poco a poco se van distanciando, aumentando los tiras y aflojas y las discusiones. Norton intenta mantenerse al margen mientras todo se desmorona a su alrededor e intenta concentrarse en apaciguar los ánimos, mediando él mismo con los representantes de la discográfica.
Warehouse: Songs & Stories (Warner, 1987) llega con un par de meses de demora sobre lo acordado, pero ofrece una estupenda nueva colección de veinte canciones en las que predominan los medios tiempos. Las reseñas del nuevo álbum doble no son del todo positivas, pero los de arriba parecen satisfechos con el éxito masivo del vídeo de su “Could You Be The One?” en la MTV, que parece reservarle por fin un futuro prometedor a la banda.
Sin embargo, la noche antes de arrancar la gira de presentación la tragedia golpea al grupo a través de la persona de su manager, David Savoy Jr. Una llamada de teléfono les comunica que David ha aparecido ahorcado en su casa. A pesar de sus antecedentes maniaco-depresivos, el repentino suicidio de su amigo supone el definitivo golpe de gracia para la banda. Con los ánimos bajo mínimos, la presentación del disco se retrasa un mes más. En este tiempo los vínculos vuelven a estrecharse y se acuerda asumir las labores de representación como en los viejos tiempos, rechazando las ofertas de management de la discográfica.
De nuevo en la carretera, ofrecen una serie de conciertos -registrados en un álbum póstumo en directo, The Living End (Warner, 1994), que recoge varias actuaciones del tour- que hacen recobrar nuevas esperanzas sobre el estado de forma de un grupo que, hasta ese momento, siempre había sabido superar las adversidades. Por desgracia, el empeoramiento de la relación de Hart con las drogas provoca un nuevo enfrentamiento (esta vez violento) con Mould que termina con una espectacular pelea entre ambos. Será al llegar la gira a Minneapolis cuando Mould anuncie que abandona el grupo.
Se barajan varias hipótesis sobre las razones que empujaron a Mould a tomar una decisión tan drástica. Por un lado, la conflictiva adicción de Hart hacía peligrar cada vez más las actuaciones en directo, contribuyendo a que las diferencias entre ambos (cada vez más irreconciliables) llegasen a límites insostenibles. Por otra parte, Mould comenzaba a sentirse estafado y desencantado con la industria, mientras veía impotente como los directivos de Warner les apremiaban para la consecución de ese hit definitivo que nunca llegaron a firmar. Incluso llegó a insinuarse una relación sentimental no correspondida entre Hart y Mould como principal motivo de la ruptura, atribuyendo a las letras de algunas de sus canciones la relectura de velados cruces de reproches entre dos ex-amantes, teoría que ambos se encargaron de desmentir en repetidas ocasiones.
En una de sus escasas comparecencias públicas, Mould zanjaba el tema aduciendo hastío y aburrimiento. Parecía como si el prolífico caudal creativo se hubiese agotado, acusando un sonido cada vez más repetitivo y cansino. Y por si fuera poco, la madre de Hart, preocupada por la salud de su hijo, insistía en la necesidad de que tocasen únicamente los fines de semana... A aquellos tres jóvenes surgidos del punk, que habían crecido y madurado juntos, les había llegado el momento de tomar caminos separados.
Greg Norton pasó una temporada en Atlantic City, regentó una licorería en New Jersey y tras su fugaz paso experiencia en Grey Area (junto al ingeniero de sonido de Hüsker Dü, Colin Mansfield) abandonó la música para instalarse en Red Wing, Minessota y abrir un restaurante junto a su mujer, The Norton's Restaurant (actualmente, Sarah's Restaurant). En 2006 volvería a picarle el gusanillo de la música, fundando Gang Font feat. Interloper, junto al batería Dave King (The Bad Plus), el guitarrista Eric Fratzke (Happy Apple) y el teclista Craig Taborn, con los que llega a publicar un único álbum homónimo en 2007 al amparo del sello independiente especializado en jazz progresivo, Thirtsy Ear, combinando la pulsación rítmica de los primeros Tortoise y el músculo del math-rock de Don Caballero. Siguen en activo sin necesidad de pasar por el estudio y por lo que se ve, todavía disfrutan con el mero hecho de tocar juntos.
Por su parte, Grant Hart fue el primero en iniciar una carrera en solitario. Seis meses después de la separación del grupo, Hart repite unos análisis que confirman que el diagnóstico inicial de VIH era erróneo. Tras un periodo de rehabilitación firma de nuevo con SST para editar un single -2541(SST, 1988)- anticipo de su debut en solitario, Intolerance (SST, 1989) que supone su vuelta al ruedo discográfico. Poco tiempo después, se estrena con una nueva formación de ecos burroughianos que despierta el interés entre la prensa especializada, Nova Mob, con los que llega a firmar una breve pero intensa discografía. Felizmente recuperado en los últimos años, Hart prepara nuevo disco para 2012, The Argument, inspirado en El Paraíso Perdido de Milton.
Después de firmar un jugoso contrato con Virgin, Bob Mould inauguró su excelente faceta como songwriter con el clásico Workbook (1989), un sobrio trabajo semi-acústico que precede a un momentáneo regreso a sus inicios más ruidosos, con el menos satisfactorio -pero igualmente disfrutable- Black Sheets Of Rain (1990). Pero su brillante trayectoria al márgen de su Hüsker Dü, Mould aún depararía una nueva y grata sorpresa a los seguidores del sonido de su mítica banda. Su nuevo power trio, Sugar, alcanza rápidamente el estatus de una de las influyencias musicales básicas de los años noventa al practicar un rock de ascendencia indie que establece numerosos nexos de unión con su pasado, filtrado a través de la nueva sensibilidad de bandas como los Pixies. Los tres álbumes resultantes, Cooper Blue (1992), Beaster (1993) y F.U.E.L (1994) se encuentran entre lo mejor de la década y, a buen seguro, merecerán una futura revisión en este blog próximamente. Sobre todo después del reciente anuncio de su gira europea prevista para verano y en la que interpretarán las canciones de su primer largo.
Siempre preocupado por la salvaguarda tanto de su libertad artística como de su intimidad personal, Mould huye como la peste del fenómeno del hype y disuelve el grupo atosigado por los constantes rumores sobre su inclinación sexual filtrados por la prensa sensacionalista (salió del armario a principios de los noventa) y las habituales imposiciones de la industria discográfica. Desde entonces, ha adoptado un papel más discreto dentro del panorama musical independiente, brindándonos todavía ocasionales (pero rotundos) triunfos en su carrera como solista, como Modulate (Cooking Vynil, 2002). El año pasado fue homenajeado por musicos como Dave Grohl, Britt Daniel (Spoon), Craig Finn y Tad Kubler (The Hold Steady), Randy Randall y Dean Allen Spunt (No Age), Margaret Cho, Jason Narducy (Telekinesis), Jon Wurster (Superchunk) y Ryan Adams, quienes se reunieron en el Walt Disney Concert Hall de Los Angeles para versionar algunos de los mejores temas de su ya dilatada carrera.
A pesar de las constantes negativas sobre una futurible reunión de Hüsker Dü, Hart y Mould enterraron momentaneamente el hacha de guerra en 2004 con motivo de un concierto benéfico por el bajista de Soul Asylum, Karl Mueller, quien fallecía al año siguiente víctima del cáncer. La canción elegida no podía ser más ilustrativa: Never Talking to You Again. Y en ello siguen.
Hay 6 Comentarios
Acabo de terminar de leer el artículo y solo puedo decirte que gracias por el trabajazo, desde luego es lo más cercano a una tesis doctoral que se puede leer sobre Hüsker Dü, yo, sin voluntad de spamear, dejo por aquí el que yo escribí, muchísimo menos completo pero con otro enfoque: Qué grandísimo grupo, aquí dejo un artículo que escribí el verano pasado en el que explico mi amor incondicional: http://colectivogurrumio.tumblr.com/post/8518779914/my-own-private-sonic-youth-5-husker-du
Publicado por: Colectivo Gurrumío | 18/04/2012 22:56:35
Cuando tenía 20 años, escuchando "Sorry Somehow" me dí cuenta del modo en que influye una composición en las emociones. Gracias por el doble artículo.
Publicado por: John | 15/03/2012 11:36:03
Bravo, muy completo. Solo quería comentar que el "Good news for Modern Man", que sacó Grant Hart en el 99, me parece una joya, y pasó muy desapercibido.
Publicado por: satan | 20/02/2012 15:29:12
no conocía a The Gang Font, la banda actual de Greg Norton. Muy buena. Muy completo el artículo
Publicado por: Nacho | 18/02/2012 16:17:54
Pues de momento, según la web oficial de Mould, sólo están confirmadas las fechas de Londres, Bruselas y Helsinki. El tour está abierto a contratación. ¡Esperemos que algún promotor se anime!
Publicado por: David Bizarro | 16/02/2012 11:20:22
Excelentes artículos sobre una de las mejores bandas de los ochenta. Enhorabuena.
Tuve la suerte de ver en directo a Bob Mould en el club 9:30 de Washington. Debía ser el año 91 o 92, con la gira de su (creo) segundo disco en solitario, "Black Sheets of Rain". Gran concierto. Recuerdo también la primera vez que oí la canción "It's Too Late" en el Agapo, de Madrid, gracias a Álvaro Ruiz. Fue amor a primera escucha y desde entonces el album y la canción están entre mis favoritos. ¿Alguien sabe si España está incluida en su gira europea?
Publicado por: Biri | 16/02/2012 11:15:34