Rangarang es una palabra persa que hace referencia a los colores del arco iris. Pero también fue el título de un programa de televisión que durante los años setenta contagió de alegría pop a la sociedad iraní, fomentando un variopinto estrellato de cantantes melódicos, divas de la música disco y virtuosos de la psicodelia. Bajo el epígrafe Rangarang: Pre-Revolutionary Iranian Pop (Vampisoul, 2012) se reúne una nutrida representación de artistas que se vieron obligados a encabezar la primera diáspora de exiliados a manos del ayatolá Jomeini.
Siguiendo la estela de anteriores antologías publicadas por B-Music/Finders Keepers o Sublime Frequencies, este doble CD (también disponible en glorioso triple vinilo) funciona como perfecta carta de presentación para el aficionado al mestizaje exótico. A medio camino entre las baladas de Bollywood y el sirtaki griego, la selección de Eva García Benito no escatima en maridajes fantásticos de la tradición sufi con el funk de corte tarantiniano, las bolas de espejo y los zapatos de plataforma. Veintiocho cortes de diferente calado para una recopilación de envergadura donde tan sólo se echa de menos una mayor profusión de datos biográficos y cronológicos en las notas interiores.
La culpa no es tanto de Bronwen Robertson (autor del apreciable libreto) como de las fuentes que se barajan; la mayoría de ellas dramáticamente silenciadas o rendidas al pábulo islamista. Se agradece, eso sí, la traducción de los versos iniciales de cada canción, que nos abren la puerta a una peculiar sensibilidad pop que enmascara la melancolía de diversión intrascendente.