Enojarse es una forma verbal en desuso en España; aquí siempre hemos sido más de cabrerarnos. Hace ya unos cuantos días que hemos superado con creces el umbral de una indignación contra nuestros gobernantes que no entiende de léxicos, tendencias o simpatías personales por lo que, aún siendo plenamente consciente de nuestra condición de blog musical, convendrán que la actual situación se merece cuanto menos un repaso. Habrá quién me acuse de usar este medio como tribuna y no andará del todo desencaminado. Quien entrará al trapo para enmendarme la plana o remitirme a la opinión de analistas más incisivos y documentados. No se corten, que hay barra libre y a estas alturas pienso que sabré encajarlo. Pero concédanme, al menos, la licencia de ilustrar mi diatriba con un puñado de canciones. Y por favor, siéntanse en pleno uso de la palabra para rebatirla y completarla.
Así son las cosas y así se las hemos cantado...