"Una vez al año, en la noche embrujada / Es Halloween y ¡qué susto! / chavales y monstruos cubren sus pieles / y ocultan sus ojos bajo disfraces maléficos / Cometes un gran error al salir / con los fantasmas merodeando / ¡Es Halloween... nuestro momento de pasar miedo!". Según una nota de prensa publicada en 2005 por la NAHPI (Iniciativa para la Prevención del Halloween Norteamericano), la publicación del single benéfico Do They Know It's Halloween? obedecía al sentimiento de frustración generado por la condescendencia etnocentrista de campañas similares. "¡Ayudadnos! ¡Ayudadnos! ¡Salvad nuestras almas! / Nos estamos muriendo de miedo y ni siquiera se han enterado / Piensan que lo tenemos todo / Pero necesitamos formar una piña / para conseguir olvidarnos, olvidarnos de Halloween!". Basta ya, decían, de ceñir nuestra visión del mundo a parámetros exclusivamente occidentales. Mejor dicho estadounidenses, si me permiten la apreciación; porque poco (más bien nada) resta ya de los ritos celtas de Samhain, exportados a Norteamérica por los primeros emigrantes irlandeses del siglo XVIII. Por no hablar ya de los orígenes paganos de lo que hoy conocemos por Todos los Santos, y cuya traducción, All Hallow´s Eve, dio orígen al actual Hallowe'en.
NAHPI - Do They Know It's Halloween? (2005)
Pero no se dején engañar por el aparente rigor de las demandas de la NAHPI. Tras sus siglas se escondía un colectivo de músicos encabezado por Adam Gollner (We Are Molecules), Nick Diamonds (Islands) y Steve McDonald (Redd Kross), decididos a hacer mofa del Do They Know It's Christmas? de Bob Geldof para recaudar fondos para UNICEF. "El resto del mundo no comparte nuestra preocupación / por erradicar este gran problema / Letonia, Laos, Chad, Perú... ¡necesitamos vuestra ayuda! / De lo contrario nunca entenderéis / el temor al que nos enfrentamos una vez al año / ¡Tenemos miedo a la Noche de Todos los Santos!". Una cáustica llamada a la solidaridad que les honra y de la que todos salimos beneficiados, al menos, en lo estrictamente musical. El divertimento contó con la colaboración de primeras espadas del indie internacional como Win Butler y Régine Chassagne (Arcade Fire), Beck, Devendra Banhart, Feist, Thurston Moore o Karen O (Yeah Yeah Yeahs) entre otros y a los que hay que sumar la presencia de dos iconos de tintes mefistotélicos: Malcom McLaren y Elvira, la Reina de las Tinieblas.
A continuación, les propongo un repertorio acorde a las circunstancias, no sin antes advertirles que muchos nombres ilustres han sido obviados: Bobby Boris Pickett, Screamin' Jay Hawkins, Misfits, Ramones, The Cramps, Bauhaus... La lista era demasiado larga, por lo que pueden aplicar a su gusto lo de no están todos los que son, pero sí son todos los que están; que ya es algo.