A Kanye West no le
perdonan que sea bueno y esté orgulloso de ello. Pero sobre todo no le perdonan
que lo diga abiertamente, que haga bandera de sí mismo, que rompa las barreras
de esa supuesta modestia a la que deben sentirse apegados los artistas para no
incomodar a no se sabe quién. Inmersos como estamos en la época del yo, del
culto a uno mismo y del exhibicionismo casi pornográfico de nuestros hábitos
más inocentes, no deja de sorprender que se censure y se satanice la actitud ególatra
y categórica de Kanye West. Tendría mucho más sentido aplaudir y venerar a
alguien que en tiempos de crisis –y no solo económica– saca a relucir casta,
orgullo y ambición suficiente como para salvarle el cuello al rap las veces que
haga falta y provocar, una vez más, un movimiento de agitación total en la
escena. Hay raperos infinitamente más seguros de sí mismos ahí fuera –Jay-Z,
Nas…– y hay raperos infinitamente mejores ahí fuera –Jay-Z, Nas, Scarface,
Common, Killer Mike…–, pero ninguno tiene su capacidad de convicción ni su fe a
la hora de convertir las dudas, la ansiedad y la angustia creativa en música
digna de ser noticia. En “Yeezus”, juego de palabras con ‘Ye –abreviatura de su
nombre de pila– y Jesus, nuevo disco que se pone hoy a la venta, el rapero,
productor, diseñador de moda y entertainer se autodefine como un Dios, mantiene
diálogos amistosos con Jesucristo y se desvincula por completo del género con
un ejercicio de ruptura tan precipitado, descontrolado e impetuoso como
fascinante, físico y adictivo.
“La temporada Yeezus ya está aquí / Que le jodan a todo lo que habéis estado escuchando…”, alerta West en los primeros compases de “On Sight”, la canción con la que se abre el disco. Un aviso para navegantes: olvidémonos de “My Beautiful Dark Twisted Fantasy” y empecemos de cero, porque el viaje no se parecerá a nada de lo que hayamos escuchado antes. Decía el otro día el periodista radiofónico Pete Rosenberg, una firma de prestigio y repercusión en la esfera rap neoyorquina, que si estabas buscando al Kanye West de “Late Registration” aquí no lo ibas a encontrar. Ni al Kanye de “808s & Heartbreak”. Ni tan siquiera al de “My Beautiful Dark Twisted Fantasy”. Este es otro Kanye. Es el Kanye enfurruñado, rabioso, histérico y malhumorado que no tiene ni un solo minuto de su tiempo para la distensión, la frivolidad o la distancia. Malhumorado por lo que dice y, sobre todo, por cómo lo dice: “Yeezus” funciona a base de gritos, exabruptos, increpaciones y pensamientos vomitados. Con poco orden y criterio, incluso con algunos momentos entre el delirio y el ridículo, ‘Ye esparce su inquina para darle coartada a una revuelta artística que parece más un juguete-experimento de millonario con ganas de incomodar a la industria, a sus propios colegas y a sus detractores que una obra radical en la línea de Public Enemy, Dead Prez, Disposable Heroes Of Hiphopcrisy, Killer Mike o Death Grips, referentes que te vienen instantáneamente a la cabeza cuando escuchas “Yeezus” por primera vez.
Que no suene peyorativo el calificativo de capricho de millonario, al contrario. Si en algo deslumbra y fascina este álbum es en su intención de alejarse de cualquier convencionalismo mainstream y en la de proponer un nuevo orden estético y también expresivo para el hip hop con los medios y las posibilidades de 'los de arriba': “Yeezus” nos invita a prescindir de singles para la radiofórmula, incita a expresar sensaciones, pensamientos e ideas conectadas con la realidad y el momento que estamos viviendo y padeciendo, nos obliga a comprometernos con el son de nuestras entrañas y da un toque de atención claro y explícito a la elite popular y mediática del género, perdida en el fragor de una batalla mimética a base de sonidos clónicos, hits-basura, cameos fotocopiados y rimas sin alma. Es pronto y muy aventurado teorizar sobre el impacto que pueda tener el disco en las grandes ligas del género, si agitará conciencias y motivará seguimiento o si sencillamente quedará como la anécdota de un excéntrico, pero ahí queda este señor órdago para ver quién recoge el testigo y se suma a la detonación desde dentro de las bases establecidas en la órbita mainstream en busca de un cambio de tendencia.
Líricamente “Yeezus” no dice nada que no dijera ya, y mejor, “R.A.P. Music” de Killer Mike. Y en algunos momentos es inevitable pensar que este aspecto es el menos trabajado de todo el álbum: aunque encontramos suficientes elementos reconocibles de su universo, incluso algunas frases destinadas a convertirse en clásicos del repertorio de Kanye West, la sensación general es que algunas canciones están improvisadas, hechas con prisas, a salto de mata y sin las ideas muy claras, como si hubiera tenido que completarlas con rapidez para quitárselas de encima. Una sensación muy diferente a la que transmite su apartado musical, notablemente más inspirado, retador y atractivo. West delega en un amplio elenco de colaboradores –de Daft Punk a Hudson Mohawke, pasando por Rick Rubin, TNGHT, Joey Chops, RZA o Mike Dean, entre muchos otros–, vuelve a alejarse de la producción para sus propias canciones –un cambio de tendencia apuntado ya en “MBDTF” y el recopilatorio de su sello G.O.O.D. Music– y juega a la idea de trabajo compartido en estudio para perfilar las bases de su nuevo sonido. Un sonido primario, minimalista e inusitadamente agresivo, punto de encuentro de referencias electro, trap, house e incluso de pop industrial, al servicio de un discurso sin reglas: alejado de cualquier estructura ortodoxa, en “Yeezus” se suceden canciones con bruscos cambios de ritmo y tono, alusiones directas a las corrientes musicales que guían el presente de la escena electrónica del momento y algunos malabarismos sonoros totalmente inéditos hasta la fecha en el ámbito hip hop.
¿Es “Yeezus” una obra maestra? Ni de lejos. Por no ser no es ni el mejor disco de Kanye West. Ni el segundo mejor. Ni tan siquiera el tercero. Pero incluso con sus imperfecciones y salidas de tono se hace difícil pensar en otro disco aparecido hasta el momento en el ámbito hip hop que pueda despertar tanta fascinación, desconcierto, excitación y división de opiniones. La fascinación que genera una sacudida formal de estas características, tan consciente de sus incoherencias líricas como de su atrevimiento sonoro; el desconcierto de no saber en qué puede desembocar este reto que ‘Ye plantea a sus compañeros de estatus y la influencia que podrá tener en el devenir artístico del propio autor; la excitación de ver cómo “Yeezus” no tiene ni un solo single pero no puedes parar de escucharlo en todo el día; y la división de opiniones propia de los títulos que llegan para dejar huella, los títulos que, equivocadamente o no, ya se verá, nacen y se desarrollan con el objetivo de provocar reacciones y pequeños terremotos en la zona de comodidad del género.
Hay 10 Comentarios
el disco es muy bueno,les guste el rap o crean que no,escuchenlo.
Publicado por: pedro | 24/05/2014 7:31:50
Esta critica es sobre Kanye West o Killer Mike? que por cierto se nota que eres un mojabragas de el porque lo comparas con Nas y Jay-Z y ni siquiera es el mejor de su discográfica
Publicado por: André3000 | 07/01/2014 15:09:10
Moderno, cutre... Por eso nosotros os recomendamos restaurantes excelentes con precios muy buenos donde ir a comer y salir plenos de cantidad y satisfacción http://www.capitanfood.com
Publicado por: CapitanFood | 19/06/2013 12:21:46
Este tipo y su música es insoportable. http://apocalypsebrothers.blogspot.com.es/
Publicado por: Apocalypse Brother's | 18/06/2013 17:54:56
Bueno, bueno, este señor es G R A N D E!
El cambio de ritmo de New Salves en el minuto 2:52 es tremendo, todavía más con la aportación de Frank Ocean. Sin duda en el Top 10 de 2013 junto a Phosphorescent, My Bloody Valentine, Savages o Vampire Weekend.
Publicado por: Miquel | 18/06/2013 17:40:19
No soy experto ni sigo tan de cerca la carrera de K.West, pero al escuchar el segundo tema colgado en el post, me ha parecido que este tío hace lo que y como quiere -seguramente por no estar necesitado de más éxito o dinero- pero al menos me parece original y curioso
Publicado por: Dieggo | 18/06/2013 17:08:56
este tipo es un farsante. Ni hace buena musica ni buena ropa. Los escribas de la productura nos hacen ceer por A y por B que este hombre es un genio pero al escuchar su musica la sensación es de total indiferencia
Publicado por: Hoppet | 18/06/2013 15:15:17
broc, cuántos textos sobre este disco piensas publicar hoy? me gusta más el que has hecho para playground, tiene tan poco sentido del humor como etse, pero es más corto. cuándo sale tu crítica de kanye west en perro y sabueso?
Publicado por: Macky | 18/06/2013 11:52:04
Ser un genio debe ser algo realmente difícil. Creo que es mucho más fácil confiarse a la mercadotecnia de hoy día y simplemente limitarse a decir que uno es Dios, hacer cosas extravagantes que el resto de los mortales no puedan comprender (¿y por qué no ser el primer rapero en grabar un disco íntegramente con un huevo frito en la cabeza y diciendo la palabra "testicle" al inicio de cada tema, en diferentes lenguas semíticas) y que no afecten en absoluto a la calidad del trabajo de uno, más bien la disfracen. Lo importante es la superficie, la imagen. Otra cosa es eso, el producto artístico final
Publicado por: Amparito | 18/06/2013 11:39:41
Venga ya.Ese tipo es un inculto y quien le haga caso es del mismo palo, cuanta tontería ¿modernista?
Publicado por: RPor | 18/06/2013 10:32:29