Faltan dos semanas para que arranque el festival y la organización del VillaManuela casi no da abasto. Basta con recordárselo para que a Luciano Suárez le cueste bajar la cerveza. Me confiesa que la idea de montar un festival en el madrileño barrio de Malasaña les llevaba rondando por la cabeza desde hace cinco años. "Lo intentamos varias veces pero hasta ahora no se habían dado las circunstancias adecuadas". Al principio me cuesta entenderlo, teniendo en cuenta las adversidades logísticas y económicas a las que tienen que enfrentarse y a las que hay que sumar la política actual del ayuntamiento, empeñado desde hace años en asfixiar uno de los pulmones artísticos del centro de la capital con normativas absurdas, retirando licencias y recortando horarios. "La clave es involucrar en el proyecto a promotores independientes y apostar por las tiendas de discos, el pequeño comercio y la hostelería, que siguen siendo los principales activos de la zona", resume. "Concebirlo como algo hecho por y para la gente del barrio".
Un criterio de sostenibilidad que, según confirma Edu García (responsable de Giradiscos) no tiene nada de descabellado. "Cerramos el cartel con lo que teníamos a mano. Somos realistas con las dimensiones del proyecto y por eso hemos recurrido a bandas de un tamaño que podemos abarcar". Conviene recordar que hablamos de un aforo de quinientas personas y que las entradas se están vendiendo a buen ritmo y precios asequibles, sin necesidad de cabezas de cartel en exclusiva ni cachés multimillonarios. Lo que no quiere decir que no cuenten entre su programación con grupos de renombre internacional como Dead Meadow y primicias de la talla de Male Bonding o Tropic of Cancer.
Aunque conozco suficientemente a los dos como para adivinar quién se esconde detrás de cada fichaje, lo mismo podría decir de sus socios, los chicos de Holy Cuervo (Nacho Cabrera, Paco Fernández y Nacho Montero) y Fernando Vicente. Se echa en falta a más gente en la mesa. Lo que empiezan a sobrar son botellines. "También hay artistas como Sean Nicholas Savage, que ha sido disco del mes en la Rockdelux pero sigue siendo prácticamente un desconocido en España". Cualquiera lo diría, habiendo publicado seis discos en apenas cuatro años; el último de ellos, Other Life (Arbutus, 2013), eso sí, tan excéntrico como brillante. Edu capta mi incertidumbre respecto al directo del canadiense y se encoge de hombros: "Es la clase de artista que te puede sorprender en cualquier momento, pero no es como John Maus. Viene a Madrid con su banda al completo".