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01 febrero, 2007 - 01:00

Planteamiento y nudo

Al margen de que queramos dar importancia o no a los premios, la ceremonia de entrega de los Goya es una oportunidad de, una vez al año y en horario de máxima audiencia, exhibir un estado de las cosas al menos esperanzador y demostrar que se puede sonreír incluso entre el humo y los cascotes. Mucho público encuentra en la ceremonia la concentración, en un solo punto, de la temperatura de una industria, de lo que somos, lo que fuimos y hasta dónde podemos llegar.   

De momento, ya se han eliminado esos discursos en contra del cine norteamericano, con el tema principal de Alan Silvestri para Regreso al futuro de fondo (¿es que no había un tema musical menos reconocible?). Esta esquizofrenia, que se podía resumir en un “queremos ser Hollywood en lugar de Hollywood”, acompañada años atrás de alguna que otra campaña de televisión que imploraba al público que rechazase el cine yanki,  resultaba una cadavérica muestra de impotencia ante un público al que ya se había perdido la esperanza de comprender.

Se ha relajado la a veces excesiva politización del evento, se han solucionado problemas de concepto y realización, y se ha resuelto la complicada ecuación que es hacer una gala a la manera norteamericana con lo que hay a mano. 

En cualquier caso, todavía despierta cierto escepticismo un espectáculo televisado que parece hecho en demasiado poco tiempo. ¿Por qué la calidad de los sketches ha sido inferior a la de los de  Homozápping, cuando comparten creadores y los segundos se realizan en un duro régimen de emisión semanal?

Repitan conmigo: Este año hay una categoría en los Oscar en los que España ha colado dos candidaturas. De cinco cortometrajes seleccionados en una dura destilación que implica los más exigentes festivales de todo el planeta España ha colado dos. El cuarenta por ciento.

En una gala en la que la palabra Oscar se mencionó tantas veces, en torno a la cual se hicieron tantos comentarios y chistes ¿Era tan difícil siquiera mencionarlo? Quizá resulte doloroso que, de los dos cortos agraciados, ninguno haya sido contemplado por nuestra Academia. Pero la desincronía entre el reconocimiento que dan los Goya al cortometraje español y el que da el resto de festivales nacionales e internacionales ya es un clásico asumido por todos. 

Pero, precisamente este año ¿Era necesario entregar los premios a las tres categorías de cortometraje de golpe, amontonados en el escenario, como si estuviesen repartiendo melones? Si todo era un gag entre Millán y Corbacho ¿Por qué no tuvo conclusión, un punch final, un remate concluyente?

Porque ese es el punto más intrigante de la gala: La cantidad de situaciones, comentarios y provocaciones en el escenario que, en vez de concluirse, quedaban suspendidas en el aire, como chistes que se desmayan a la mitad. Entra en escena un actor al que no se ha llamado, se le echa, éste se disculpa y se va sin más...  Se cuestiona si el culo de Noriega era el del anuncio de tónica y éste cabecea y murmura algo... Se inicia la frase “Todas las películas están escritas”, después se añade “Y algunas muy bien escritas” y ya está.

Esto es un inglés, un francés y un español... y al rato el francés se va.

Van dos y se cae uno de ellos.

-¿Ha visto a Mistetas?

-Si se refiere a su perro, no no lo he visto.

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Comentarios

FUEGO, fuego divino y salvador para las estructuras mentirosas. Seamos malos, démoles a esos críticos material que no sepan catalogar. ¿Industria Hollywoodiense? me parto el anete de placer total, de droga intravenosa.
Solo digo cosas sencillas, si, en Espagna se envidia/odia el producto americano tal como yo amo/odio a la encantadora ligerita de cascos que me enseña el culo y se masturba por la webcam (y gratis, no nos engañemos, nada de dinero se cruza por ahí). Si señores DUALIDAD complicada para el ser humano, pero me importa un rabanete corporativo de tamaño XXXL, les fustigaremos, a todos. A ellos, a nosotros, a ti, a todos.

Lo veremos, audiovisualmente es tan posible, pasaré del dicho al hecho (aunque haya que pasar por el complicado pecho de hechos) nada de celebro, Maestro Zen ZEN (y al vino vino). JUA JUA JUA JUA JUA "what doesn't kill you makes you stranger".

Lo siento mamá, lo siento Dios...

Como buen cinéfilo ochentero y eterno universitario, cualquier ceremonia de premios se me aparece como una buena excusa para una fiesta. Salvo la gala de los Oscar del año pasado, que tuve que ver en diferido debido a la desaparición de Canal+ y pese a la aparición de mi admirado Jon Stewart, la noche de los Oscar en mi casa es una noche sin dormir y con bastantes palomitas.

La noche de los Goya... bueno, solía ser un sucedáneo más enfadado. Lo mismo, pero sustituyendo el glamour por increpaciones a la Academia y largas diatribas sobre por qué la industria española se niega a aceptar los verdaderos motivos de su crisis estructural. Este año recibí un mensaje en mi móvil mientras estudiaba para un examen. Era de mi hermana: "Menuda birria de alfombra roja.Como la gala sea igual vamos listos". Tardé cinco minutos de reloj en darme cuenta de qué estaba hablando.

¿Es posible? ¿La Academia ha llegado a tal punto de desconexión con la realidad que ya ni me importa lo que pase en los Goya? ¿Acaso he cambiado yo y mi reciente admiración por según qué tipos de televisión me ha desviado de mi estúpido plan de ganarme algún día la vida con el cine? Pues probablemente, para qué nos vamos a engañar.

De todas formas, era deprimente ver los Goya. Me ponía de los nervios cada vez que veía la calva de algún actor nacional cruzarse ante la cámara porque iba al servicio, o bien contemplar los sucesivos problemas de organización que evidenciaban la ausencia de ensayos. La gala siempre ha sido una manifestación de la industria española: lenta, barata, hecha como por obligación. Un "que no se diga" indolente.

Me dice mi hermana que, pese a la alfombra roja, algo se ha mejorado este año ¿Se aplicará eso también a la industria?

Desde la gala de los Goya con el "no a la guerra" no la volveré a ver, creo que los actores se han ganado un odio, y un desprecio importante. Me parece vergonzoso que sigan recibiendo subvenciones el cine español, cuando han demostrado con creces que son realmente malos y que no se las merecen. http://www.miobesidad.com

No aguanto a Corbacho, pero la verdad es que fue una de las galas mas divertidas de los ultimos años. Pero aun asi, no aguanto a los actores, me parecen escoria, siempre politizandolo todo. http://www.nudismogratis.com

Los Cronocrímenes, aquí: http://www.mundodvd.com/foro/viewtopic.php?t=49451

¡¡¡PEEDROOOOO!!!

Emmm, oye, nada, que quería saber cómo es la tapicería del Seat Thunder que vendes, pero es que al llamar (son las dos de la mañana, he hecho caso de tu indicación de horario) me dice un señorita que no existe ese número de abonado.

A los demás: Perdonad que utilicemos este medio para comunicarnos. De todas formas, como yo no anuncio mi blog, supongo que no os importará que utilice así el huequito que me toca.

Venga, gracias.

Me da la sensación que ahora, que dos españoles han sido nominados al oscar, te pasas el día recordando que hubo un tiempo en que tú eras lo más y que por supuesto tu también fuiste nominado.

Disculpenme todos pero no entiendo qué diferencia hay entre aprovechar la mínima para colar que servidor tiene un blog y tratar de vender cualquier otra cosa. Así que ahí va lo mío:
Seat Trueno. Nuevecito, a estrenar. 5 puertas, 4 ventanas y 1 volante.
Pedro: 609 654 112 (mañanas)

Oye, ¿por qué demonios Bloglines no me avisa de lo que viene ocurriendo aquí, tío? No hay manera.

La verdad es que no aguanto a Corbacho, pero tambien es verdad, que ha sido una de las galas mas entretenidas que he visto.

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