No le voy a contestar a esa pregunta, señorita

Uno de los perdedores más famosos de España/Me doy un canto en los dientes/Estoy flipando/Victimismo inherente a todo director de cine español/Volver a ver Los Cronocrímenes a estas alturas/No tengo discurso/Silencio incómodo/Nuevos realizadores hay siempre/No hay tantas tetas/Estoy utilizando la palabra “estructuras” como un latiguillo/Cine en descampaos/Por favor, cambiemos de tema/Triunfracaso/ciencia cicción con café/Dos Karras Elejaldes/Disfraz de culto/El maravilloso youtube del perro sonámbulo/Lo más frustrante a la hora de hablar de Perdidos/Volvemos al tema del plagio (y todavía no había pasado lo de Emily)/Minchinela ataca/Éxodo de público por miedo a los spoilers (o había que pillar el autobús)/Viajar en el tiempo en una isla/El camino del protocineasta/Problemas del Notodofilmfest/Todos queremos hacer televisión/Qué vida más triste/El amor/Un corto en torno al tema de la incomunicación/Ir al plató en pelotas/Provocando torpezas/Mi madre, a punto de recibir una hostia/Las 7:35 y las 19:35/Combinando cine y redes sociales/Pero donde demonios empieza la historia en mi película/Las diferencias entre misterio y paradoja/Otra naturaleza/Pero qué demonios hago saliendo en mis películas

 

(Es la primera parte de 6, pinchen en la ventana si quieren ver las demás)

Está feo que yo lo diga, pero las jornadas de Nuevos Creadores Audiovisuales Españoles en la Complutense juntó un cartel de conferenciantes tan diverso (incluso lleno de antagonismos) como disparatado y significativo. Algo rarísimo, no te digo ya en un Campus Universitario. Un mapa casi irreprochable para empezar a entender lo que está pasando aquí y ahora (o hace dos meses, ya ni se sabe). Victor Balaguera, nuestro particular hombre de negro en profundidad de campo estuvo allí, registró bastantes charlas con su cámara, y las colgó en su cuenta de Youtube. Todas son recomendables, pero si hay alguna que desarma, es la del Doctor Repronto, que forma un valioso binomio con la extraordinaria (y aseguro que polémica) charla de Jaime Rosales al día siguiente, que se puede escuchar en el blog de la iniciativa. A lo que más vueltas le doy: La vieja (y que yo soñaba herida de muerte) disyuntiva entre Alta Cultura y Baja Cultura se renueva. Antes se enfrentaba a Godard contra Bud Spencer. Ahora a Rosales contra LOST. Minchinela y Rosales no son sólo dos de las personalidades más brillantes con las que he tenido el placer de toparme, sino dos de las más agradables de escuchar. Sólo falta verles en la misma mesa.

 

BONUS: Me adelanto a la petición. El sublime video del perro sonámbulo es éste:

 

Hay otros mundos

De vez en cuando, y ámpliamente apoyado por las bondades de Ámazon, escarbo por Internet en busca de huellas de Los Cronocrímenes por todo el mundo. Hasta el momento, he conseguido algunos carteles, la mayoría de ediciones en DVD. Es curioso, como siempre, cómo se han interpretado los posibles ganchos de la película, y las connotaciones de los diferentes eslóganes.

De arriba a abajo: El norteamericano, con su curva a la izquierda. El francés, que tira de grindhoundismo sin rubor. El alemán. Curiosamente, una versión deshechada por nuestros Barfutura. El canadiense, con ese croquis a la altura que se merece. El inglés, que parece observado a través de los ojos de Depredador. El japonés (todavía no se ha editado el DVD, y la única ilustración que he encontrado no le hace justicia al abigarramiento hi-tech). Y el mejicano, que desvela que nuestra película siempre fué una secuela encubierta.

 

 

 

Impresiones de Málaga(2)

1

Después de la gala de clausura me fuí donde fuimos todos, a la cafetería del hotel AC Málaga. Allí me encontré con Ernesto Sevilla y Julián López, ambos con la mirada caída.

-Nos tiramos toda la mañana buscando una tienda de artículos de broma. Incluso llamamos al teléfono de información- me decía Ernesto.

-¿Para qué? - pregunté.

-Habíamos pensado ir a la gala de clausura con antifaces de fiesta. Como en Eyes Wide Shut, pero en barato. Pero al final nos dió pereza.

-Qué hicísteis. Fuísteis normales.

-No, nos quedamos en el hotel tomando gintonics.

2

El reconocimiento y el olvido son dos caballos cada vez más difíciles de domar, a medida que pasan los años. Hay que ser más prudentes respecto a ambos, y nunca hay que olvidar que la arrogancia y la modestia sólo tienen sentido cuando: a) Es gracioso b) Sirven para algo.

Es la quinta vez que voy al festival de Málaga, hasta ahora siempre participando en secciones periféricas. Pero este año me caía uno de los cuatro premios honoríficos: El premio Eloy de la Iglesia. De los cuatro, este premio presenta una particularidad. No es un reconocimiento a una carrera, ni un homenaje a una trayectoria pasada, sino una muestra de confianza hacia lo que podrías filmar a partir de ahora. Y siempre se entrega a algún cineasta que represente algún tipo de heterodoxia dentro del marco del cine español. Alguna salida de tiesto. El año pasado se entregó por primera vez, a Enrique López Lavigne y Juan Carlos Fresnadillo.

Si lo pensáis, es un premio arriesgado. En mi caso mucho más que el del año pasado. Creo que todavía tengo más oportunidades que el dúo Lavigne-Fresnadillo de cagarla a lo grande. Me pregunto si, después de una vida de chapuzas cinematográficas, me pedirían que devolviese el premio, en una gala con escenografía a lo temple of doom, con llamas de condena y corazones arrancados.

La gala. Reconozco que entre la connotación juvenil de premio, el ambiente risueño que se da en el festival y las risas entre entrevista y entrevista no me había tomado demasiado en serio mi ceremonia de entrega. Hasta que, 24 horas antes, asistí a la de Enrique Cerezo. El productor fue recibido en el escenario por la élite de la producción cinematográfica española, y un espectacular juego escénico de fotografías y fragmentos de películas. Y después él leyó un agradecimiento de catorce folios contados. Ahí me acojononé. Porque sabía que, aunque mi presencia en el escenario no representaba cuarenta años de cine español, me tenían preparado algo similar. Así que amanecí en el sofá de mi suite dándole vueltas a la cabeza. De dónde saco yo ahora 14 folios...

El truco, como mandan los tiempos, fue, precisamente, hablar de ese miedo, de esa incapacidad para resolver la papeleta. También dar las gracias por el acto de fe que representa darme un premio así. Al escenario salieron a hablar conmigo 

(de izquierda a derecha)  Ernesto Sevilla, Julián López, Borja Cobeaga, Koldo Serra, Pedro Calleja, Daniel Sánchez-Arévalo, Enrique López Lavigne y Juan Carlos Fresnadillo (la foto es de Nahikari Ipiña).

 Que durante unos minutos yo fuese el denominador común de tales superhéroes fué un honor que no ahorré en mis palabras. Y tampoco que mi entrega fuese seguida de dos proyecciones memorables como fueron El ataque de los robots de nebulosa 5 (se celebraba ese mismo día la noticia de su participación en la selección de Cannes) y Pagafantas, la película de Borja, la confimación de que una comedia española puede ser encantadora sin ser nostálgica, negra sin recurrir a los tópicos azconianos, graciosa hasta decir basta y de una matemática perfecta. Estando tan bien rodeado está chupado ser agradecido. Gracias, Eva, Cas, Iván, Javier, Carmelo y todos los que me habéis dado la oportunidad de estar tan arriba ese día.

El hombre elefante 2

Mi última pieza para Muchachada Nuí. Si este es el rumbo hacia el que se dirige el humor, ríanse ahora todo lo que puedan, mientras puedan. El apocalipsis del chiste se acerca.

Impresiones de Málaga (1)

1

Llegué al festival de Málaga después de una racha de trabajo intenso y solitario. No estaba al tanto de nada. Me pilló de sorpresa la polémica Marsé, sus declaraciones acerca de la falta de talento en el cine español. Apenas hubo entrevista en la que no se me preguntase mi opinión.

El cine español, sus bondades y delitos, es un tema de oro para el periodismo y la opinión. Es una cuestión el que la se mezclan tensiones políticas, orgullo patrio, moralismo, y se adapta como un guante a la necesidad creciente, tan web 2.0, de demostrarnos todos capaces de juzgar y condenar en relación a cualquier tema o problemática de actualidad. Las palabras de Juan Marsé son el enésimo comentario extraído de su contexto, amplificado, multiplicado y meneado, para que todos podamos sentir el placer de ver nuestras ideas confirmadas o contradichas (no, no solemos entender un término medio). Y así poder opinar, opinar, opinar.

2

De todos los festivales a los que he acudido en mi vida, el de Málaga es el que más poder tiene para dibujar una tierra alternativa durante dos semanas. Recuerdo un año en el que no pude dormir en la cuarta planta del hotel AC Málaga debido a los gritos de las fans de El Duque, desde el hall. Este año me asomaba a un balcón de la octava y la muchedumbre, desde la calle, me gritaba señalándome otro balcón, suplicándome que le hiciese alguna seña a la estrella que ocupaba la suite de al lado. Ir en un coche de la organización con la ventanilla bajada es un suicidio. A nada que el vehículo frene en una calle próxima al Teatro Cervantes, una turba de chiquillos se arrojan contra tí, te hayan reconocido o no. Porque si no eres famoso, al menos conocerás a alguno. Hijas y madres te paran por la calle y te piden un autógrafo. Después te preguntan que quién eres.

En un momento dado arrojé a mi desorientado hermano contra un mar de chicas, diciéndoles que era el protagonista de la serie “Mejorando lo presente”. Da igual que esa serie no exista: Mi hermano generó tantos gritos como Hugo Silva durante unos segundos.

Durante dos semanas el cine español es un star system. La ilusión de que puede generar un mar de fans chillando, un atasco, sofocos, accidentes producidos por la presencia de la estrella del momento. Claro, hay trampa. Se trata de nombres generados por la televisión, nombres que tendrán su hueco en el repertorio de una película o no, pero que se han ganado un reconocimiento semana a semana, en series populares. No es exactamente una celebración del cine español, sino de la televisión española. Los aplausos no existen gracias a esa película aún no estrenada que ha hecho Amaia Salamanca, sino a Sin Tetas no hay Paraíso.

¿Seguro que hay trampa? De un tiempo a esta parte, mentes astutas que podrían haber espiado las turbas en Málaga han sacado adelante películas a partir de esta fascinación colectiva por las jóvenes estrellas televisivas. Y tanto Mentiras y Gordas como Fuga de Cerebros están arrasando en taquilla. Automáticamente ha saltado cierta suspicacia, y no se ha tardado en desprestigiar estas operaciones, tachándolas de oportunistas o innobles, a veces desde los mismos mentideros donde siempre se ha criticado la capacidad de nuestro cine de hacer negocio.

La referencia de Hollywood, ese lamentable peso que nos arrastra a veces a hacer ciertas películas y montar ciertas galas, nos lleva a pensar que las estrellas las genera la pantalla grande, no la pequeña, y que la violación de ese orden es sospechosa.. Como si ese público arrastrado a pagar taquilla fuese de mentiras, público de segundo orden. Gente engañosa, o engañada. El cine español y su público: Me pregunto si alguna vez saldremos adelante en esta cuestión bajo esa maldita costumbre de deslegitimar una de las partes.

 

BONUS. Tres encuentros digitales:

El País

El Mundo

Diario Sur.

Una entrevista en La Opinión de Málaga

Agenda

Nunca pretendí que ni éste ni mi anterior blog sirviesen como seguimiento específicio de todos los fregados en los que me meto, que fuese una referencia fiable y a tiempo para el periodista, que funcionase como agenda, como tablón de anuncios, como listado de premios, o cualquiera de esas cosas que requieren oficio y puntualidad. Sé que fracasaría pronto. Estoy en esa tierra de nadie en la que los compromisos se multiplican, pero aún no tengo ni secretaria ni asistente ni un buen cristiano que me eche un jarro de agua por las mañanas. Esto es un lío. Y de tener un blog que refleje algo, que al menos refleje eso. Que estoy hecho un lío.  

También es cierto que uno tiene miedo de la visión en retrospectiva: Dentro de unos años miraré esta ristra de posts y me parecerá que en la entrada a la primavera del 2009 yo estaba particularmente interesando en las paradojas, naturalezas y jodiendas del plagio. Cuando la verdad es, durante una de las etapas más extenuantes e intensas de mi vida, apenas me ha dado tiempo de pensar en nada.

Estuve de visita en la ESCAC, como parte de la programación del BASE Film Festival. Dí una charla, aderezada con algún documento en la sombra. Nunca acudo a las conferencias con un programa claro. Creo que, en mi caso, es mas práctico ver, a través de las preguntas que surgen, si el interés tira más por la divulgación, el intercambio de opiniones o el cotilleo chusco (que también). Pero una escuela de cine ya anticipa un encuentro interesado en el tema capital: Qué demonios hay que hacer para acabar viviendo de esto, y madrugar sólo cuando hay citación de rodaje. Podría estar toda la mañana dándole vueltas, pero puedo resumir lo que tengo que decir en una variante de lo que dijo en su momento El Pianista: Las primeras mil páginas que escribe un guionista son mierda. Bueno, lo mismo con un realizador y sus primeros mil planos. Hay que quitárselos de encima cuanto antes.

Me llevé una impresión inmejorable de una escuela llena de vida, con estudiantes en estado de embullición, con profesores que no dijeron ni una sola tontería en todo el tiempo que estuve allí y con un director que no sólo dirige el centro, sino que baila de puta madre (los que me conocen saben el valor que le doy a esto). También me llevé un impacto que no me esperaba y me conmovió de lleno: No es sólo que en mi charla me sintiese mejor recibido que nunca, que los alumnos juntasen firmas para verme o que me esperase una momia rosa tamaño natural...

Tengo un recuerdo muy vivo de cómo, hace años, la experiencia de varios directores, unos más cerca que otros, me ayudaron a intensificar y dirigir mis energías. Durante el fin de semana que estuve en la Escac tuve una impresión muy viva de haber devuelto la pelota, de haber sido gasolina para otros. Y eso es un placer mucho mayor que el de sentirse gracioso, sentirse entretenido o sentirse bueno... Es el placer de sentirse útil.

Gracias, chicos.

Mañana sigo.