El lector C. P. R. escribe para señalar que, desde hace un tiempo, ve con perplejidad que las bandas rugosas instaladas por el municipio de Barcelona en las paradas de autobús de TMB están peor que mal. Se trata de unas bandas de caucho pensadas para ayudar a las personas con visibilidad reducida. El problema es que el caucho pegado a la calzada y el sol no son buenos amigos y las más de esas bandas están hoy reventadas, partidas, rotas o desaparecidas. El resultado es que el camino que debiera ayudar a esas personas a llegar a la puerta del autobús se transforma en un calvario donde es más fácil tropezar que avanzar. C. P. R. reconoce la buena voluntad del anterior gobierno municipal, pero critica el estado actual que resulta, a la postre, contraproducente. Ya dice el refrán que el infierno está empedrado de buenas intenciones.
Lo cierto es que esas bandas tienen cuatro días. Fue muy avanzado el año 2009 cuando el consistorio, que entonces presidia Jordi Hereu, anunció que, antes de final de año, las paradas de autobús estarían adaptadas a las personas de movilidad reducida. Esto incluía las bandas y otras medidas, además de los paneles de información luminosa (esos que aciertan de vez en cuando el tiempo de espera del autobús). El presupuesto era de 3,7 millones de euros, procedentes del llamado Plan Zapatero. Era el tiempo en el que el Gobierno central afirmaba que la crisis se superaría con más inversión y se promovieron diversas actuaciones municipales con fondos estatales.
Las bandas se instalaron en 1.500 paradas con una extensión que ronda los 5.000 metros cuadrados. Apenas un par de años después, lo que queda es peor que nada y el actual gobierno municipal ha dado a los distritos orden de arrancarlas en cualquier sitio que estén mal, lo que equivale a decir que en casi todos los puntos.
El diseño de los paradas cuyo resultado ha sido tan lamentable fue de los técnicos municipales, según coinciden en afirmar tanto los portavoces del gobierno municipal que hoy encabeza Xavier Trias, como los representantes del grupo socialista. Ambos explican también el hecho por lo mal que el caucho soporta el sol y los cambios de temperatura. Los socialistas añaden que la falta de mantenimiento tiene algo que ver con el desastroso final. Ni socialistas ni convergentes saben explicar cuál es el plazo de garantía de una obra pública y, menos aún, si esta obra (dos años y un par de meses de vida) está todavía afectada por esa garantía. Algo que hubiera preocupado a cualquier vecino que hubiera hecho obras en su casa, pagando con dinero propio. De modo que la obra se hizo, se pagó y se arrancará, lo que costará otro dinero. Y aquí paz y después gloria. Eso sí, se está estudiando (posiblemente los mismos técnicos), otra solución, aunque las dificultades inversoras no hacen que las personas con movilidad reducida puedan ser optimistas respecto a los plazos. Bastante tendrán con que les quiten el problema y dejen de tropezar con lo que era una buena idea mal concebida y peor realizada.
Imagen tomda por Carles Ribas.
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Las bandas se instalaron en 1.500 paradas con una extensión que ronda los 5.000 metros cuadrados. Apenas un par de años después
Publicado por: Paginas Web Bogota | 04/10/2012 1:33:00