Esta vez, esta sección tiene un formato diferente: predominarán las fotografías. No es que una imagen valga más que mil palabras, es que es la acumulación de imágenes la que permite apreciar lo que Quim Monzó ha denominado "la magnitud de la tragedia", de ahí que se ofrezcan diferentes instantáneas sobre el entorno de la estación de Sants: degradado. Se trata de una desgracia que castiga a los vecinos, que llevan más de siete años con obras a la puerta de casa y que no saben hasta cuándo estarán así, y a los 40 millones de usuarios anuales de las líneas de metro y trenes de cercanías, regionales y larga distancia. El Ayuntamiento dice que vigila y que hace algunos arreglos, atendiendo a las circunstancias de provisionalidad de la zona. ADIF (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) propietario de la estación y responsable de las obras (pero no de todo el desaguisado), sostiene que, cuando descubre algún desperfecto, se procede a repararlo. Juzgue el lector sobre la situación por la que se han quejado diferentes vecinos.
Baldosas levantadas y desaparecidas en la zona de uso peatonal situada en la plaza dels Països Catalans.
La estructura que aparece en la imagen no pertenece al diseño original. Ha sido reconstruida por los skaters con materiales de otras piezas del mobiliario destruido en la zona.
El hundimiento de la calzada en la confluencia de Roma con Numancia es constante. En otros lugares ha sido parcheado, pero en este punto, se ha procedido, pura y simplemente, al vallado, a la espera de mejores tiempos. La zona coincide con el final del paso provisional para peatones.
Paso provisional para peatones en la avenida de Roma, donde se efectúan obras para el túnel del tren de alta velcidad.
Estado de abandono del muro que separa la estación de autobuses de la rampa para vehículos que da acceso a los subterráneos de la estación.
Uno de los mueretes de proyección en la zona de Països Catalans. En esta situación hay bastantes otros puntos en la misma plaza.
Hay veces en las que las quejas de los lectores se centran en un único punto, lo suficiente importante como para provocar la incomodidad. Otras, como en esta ocasión, la queja es global. Cada uno de los desperfectos, en sí mismo, es un asunto menor. Es la acumulación lo que hace que la gente exprese su descontento.
Con todo, quede ahí la respuesta de las administraciones responables: las cosas se arreglan. Por cierto, el concejal responsable de la situación se llama Jordi Martí y es de Convergència.
Imágenes tomadas por Marcel.lí Sàenz.
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