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No Funciona

Tarjetas de transporte defectuosas y fe política

Por: | 21 de septiembre de 2012

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G. G. compró varias tarjetas T-10 para desplazarse en el transporte público de Barcelona a un precio inferior al de los billetes de un solo trayecto. Una de esas tarjetas corresponde al lote TS6 y tiene el número 33502872. En el anverso establece que le da derecho a 10 viajes con el transbordo correspondiente, siempre que lo haga en un plazo máximo de 1 hora y 15 minutos. En el reverso hay diversas marcas que indican los viajes que le quedan por hacer. Esas marcas las hacen las máquinas validadoras de los diversos medios de transporte: trenes, metros, autobuses y tranvías. A simple vista parece claro que le queda un viaje. Pues no, cada vez que intenta utilizarla, la máquina le dice que está agotada. Cuando se ha quejado a los empleados del transporte le han dicho lo mismo, que diga lo que diga la tarjeta, está agotada. “Y yo, ¿cómo lo sé?” Pregunta.
Este diario tomó la tarjeta que le dio la lectora y decidió utilizarla en el metro y el autobús. En ambos casos ocurrió lo mismo: la máquina la repelía señalando que estaba agotada, contra la letra impresa en el cartoncillo. Los empleados de autobús y metro se remitieron a la máquina.
En el caso del metro, una empleada explicó que lo que verdaderamente vale es lo que indica la banda magnética situada también en el reverso porque eso es lo que lee la máquina. El usuario no puede leerlo, pero es así. Lo que posiblemente ha ocurrido es que la máquina en la que efectuó la última validación estaba sin tinta, con lo que no se imprimió el décimo viaje y la inscripción de que el título estaba agotado.
G. G. sigue preguntándose cómo sabe si ésa es la verdad y si hay que confiar ciegamente en las bandas magnéticas indescifrables para el ojo humano, por encima de las letras que sí pueden ser entendidas. Este diario trasladó la pregunta a la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM): “En principio, lo que vale es lo que está grabado en la banda magnética. Cada día se validan millones de títulos y es normal que, en algún caso, la máquina se quede sin tinta, aunque deben ser revisadas diariamente, pero es muy infrecuente y son pocas las quejas que se dan por este motivo”. Las cosas mejorarán, afirmó el portavoz oficial de la ATM cuando entre en funcionamiento el sistema de pago sin contacto. Una nueva tarjeta cuya lectura se hará a distancia y que ya ha sido probada con éxito en otras ciudades. ¿Cuándo será eso? En un plazo de dos a tres años. Mientras, los empleados del transporte seguirán utilizando como criterio lo que diga la máquina al leer la banda magnética, ponga lo que ponga en la tarjeta. Si la banda dice que quedan viajes, se anula la defectuosa y se proporciona al usuario una nueva, válida por el número de trayectos pendientes. Si la banda indica que está agotada, se da por agotada y el usuario no tiene más derechos.
Todo está bastante claro, dentro de lo que cabe, pero vale la pena reproducir la conversación mantenida con la empleada del metro que, naturalmente, prefiere mantenerse en el anonimato:
-    ¿Cómo puedo yo saber que no es la banda magnética la que está defectuosa?
-    No puede. Es como con los políticos, mirándoles a la cara no hay manera de saber si son corruptos, aunque lo sean.
-    No todos lo son.
-    No, pero muchos sí.
-    Volviendo a la tarjeta…
-    Yo no se lo he dicho, pero si coge algo  y raya la banda magnética, la máquina no podrá leerla, de modo que tendré que entregarle una nueva tarjeta con el viaje que le falta.
Transmitida la información a la lectora G. G., ésta ha preferido guardarla como recuerdo de la fe en las bandas magnéticas y de la falta de fe en los representantes institucionales.

Imagen tomada por Edu Bayer.


Hay 3 Comentarios

Un pequeño detalle. La banda magnética no sólo registra el número de viajes, sino que también dice el día y la hora de cada viaje

Para que luego digan que la solidaridad entre ciudadanos no crece durante las épocas de crisis.

por eso dicen que lo barato sale caro http://72dfe4-fqm8raz57jejf27v9nv.hop.clickbank.net/

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Sobre el autor

Francesc Arroyo

Francesc Arroyo es redactor de El País desde 1981. Ha trabajado en las secciones de Cultura y Catalunya (de la que fue subjefe). En la primera se especializó en el área de pensamiento y literatura. En los últimos años se ha dedicado al urbanismo, transporte y organización territorial.

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