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No Funciona

TMB: todo para el público, pero sin el público

Por: | 29 de mayo de 2013

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TMB
(Transports Metropolitans de Barcelona) es la empresa municipal que hace esperar a los usuarios en las paradas de autobús. El metro, salvo en determinadas horas, funciona mejor. Las quejas sobre el funcionamiento del transporte público barcelonés se amontonan, de ahí que se agrupen aquí tres. Dos proceden del mismo lector O. H., y la tercera de una lectora, P. P. Las dos primeras hacen referencia al servicio (es un decir) de autobuses. La tercera al metro. Como dice el Evangelio que los últimos serán los primeros, vaya la queja del metro en primer lugar. (Paréntesis: hay más para otros días. Hoy, con tres, parece suficiente).

En el metro, a veces, hace frío. Por supuesto, hace frío en verano, cuando la cosa del aire acondicionado no parece muy regulada y, salvo que el vagón esté lleno, es mejor pillarse un buen jersey si uno va a utilizar ese transporte. E incluso un  paraguas, porque por las junturas no es infrecuente que salga agua que cae sobre lo que esté debajo, sea hombre, mujer o asiento libre. Pero es que el aire funciona también en invierno. P. P. señala que tomó el metro a finales de abril, sobre media mañana de un sábado y que hacía un frío pelón. Como no recordaba qué día había tomado el metro, se verificó la cosa: el viaje en cuestión se realizó el 4 de mayo, sábado y ligeramente soleado, en la línea 3, unidad R-3305 (la primera que pasó). Eran las 11.00. Que el aire acondicionado echaba chorros de frialdad a los no excesivos usuarios resultaba evidente. Muy evidente. La lectora tenía razón: el metro lleva aire frío incluso cuando no hace frío en Barcelona.

La empresa explica que el metro lleva el aire frío durante todo el año, en parte para ventilar los convoyes. Los trenes nuevos tienen climatizador; los antiguos, en cambio, sólo aire acondicionado. Puede ser que los usuarios tengan la sensación de frío cuando apenas hay gente. No así cuando los vagones van llenos de personal. ¡Y pensar que hace años que se inventaron los termostatos! De todas formas, y como dice la lectora, “esta es una queja de ricos, pero incluso los ricos acostumbran a ahorrar en aire acondicionado cuando no hace falta”. No está claro que los directivos de TMB sean ricos, pero sí que el dinero que administran no es suyo y que usan poco el metro.

Las quejas del O. H. Se refieren a la situación del transporte público en el paseo Joan de Borbó y frente al hotel de la vela. En el primer caso, el puerto de Barcelona está realizando una serie de obras que afectan a las paradas de autobús, de modo que varias de ellas han sido provisionalmente desplazadas. Hay una parte del paseo donde comparten la parada las líneas 17, 36, 39, 45, 59, 64 y D20. En las marquesinas donde antes paraban (y a las que no se puede llegar debido a las vallas instaladas por las obras) hay indicadores de origen destino y recorrido. Pero en las provisionales lo único que se ha puesto es un poste con los número de las líneas, prescindiendo del resto de la información. O. H. insiste en dos cosas que, según parece, no han siquiera imaginado los directivos de TMB: primero, los barceloneses no tienen por qué saber el recorrido de todas las líneas de autobús; segundo: es una zona de alta densidad turística y es difícil que los turistas tengan la información que no es exigible a los barceloneses. Resultado: si uno se pone en la parada, salvo que sea un usuario habitual, no sabe qué línea es la que le llevará a donde sea que vaya porque la información está en un lugar vallado al que no hay acceso. Cierto que la nueva parada es provisional y no se pueden pedir maravillas (a TMB no se le pueden pedir en general, menos en estas circunstancias), pero hay paradas de poste que tienen un cilindro en el que figura el recorrido, el origen y el destino. ¿Tan difícil era poner esos cilindros con la información? Pues sí, porque por más que se explicó esto a los responsables de TMB la respuesta fue machaconamente igual: la información es suficiente, las paradas están bien señalizadas. Vale. A eso se le llama voluntad de servicio y, por seguir en tono evangélico, pensar en el prójimo.

La tercera queja (segunda del lector O. H) hace referencia a las tres paradas que hay frente al hotel de la vela (paseo de la Escullera). Allí tienen principio y final las líneas 17, 39 y 64. Dos, en el lado del hotel; la tercera, en la acera opuesta. Las tres realizan un trayecto parcialmente coincidente, de modo que algunos usuarios pueden usar cualquiera de ellas. Pero no, porque mientras se cruza la calle para ver a qué hora sale un autobús, éste puede haberse ido. Esto no ocurriría, dice el lector, si las tres líneas pararan una a continuación de la otra como ocurre en la Diagonal o en la Gran Via.

La respuesta de TMB es la siguiente: en las paradas de origen y final se necesita el espacio suficiente para dos autobuses , porque puede ocurrir que llegue uno antes de que haya partido el anterior (a eso se le llama buena planificación). Hay que añadir unos 11 metros más entre parada y parada para permitir la maniobra del segundo autobús o, en su caso, un vehículo de reparaciones. Dadas todas estas características, resulta que no hay espacio suficiente para tres líneas en la misma acera. No lo añadieron, pero podrían haberlo hecho: “Disculpen las molestias”.

Imagen tomada por Marcel.lí Sàenz.

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Sobre el blog

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Sobre el autor

Francesc Arroyo

Francesc Arroyo es redactor de El País desde 1981. Ha trabajado en las secciones de Cultura y Catalunya (de la que fue subjefe). En la primera se especializó en el área de pensamiento y literatura. En los últimos años se ha dedicado al urbanismo, transporte y organización territorial.