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El auto de Pedraz (los jueces y la expresión de ideas políticas)

Por: | 06 de octubre de 2012

JuecesTenemos una buena montada en España a cuenta, como es sabido, de una parte de un auto de un juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz (que se puede consultar aquí), que al enjuiciar la admisibilidad del procedimiento por delitos contra las instituciones del Estado de ciertas personas que convocaron una concentración para rodear el Congreso el pasado 25 de septiembre afirma, entre otras cosas, a efectos de argumentar que no hay tal delito, lo siguiente:
“……pues hay que convenir que no cabe prohibir el elogio o la defensa de ideas o doctrinas, por más que éstas se alejen o incluso pongan en cuestión el marco constitucional, ni, menos aún, de prohibir la expresión de opiniones subjetivas sobre acontecimientos históricos o de actualidad, máxime ante la convenida decadencia de la denominada clase política”.

La referencia a la "decadencia de la denominada clase política" ha incendiado muchos ánimos en un país donde la casta política, además de dedicarse a sus cositas, es muy susceptible. Así, se han sucedido los comentarios más o menos indignados, con diputados que han llegado a insultar al juez (ante lo que Jueces para la Democracia ha pedido el amparo para el magistrado por parte del CGPJ). Y, por otro lado, mucha gente saluda que el juez no sólo ponga coto a los excesos policiales y del Ministerio del Interior, que está enviando a la gente a los calabozos con excesiva pasión sin entender cómo funciona el derecho de reunión en un país democrático sino que, además, reflexione sobe la decadencia de esa casta política. El asunto, a pesar de la polémica, me parece menor, la verdad, pero permite extraer algunas conclusiones sobre diversos temas:

- En primer lugar, sobre la legalidad de una manifestación frente al Congreso que no impide el normal desarrollo de una sesión. ¿Es o no delito? Parece sensato pensar, a partir de la redacción del tipo penal, y la conveniencia de ser estrictos y restrictivos en su interpretación, que no estamos ante un delito si no se produce el resultado exigido por el Código penal: la perturbación de la sesión plenaria. Está muy bien explicado aquí y es más o menos lo que acaba diciendo el Auto del juez Pedraz. De hecho, ese tipo de análisis, técnico y aséptico, es el que habría sido deseable, la verdad.

- En segundo lugar, respecto de la pertinencia o conveniencia de que un juez expresa ideas políticas en sus sentencias. Resulta bastante evidente que un juez ha de reprimir la expresión de sus ideas políticas. Especialmente en sus sentencias. Yo tampoco creo que más allá de su trabajo pierdan sus derechos a la libertad de expresión los jueces y no creo que sea bueno restringirles más de lo que una elemental prudencia por su parte aconseja. Que no hablen de casos judiciales y de sus colegas estaría bien, pero de todo lo demás, ¿por qué no? Y, en cualquier caso, incluso para jueces imprudentes (o que no compartan mi idea de prudencia), hay que tener claro que el límite es, obviamente, hablar de sus casos por ahí, ir contando cosas, dar opiniones sobre una instrucción o un juicio...

Ahora bien, una cosa es que esa libertad de expresión e ideológica subsista en general y otra que lo haga cuando hablan en tanto que jueces, ejerciendo la función jurisdiccional y hablando en nombre de la ley y el Derecho. En esos casos, en cambio, es obvio que el juez ha de limitarse a aplicar la ley y a analizar únicamente las circunstancias del caso que tengan consecuencias legales. Cualquier extralimitación, introduciendo comentarios u opiniones personales, es criticable. Dicho lo cual, lo que hace el juez Pedraz es una referencia muy de pasada a la decadencia de la clase política para encuadrar un análisis sobre la legitimidad de una protesta. A mi entender es un error, y la expresión quizás desafortunada, pero en realidad no es tan grave, ni tan anómalo, ni tan impertinente. La frase está sacada de su correcto contexto. Por mucho que, la verdad, a mí me parezca una reflexión que bordea lo criticable y, sobre todo, que forma parte de un argumento innecesario para la exégesis jurídica que se le requería. Más que nada porque que las protestas sean más o menos encuadrables en ideas compartidas por mucho o que puedan ayudar a las ideas y valores constitucionales, o que sean "sensatas" o "entendibles", es absolutamente irrelevante para que estén cubiertas o no por el derecho constitucional de reunión.

La polémica, pues, está francamente sobredimensionada. Y llama la atención que se lancen medios de comunicación y políticos en tromba contra un juez que quizás comete un mínimo error de prudencia al hacer esa reflexión, genérica y en el desarrollo de un argumento, cuando día a día estamos leyendo autos de jueces, normalmente jaleados, con severas impertinencias respecto de testigos o acusados (me viene a la mente ahora, por ejemplo, el que admitió a trámite en la Audiencia Nacional la querella contra consejeros de Bankia). O la transcripción de interrogatorios francamente agresivos y bordeando el insulto personal como lo son los que los medios de comunicación publican respecto del juez que instruye el caso Urdangarín. Pero en esos casos, aparentemente, a nadie ofende el comportamiento de los jueces. Será porque se meten con "malos" oficiales.

Conviene recordar que, en realidad, la razón por la que, en el ejercicio de sus funciones, es bueno tener "acotada" la libertad del juez es porque no es bueno que su criterio sustituya al de los ciudadanos expresado en la ley. Los jueces que son alegres intérpretes de su libertad para desligarse del marco jurídico o para interpretarlo imaginativamente suelen ser jaleados por algunas personas que piensan como ellos. Se equivocan quienes así actúan. Porque nada les asegura que si dejamos que los jueces juzguen quién merece respeto y quién no (o qué ideas lo merecen) y actúen en consecuencia no llegará el día en que esa misma libertad pueda ser usada para defender (o atacar) a personas o ideas que nos caen simpáticas. Y ese día no nos haría tanta gracia. Así que mejor pedir a los jueces que, cuando escriban o se expresen como tales en ejercicio de la función jurisdiccional, mejor si lo hacen de una manera lo más aséptica posible y ciñéndose al análisis jurídico de las circunstancias del caso. Es verdad que Pedraz no ha siso muy aséptico, pero también que su expresión se inserta en un argumento más amplio y que, necesario o no (a mí no me lo parece), está jurídicamente construido. Así que emplearíamos mucho mejor nuestro tiempo analizando otras actuaciones judiciales que, como he comentado, son excesos mucho más criticables.

Hay 8 Comentarios

hola boix. es un muy correcto articulo y una mejor comentario. gracias por el esfuerzo de pensaniento y de hecho. dices lo que quieres decir y lo haces.
es muy dificil intercambiar polemizar o crecer con personajes de tipo samurai licrugos o seudoweines.

hay lenguaje en el que habla de mallorca que es inquietante por lo menos. LA VERDAD ME DA MIEDO . ME DA MIEDO LA ARROGANCIA EL DESDEN DE TUS COMENTARIOS ,
TE AGRACEZCO Y TE ESTIMULO A QUE COMEN TES EN TRIBUNAS LIBRES TUS OPINIONES PORQUE SEGURANEBTE ASI ESTAREMOS MAS PREPARADOS PARA ENTENDERLAS.

Gracias por los comentarios. Aunque me sorprende constatar que hay a quien disgusta que soy demasiado comprensivo con el juez y en cambio hay quien ve inaceptable que diga que la expresión, sin parecerme grave, sí la entiendo un pequeño error.

En todo caso, como dice el artículo, lo más criticable es, a mi juicio, la innecesariedad de la acotación para el razonamiento jurídico en cuestión. Pero, como también he tratado de reiterar, la polémica me parece artificial, exageradísima y, como dice algún comentarista, claramente impensable en otros países con otras tradiciones judiciales.

Mientras tanto, eso sí, verdaderas agresiones a los derechos de defensa son pasadas por alto.

Utiliza claramente la expresión "la convenida decadencia de la denominada clase política". Teniendo en cuenta que las últimas encuestas demoscópicas hechas públicas, el 90% de los ciudadanos opinan que la clase política está en decadencia, lo que dice este juez (sobre todo porque dice expresamente "convenida decadencia"), no es una opinión personal, sino que cita el acuerdo que sobre este punto tienen los ciudadanos. Que eso escueza a los interesados es otra cosa bien distinta, pero que reflejar ese hecho en una sentencia suponga hacer manifestaciones de tipo político o que expresan opciones personales en ese sentido es un patinazo del autor de este artículo a quien no vendría mal prestar un poco más de atención a los matices y a la exactitud de las expresiones antes de verter opiniones personales sobre lo que otros dicen.

Esta semana han detenido a un muchacho de 21 años que preparaba un atentado contra la Universidad de Baleares. No llegó a cometerlo, a pesar de los componentes que obtuvo para confeccionar un explosivo, porque "preventivamente" la policía actuó a tiempo. El odio particular de este inadaptado contra la sociedad y la libertad para hacer juegos de química en su domicilio no tendrían nada que ver con el Código Penal si no fuera porque el odio se anunciaba en un blog con anticipación letal y los productos químicos excedían de lo meramente recreativo.
Igualmente, el derecho de manifestación no tiene nada que ver con una convocatoria para "ocupar" el Congreso y un ejercicio violento de ese derecho.
La convocatoria no dejaba lugar a muchas dudas:
"El próximo 25 de septiembre se llegará a Madrid de forma masiva desde todas partes de España, con el fin de rodear el Congreso de los Diputados y permanecer allí de forma indefinida, hasta conseguir la disolución de las Cortes y la apertura de un proceso constituyente para la redacción de una nueva constitución, esta vez sí, la de unestado democrático".
Como tampoco las dejaron las formas con que actuaron los manifestantes de primera línea ( como se puede ver en el video, hasta los fotógrafos, con su casco puesto, sabían de qué iba la cosa):
http://www.abc.es/20121005/espana/abci-video-policia-201210051857.html
Que Pedraz no haya sacado las conclusiones lógicas de esos acontecimientos, como "preventivamente" sacó la Policía del caso de Baleares, es demostración palmaria de que existe una afinidad ideológica y una simpatía emocional del juez tanto hacia el fondo antidemocrático de la protesta ( nada menos que una usurpación de la voluntad de las urnas) como hacia las maneras fascistoides de esa multitud desbocada.

Me gusta el argumentario pero lamento diferir en lo siguiente: Es cierto que la clase política está en decadencia. Vivimos en el siglo XXI y han gastado casi 50 millones de euros en las campañas del 2011 cuando podrían haber utilizado la red. No están de moda y esta alusión puramente estética es totalmente comprobable.
Por otra parte, nadie puede negar que millones de ciudadanos españoles no saben qué van a comer el año que viene. Y esto deja en evidencia el trabajo intelectual de la clase política, en general. Porque se les elige para mejorar la vida de los ciudadanos o para solucionar sus problemas. No para otra cuestión o menester.
Mi opinión es que la decadencia continúa de moda. Seguimos desayunando con el tan recurrido perro del hortelano: el que ni hace ni deja hacer.
Por lo tanto, el juez Santiago Pedraz ha sido totalmente comedido. No ha emitido opiniones políticas ni ha hecho alusión a delitos cometidos por la clase política. Tampoco ha hecho crítica a su indiferencia hacia los urgentes y graves problemas que atraviesan las personas a las que supuestamente representan. INDIFERENCIA es no actuar: no organizar programas de actuación; no impedir que los problemas se agraven. No llorar si se sienten impotentes. No informar de por qué no se están poniendo en marcha mecanismos de regulación de empleo. Indiferencia es actuar como si el problema no fuera urgente y gravísismo.

Lo cierto y verdad, es que este país tiene muy poca tradición democrática y de respeto a un sistema judicial independiente. El polémico auto, hubiera sido normal en paises como USA o Reino Unido, sin embargo, hubiera sido inconsebible la reacción de algunos políticos. Hay ciertas corrientes ideológicas, que asumen como natural, que todo el Estado esté bajo su orden y mando. La polémica frase ha sido absolutamente sacada de contexto, cuando es absolutamente normal, y así lo establece la Ley, que ciertas resoluciones judiciales, como autos y sentencias, deban de ser motivadas, y eso es lo que ha hecho el juez. No en vano establece el art. 3 del Código Civil que, Las normas se interpretatán según el sentido propio de sus palabras, en relación con el contexto, los antecedentes históricos y lesgislativos y la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas, atendiendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de aquellas. Y eso es exactamente lo que hace el Juez: explica y pone en contexto cual es la realidad social del momento. Y disguste a quien disguste, la realidad social de la clase política, no se puede decir que pase por sus mejores momentos, y eso no es así por lo que diga o deje de decir un Juez, sino por el propio mérito de la clase política.

Pues lamento disentir de todo el enfoque. Ya sé que hoy día es "políticamente correcto", incluso aconsejable por mor del fácil aplauso, dar palo a la llamada "clase política". Pues leña al mono que es gratis, pero de la leña no se libra el juez que se ha extralimitado ampliamente , tanto en la no calificación de un delito, que es evidente en grado de tentativa y que si no se culminó fue precisamente por la acción policial, tan criticada, que impidió a bastantes exaltados -aunque una minoría sobre el total de los manifestantes, pero suficientes al fin y al cabo- tomar al asalto el Congreso, con todas su consecuencias. Como puede comprobarse, si uno no es ciego, o sectario, en los múltiples vídeos que circulan por la Red. En cuanto al calificativo de "decadentes" a los políticos, pues bienvenido sea si al mismo tiempo se les puede llamar a los jueces, cuando corresponda, machistas desvergonzados, prevaricadores inverecundos, pretenciosos soberbios o, en horas bajas para la imagen de la Justicia,buscadores descarados del apoyo popular. No veo por qué a un parlamentario, depositario al fin y al cabo de la soberanía nacional en su parte alicuota, se le puede -y se le debe si toca- poner a caldo y a un sujeto que ganó una oposición reverenciarlo como la encarnación de Licurgo, Solón o le mísmisimo Daniel. Si quieren respeto que se lo ganen a base de recta sindéresis, de sentencias ejemplares, de aplicar en definitiva estrictamente el Derecho e impartir Justicia. Amén.

La clase política es MUY SUCEPTIBLE porque aunque se esfuerzan por soslayar sus MALAS CONSCIENCIAS, cada uno sabe perfectamente que ESTAN OBRANDO EXCLUSIVAMENTE PARA HUNDIR AL PUEBLO TRABAJADOR. En ningun momento se han puesto a pensar que es EL PUEBLO quien crea la riqueza de las Naciones mediante su esfuerzo y su CONTRIBUCIÓN mediante el sistema tributario y que ellos ( LOS POLÍTICOS) se creen cumplidos con subas de impuestos,rebajas de salarios y una REFORMA LABORAL que estimula tal como está comprobado,el aumento de personas en el paro.Paralelamente se está condenando a la población a la liquidación del ESTADO DE BIENESTAR, privilegiando ESO SI, la tercerización en el servicio de los HOSPITALES, que, oh casualidad, fueron construídos CON DINERO DEL PUEBLO. Tambien la Educación está siendo menoscabada y llevada a una bajísima calidad de contenidos,que redundará en graduados cuyas carreras ciertamente no les habrán de servir ni a ellos ni al conjunto de la Sociedad por sus deficiencias.El Juez PEDRAZ ha sido explícito y comprendido cabalmente la índole de los manifestantes que han ocupado los espacios públicos. El accionar de nuestros políticos nos ha llevado a que en la misma campaña hacia la Presidencia de USA se señale a España como el MAL EJEMPLO A NO SEGUIR.

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Sobre el blog

Una mirada al mundo y a la actualidad a través del Derecho público. Este blog no es sino el reflejo de los anteojos de un jurista y su uso para filtrar obsesiones, con mejor o peor fortuna. Aspira a hacer más comprensible la realidad aportando un prisma muchas veces poco visible, casi opaco. En todo caso, no aspira a convencer a nadie sino a dar razones. Porque se trata, sobre todo, de incitar a pensar desde otros puntos de vista.

Sobre el autor

Andrés Boix Palop

(València, 1976) es Profesor de Derecho administrativo en la Universitat de València y ha estudiado o investigado, en diversos momentos en Universidades francesas y alemanas (París, Múnich, Fráncfort). Al margen de sus trabajos sobre cuestiones de Derecho público escribe regularmente sobre temas de actualidad que tengan que ver con esa parcela del ordenamiento, no sea que en contra de lo que históricamente han considerado los juristas españoles, haya alguien ahí fuera a quien puedan interesar estas reflexiones a caballo entre lo jurídico, lo noticioso y las obsesiones personales de su autor.

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