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Elecciones Europeas y Multireferèndum 2014

Por: | 25 de mayo de 2014

Aiguamurcia-320x202Como es sabido y hemos comentado muchísimas veces, el modelo democrático español es francamente decepcionante y muy poco participativo. Básicamente, la construcción jurídica de la Constitución de 1978, que podríamos resumir en el constructo "esta democracia me pega lo normal", se fundamenta en la idea de ir cogiendo de cada país de nuestro entorno las mayores restricciones posibles, puntuales, que ellos tienen, e ir sumándolas: una de aquí, una de allá, una de acullá... Cuando alguien luego se queja de una restricción concreta, entonces, siempre es posible decir "¡pero si en XXXX también es así y es un país perfectamente democrático!". Pues sí, es verdad, pero nosotros pillamos prácticamente todas las restricciones posibles y ninguna de las posibilidades de participación democrática de otros sitios. Y así nos va (aquí, un intento de explicar esto mismo con más detalle en una charla en la UNED sobre democracia y participación en España).

Probablemente donde más se visualiza todo esto, claro, es en lo de votar. En España votamos poco (sólo para elegir representantes y como quieras montar un referéndum éste sólo puede ser consultivo y debe autorizarlo el Estado) y mal (las restricciones de la LOREG son de un ridículo que, a estas alturas, mejor tomárnoslo a coña). Lo mejor del tema es que, además, y constatada que la cosa no se sostiene y tiene ya a estas alturas de siglo tintes directamente grotescos -presidentes de mesa revisando tu sobre no sea que metas ántrax en la urna, jornada de reflexión donde no se puede hacer propaganda, la increíble prohibición de publicar sondeos...- las reformas que se introducen no son para ir eliminando estas restricciones que en el mundo de hoy ya nadie considera sensatas sino que... ¡son para meter restricciones nuevas! Por ejemplo, hace no mucho se modificó la LOREG requiriendo conseguir más firmas para presentar candidaturas a los nuevos partidos o para obligar a los medios de comunicación a tratar la información política como un parte oficial donde hay que conceder el espacio a cada partido que la Autoridad competente determina. Una cosa de locos que ya crticamos severamente en su día en este blog. Por supuesto, no se aprovechó la reforma para "aligerar" de contenido la LOREG en sus aspectos grotescos.

Pues bien, lo más interesante en términos democráticos que está pasando en estas elecciones europeas 2014 por lo demás bastante poco importantes en términos democráticos (elegir un parlamento que no se ocupa de nada de lo importante que hace la institución de turno es lo que tiene) es que muchos ciudadanos de Cataluña se han organizado para reivindicar democráticamente que las elecciones pueden servir para algo más. Y lo están haciendo por la vía de los hechos, demostrándolo por medio de un ejemplo. La idea es muy simple: ¿no estaría bien aprovechar los días en que votamos a nuestros representantes, por ejemplo hoy, para convocar a la gente a decidir sobre otros muchos temas, como pasa en casi todos los países del mundo -en muchos de ellos, además, con resultados vinculantes-? Pues como ellos (y yo, la verdad, también) creen que sí estaría bien y también que es evidente que no podemos esperar que nuestros representantes y sistema de partidos vayan a avnzar en esta línea por sí solos, han decidido organizar las consultas por sí mismos. De eso va una iniciativa chulísima, y muy interesante por las tensiones jurídicas que plantea, que se llama Multireferèndum 2014.

Cualquiera que eche un vistazo a la web verá rápido en qué consiste la cosa. Aprovechar el día de hoy, donde votamos una cosa que a muchos interesa, a otros no tanto y a algunos nada, para montar mesas electorales donde se pregunten otras cuestiones más concretas y que pueden interesar a los ciudadanos. El proyecto es ciudadano y colaborativo. Se paga con donaciones y trabajo voluntario. Cualquiera que se apunte puede colaborar y tratar de organizar su mesa. Las preguntas se han decidido entre todos. Como es obvio, la iniciativa trata con ello de:

- llamar la atención sobre los asuntos concretos respecto de los que se va a preguntar (y conocer la opinión de la gente que participe, aunque obviamente el valor de estos datos es limitado, pues es una consulta sin censo ni garantías y previsiblemente con escasa participación);

- poner en marcha un ejemplo de modelo participativo que debiera servir para que el sistema diera una respuesta a las peticiones de que integre este tipo de consultas populares (a nivel micro muchas veces) aprovechando las elecciones.

La segunda cuestión es lo verdaderamente importante. Las preguntas del Multireferèndum, de hecho, casi son lo de menos excepto porque pueden simbolizar, a modo de ejemplo, el tipo de cuestiones sobre las que no es nada descabellado pensar que la ciudadanía, si así lo reclamase en unos números mínimos, debiera poder pronunciarse: si han de autorizarse los transgénicos en  agricultura en Cataluña o no, si ha de pagarse la deuda "ilegítima", si el sector eléctrico tiene que pasar a ser controlado por el sector público o si una iniciativa legislativa popular con suficiente número de firmas debiera poder ser sometida a referéndum en lugar de tramitada por el parlamento. Además, hay preguntas locales, referidas a cuestiones que afectan sólo a ciertas áreas de Cataluña: si se está de acuerdo con el mega-proyecto inmobiliario y de casinos de BCN World, si el servicio de abastacimiento de agua de Lleida se quiere que sea de gestión pública directa o no y si se está o no de acuerdo con una línea de alta tensión que se prevé construir en Girona. Quizás las preguntas puedan no ser óptimas para muchos, quizás cada uno de nosotros hubiera elegido otras, obviamente, pero da igual. La cuestión es que todas estas cuestiones, tanto las más macro como las más micro, ¿por qué no pueden ser contestadas por los ciudadanos? ¿Qué problema habría en que votáramos, aprovechando las europeas o cualquier otra elección, sobre este tipo de cosas también? ¿No sería mejor que sobre ciertas decisiones la última palabra la pudiera tener la ciudadanía? O, al menos, ¿no estaría bien saber lo que piensa la gente, cuánta gente efectivamente preocupada por estos temas hay y en qué sentido, dando sencillamente la opción de votar a efectos consultivos?

Las respuestas a estas preguntas me parecen bastante obvias, pero la LOREG no permite nada de esto ni la cosa está en la agenda de nuestros queridos representantes, faltaría más. Es más, aunque yo no veo en los tipos de delitos electorales (arts. 139 y ss LOREG) nada que remotamente se parezca a entender esta conducta como delictiva, uno puede esperar cualquier cosa de nuestras autoridades, que en esto de votar tienen muy claro que mejor exclusivamente como dicen ellos y con la pata quebrada. ¡A saber son capaces de entender que el 146.1 LOREG, cuando habla de dificultar que la gente vote, pudiera resultar aplicable! De esta gente no te puedes fiar, a la vista de que ellos son así de peculiares y no se cortan en extender hasta el infinito los tipos penales por vía de interpretación auténtica hecha por el Ministro del Interior. En cualquier caso, sea delictivo eso de montar una mesa en la calle o no, lo que está claro es que si el Poder se empeña lo que sí será es una infracción administrativa porque si no te lo autorizan, como ocupas la vía pública y además aquí se considera que la junta electoral tiene que supervisar todo lo que se mueve... Con lo que hacer esto tiene el valor no sólo del ejemplo sino de una cierta desobedicencia civil frente a restricciones absurdas.

Así, los acontecimientos que se han sucedido desde entonces, más o menos previsibles por otro lado, han sido los siguientes:

1. La Junta Electoral Central prohíbe el referéndum y el Tribunal Supremo confirma la prohibición. Lo cierto es que el auto del Supremo es interesante porque ha de recurrir a formulaciones generales muy imprecisas, como la idea de lo que es votar en la Constitución y a una estrafalaria argumentación sobre cómo el multireferèndum podría condicionar el voto de los electores (por no mencionar que argumenta que el clima en Cataluña es un elemento adicional para justificar que se prohíba hacer esto de votar impunemente, o algo así, en lo que es una razón que da directamente un poco de miedo), a fin de justificar la prohibición. Que quienes impiden algo y afirman que está prohibido tengan tantos problemas para buscar la norma en qué apoyarse, en una sociedad liberal, debería llevarnos a una conclusión clara sobre si esto es posible o no. De hecho, es lo que hace un voto particular, que dice que ha de primar la libertad (de expresión, en este caso) y que, en consecuencia, mejor dejar que se instalen las mesas.

2. Los organizadores, dado que por lo legal no les dejan, pero no creen la decisión ni constitucional ni acorde, en todo caso, a lo que debiera ser una democracia pluralista, deciden seguir adelante.

3. Hoy hay mesas instaladas en más de 130 municipios catalanes donde la gente puede votar.

4. Los Mossos d'Esquadra, en coordinación con el Ministerio del Interior, están tomando los datos de las personas que han instalado mesas y al parecer, incluso, de algunas que se acercan a votar. En otros casos, incluso, han retirado las mesas. Las razones por las que se actúa o no, en unos casos sí y en otros no, son un misterio, parece. Lo que sí está claro es que es una actuación bastante absurda y donde el Gobierno tiene poco claro qué debe hacer porque la base legal para reprimir algo pacífico y que no genera ninún problema de orden público es muy escasa.

Todo el proceso es muy interesante y, en su conjunto, demuestra palmariamente varias cosas:

- Que no pasa nada por dejar que algo así se haga y es absurdo (y muy dudosamente constitucional por falta de base legal para prohibirlo) que la Junta Electoral no lo autorice o que el Supremo se sume a estas tesis (de la valoración que merece que lo haga con invocaciones al "actual clima político en Cataluña" mejor ni hablar).

- Que las elecciones pueden servir perfectamente para algo más que elegir representantes y que deberíamos empezar a pensar cómo usarlas para ello, a todos los niveles: barrio, ciudad, territorio.

- Que hay que lograr que nuestros representantes, un día de estos, se pongan las pilas. Pero que mientras no lo hagan, nosotros tenemos también un espacio para jugar, donde la desobediencia civil en algunos casos está plenamente justificada. Y que todo esto, también, es una forma de participar en la vida política y contribuir a su mejora.

- Por último, que a mí me gustaría poder votar, empezando por ciertas cosas del barrio, como si tiene sentido restringir el tráfico en las calles cercanas al colegio o ampliar aceras en algunos lugares para facilitar recorridos escolares...

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ACTUALIZACIÓN: Entre retiradas de mesas, denuncias y demás problemas, al final, más de 50.000 personas votaron ayer

Hay 2 Comentarios

boix porque no decir por su nombre lo que es la E PASTOR , VAMOS LA ESTER PASTOR. AYUDA UN POCO , VAMOS. UN ABRAZO.

Y así se explica rápidamente porque en Catalunya se viene superando la participación en casi siete puntos con respecto a los comicios de 2009 mientras que en el resto del Estado baja ligeramente.

http://casaquerida.com/2014/05/24/candidatos-encapotados/

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No se trata de hacer leer

Sobre el blog

Una mirada al mundo y a la actualidad a través del Derecho público. Este blog no es sino el reflejo de los anteojos de un jurista y su uso para filtrar obsesiones, con mejor o peor fortuna. Aspira a hacer más comprensible la realidad aportando un prisma muchas veces poco visible, casi opaco. En todo caso, no aspira a convencer a nadie sino a dar razones. Porque se trata, sobre todo, de incitar a pensar desde otros puntos de vista.

Sobre el autor

Andrés Boix Palop

(València, 1976) es Profesor de Derecho administrativo en la Universitat de València y ha estudiado o investigado, en diversos momentos en Universidades francesas y alemanas (París, Múnich, Fráncfort). Al margen de sus trabajos sobre cuestiones de Derecho público escribe regularmente sobre temas de actualidad que tengan que ver con esa parcela del ordenamiento, no sea que en contra de lo que históricamente han considerado los juristas españoles, haya alguien ahí fuera a quien puedan interesar estas reflexiones a caballo entre lo jurídico, lo noticioso y las obsesiones personales de su autor.

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