Les decíamos ayer que hoy estaríamos menos agitados, más completos... y seguro que más confusos. De lo primero doy fe, fíense de mí, de lo segundo lo comprobarán ustedes, y de lo tercero espero que logren sacarnos de tantas dudas nuestros chicos del coro, que siempre saben la respuesta porque nunca se hacen la pregunta. Veamos qué posibilidades había. La huelga ha sido un gran éxito y el país se ha paralizado al completo. La lección parece obvia: triunfo de esos mangantes de Méndez y Toxo y sus secuaces, lo que no nos gusta nada, y desastre del gobierno, que ya nos gusta más. O bien podemos decir que los piquetes, ahítos de carajillos, han sido tan salvajes que han hecho triunfar una huelga que nadie quería, lo cual se acomoda mejor a nuestro marco previsto, y el gobierno no ha hecho nada para frenar a esos piquetes, lo cual ya es más complicado de explicar, porque el hecho de que la huelga triunfe es un desastre para ellos, por lo que parece absurdo que hayan dejado que los sindicatos se llevaran el trofeo. Puede haber otra hipótesis de partida, claro. Y es que la huelga haya fracasado. Lo que les está bien empleado a esas organizaciones mastodónticas del siglo XX que son los sindicatos, sabandijas que nos chupan la sangre. Una pregunta: ¿había centenares, miles de piquetes salvajes y fracasó el paro, porque a pesar de ello, los ciudadanos se empeñaron en entrar a trabajar? ¿O acaso hubo menos piquetes y no eran tan salvajes? ¿O es que actuó la policía para evitar mayores desmanes? ¿Pero no estaba todo pactado entre los sindicalistas y Rubalcaba? ¿O significa entonces que los ciudadanos apoyan mayoritariamente la reforma de Zapatero y los españoles trabajadores aplauden sus medidas?
Aún quedan más posibilidades, no crean. Una de ellas, y seguro que la vamos a leer, es que la huelga ha fracasado porque todo el mundo ha entendido que era una martingala, una farsa, y que gobierno y sindicatos habían pactado una huelga de mentira. Pregunta: ¿Quiero esto decir que si la huelga hubiera sido levantada a pulso por los sindicatos, sin ayuda o pacto gubernamental de ningún tipo, sí hubiera triunfado? ¿Tanto poder le adjudican a los delincuentes Méndez y Toxo? ¿Pero no habíamos quedado en que no representaban a nadie? Hay, también, y volveremos a verlo, muchas comparaciones con la huelga general de 2002, en el sentido de que ésta ha sido mucho menor. Parece como si no se dieran cuenta de que alguien, entonces, podría sacar la siguiente conclusión: los ciudadanos estaban mucho más hartos del gobierno de Aznar que del de Zapatero, y tenían más ganas de protestarle a aquél que a éste.
Pero no se preocupen, mis amigos, que la fiel infantería pretende sacarnos de nuestra permanente confusión, que ellos sí deberían tenerlo claro.