Intenta uno ponerse serio y de pronto le cantan los peces en el río por la espalda, y así no se puede. Así que vamos a ir hoy ligeritos, que ya tenemos que ir preparando la sopa de sobre y algún pescadillo congelado para la cena de Nochebuena, que Zapatero nos ha llevado a este estado de postración. Hay poco asunto de enjundia en la prensa de nuestros amigos de la brigada de intervención rápida, pero aparatosa, si se excluyen airadas reacciones a la caída de la "Ley Sinde". Lo demás, ya saben, que si el Gordo o no gordo. Tan soso está el patio que ayer se celebró un Pleno en el Congreso y Zapatero y Rajoy a punto estuvieron de sacar la zambomba y darle al arre burro, arre: amor fraterno. Pero como este catavenenos solo tiene ojos para sus sufridos lectores, ha ido recolectando, con amor, mucho amor, algunas referencias de nuestros chicos a las entrañables fiestas que vivimos. Vamos primero con el día y luego nos damos a la bebida. Pero apuren la copa que hallarán grandes remedios a tontos problemas.
Me llama la atención que ustedes, que siempre las cogen al vuelo, dudaran ayer de si este modesto bloguero tenía intención de dejarles. Ninguna, que era tan solo una broma. Por crear confusión, como el chistoso de Zapatero. Me voy unos días, por aquello de la oxigenación y descansar de los tósigos, pero aquí me tendrán, si ustedes gustan volver, y les ruego que lo hagan, a partir del 12 de enero.
Y no me descuiden la ingestión de sustancias venenosas. Si un día Jiménez Losantos, no se toma Vidal; si Ussía, nada de Moa, y si Tertsch, nada de Dávila. Y así. De uno en uno.