Sobre el autor

(Madrid, 1946) fue redactor
jefe de Diario 16, subdirector de Informaciones y
corresponsal de EFE en La Habana. En 1983
se incorpora a EL PAÍS como jefe de Edición,
donde fue redactor jefe y subdirector. En 1989
se incorpora como director de los Servicios
Informativos a Canal+. En 1995 vuelve a
El País como director adjunto.
Desde setiembre de 2005 hasta
noviembre de 2009 fue director
de los Informativos Cuatro y de CNN+.

Sobre el blog

El catavenenos probaba la comida para sus señores, fueran Agripina o cualquiera de los Borgia, y les informaba: ojo, aquí puede haber cicuta (o cianuro, o belladona). El autor asume esta profesión de riesgo y se sumerge en lo más profundo de la derecha española, tan vociferante y venenosa. Pero a la vista de que esas fuerzas ya han alcanzado sus objetivos, ha decidido rebajar la universalidad de la prueba y concentrarse en unas catas selectivas: unas aquí, otras allá. Cree que es justo que su trabajo, tan severo hasta ahora, se haga más reposado. Como el buen tequila. Mismos grados y fortaleza… pero un poco de sosiego.

Nuevo libro

¿Para qué servimos los periodistas? (hoy)¿Para qué servimos los periodistas? (hoy) (Editorial: Libros de la Catarata). En un momento en el que los despidos, los cierres y las pérdidas económicas en los medios de comunicación están llegando a cifras más que alarmantes y en el que la consideración social sobre los periodistas no es precisamente alta, José María Izquierdo reflexiona en este ensayo sobre la necesidad del oficio de contar y las muchas razones que justifican su existencia.

Leandro, el fantasma de la MoncloaLeandro, el fantasma de la Moncloa. Con ilustraciones de Fernando Vicente. (Editorial: La Hoja del Monte). "Leandro, narrador de estas historias monclovitas (...) es observador, perspicaz, irónico y a veces malvado. Gracias a su agudeza, no solo comprendemos la psicología de Rajoy, sino la de todos los que pasan por su despacho, sean ministros o visitantes ocasionales". Del prólogo de Juan José Millás.

Historias de José KHistorias de José K (EL PAÍS Selección). Un sórdido panorama de corrupciones y desvergüenzas bajo la mirada de un peculiar jubilado de Chamberí que pierde la compostura cuando el veneno de la política revuelve su estómago.

Fuego amigo o cuando Rajoy era el más inútil entre todos los inútiles Fuego amigo o cuando Rajoy era el más inútil entre todos los inútiles (EL PAÍS Selección). Mediocre, perdedor, zombi, maricomplejines mariacomodado, antropófago político, avieso, falso o tiranuelo fueron algunos de los calificativos que dedicaron a Mariano Rajoy sus hoy propagandistas, Anson, Jiménez Losantos o Pedro José Ramírez.

Otros: Las mil frases más feroces de la derecha de la caverna (Aguilar). Los cornetas del apocalipsis (Ilustraciones de Tomás Ondarra). Elogio del panfleto y reivindicación de la demagogia. Historias de José K. Ilustraciones de El Roto. Editorial La hoja del monte

06 dic 2010

¡La que ha montado Rubalcaba!

Por: José María Izquierdo

Barajas Era difícil que el tema de los controladores y el caos del fin de semana no lo llenara todo. Lo llena… y lo satura, que quería haberles ofrecido un pequeño resumen de otros temas pero ha sido imposible. Vayamos pues a los aeropuertos, que no se van a desilusionar con las apreciaciones de nuestra fiel infantería, que hoy viene de echarse a temblar. De risa o de miedo. Ustedes mismos, que ya les tengo dicho que no quiero que comiencen a leer este blog con excesivos prejuicios: solo los imprescindibles. Así que vamos a ver cómo a la alegre muchachada apenas si les ha llegado para dar un respiro al Gobierno. Y ha sido exactamente eso, un respiro. Inspirar y espirar. Ya. Comienza ahora la brea a todo lo que se mueve en el Gobierno, desde Zapatero, por ausente, a Rubalcaba, por excesivamente presente, y a José Blanco, ministro de la cosa. Hacen muy bien, estaría bueno que no lo hicieran, prensa y partidos de la oposición en pedir explicaciones al Gobierno. Lo que pasa es que a veces nuestros inefables amigos ignoran la línea entre el escepticismo ante el poder, más sano que un fin de semana en la montaña, y la insidia. Se lo he dicho en muchas ocasiones pero hoy verán cómo vienen algunos.

Quizá mañana pueda contarles un Sostres. O un Martín Prieto, o un Gustavo Bueno. A ver.

Con tantas cosas que pasan y tanto estado de alarma a veces uno siente que el suelo se mueve bajo sus pies y le conquista un extraño sentimiento de irrealidad. Pero amigos, todo vuelve a la normalidad. Los aeropuertos… ¡y las encuestas de NC Report para La Razón! Y es que ya se han convertido en una seña de identidad de que el mundo no cambia: se cantan belenes, Zapatero es un desastre y La Razón sigue publicando encuestas de NC Report. Hoy va de lo que debe ir: “El 85,7% de los españoles despediría a los controladores”. Y más cifras: “El 63,8% cree que el Gobierno no despedirá a los que abandonaron sus puestos de trabajo”; “El 94,5% considera que el caos ha deteriorado la imagen de España en el mundo”, y el “85,7% opina que tienen unos salarios excesivamente elevados”. Lleva también en primera página esta cosa inaudita: ETA revisa su estrategia porque teme que los españoles pidan mano dura tras la declaración del Estado de Alarma”. ¿Qué les parece?

Editorial, lo dicho: “El Gobierno (...) debe ir más allá y explicar porqué el Consejo de Ministros lanzó un órdago a los controladores el día en que empezaba el puente en vez de dejarlo para una fecha menos comprometida. ¿Qué pretendía con este reto descarado? ¿Es verdad, como dijeron Rubalcaba y Blanco, que el Gobierno tenía indicios  de un plante general si se aprobaba el decreto? ¿Es ésta la causa de que Zapatero no viajara a Argentina?”. Ya verán que es teoría extendida entre nuestros amigos. Y el premio al vago del año, que digo del año, de la década, se lo adjudicamos a César Vidal, nuestro admirado y siempre respetado multidoctorado. Comienza así su artículo de hoy, lunes, 6 de diciembre: “Este fin de semana pasado, ZP se ha quedado sin paseo por las Américas porque había que aprobar reformas urgentes exigidas por Bruselas”. Qué, a que les ha gustado que para Vidal ni haya habido lío de los controladores ni espacio cerrado, ni cientos de miles de afectados… Él escribió la semana pasada su cosa y allá se caiga el mundo…

Pues El Mundo titula con que El Gobierno planea prorrogar el estado de alarma hasta 2 meses”. Y explica el por qué: “Para sustituir por controladores militares a los que sean despedidos o imputados penalmente”. Otro sumario dice que “El PP reclama que dimita el ‘malvado e inepto’ ministro de Fomento”.  Y otra información más sobre el mismo tema: “Viernes, 7pm: ‘Si firmas esto se acaba el problema’”. “Con el espacio aéreo cerrado, el sindicato Usca ofreció a Blanco paz a cambio de sueldos de 300.000 euros y menos horas”. Lleva también una entrevista con Bono en la que se muestra partidario de reformar el Estado autonómico. En el editorial, El Mundo se pregunta: “¿Sabe el Gobierno cómo salir del estado de alarma?”. Y no se pierdan a Jiménez Losantos: “Esta crisis va para largo. Mientras los bancos  centrales, en especial la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, no reconozcan que el origen de casi todos los desastres que afligen al mundo occidental proviene de los 20 años de la política crediticia y demagógica de Alan Greenspan, no habrá forma de entrever el fin, siquiera a medio plazo”. Pero, hombre, ¿no habíamos quedado en que el culpable de la crisis mundial era Zapatero?

También Abc tira por el mismo lado: “Responsabilidades”, titula. Y subtitula: “El PP exige explicaciones a Zapatero por el caos aéreo”.  Más sumarios: “El jefe del Gobierno no ha dado la cara en público durante toda la crisis en los aeropuertos españoles”; “Desde Fomento dicen que ‘toca hacer justicia’ y abren 442 expedientes a los controladores”.  Y cerquita: “Rubalcaba ejerce cada vez más el papel de presidente”. “El ‘poliministro’ aprovecha el eclipse del líder socialista y ocupa su espacio”; “Blanco y Chaves dan un paso atrás y sólo queda la duda sobre Chacón”. Poco nuevo en el editorial: “La militarización es un paliativo para quince días, no la solución del problema, que sigue requiriendo lo que hasta el momento no ha existido: un Gobierno con agenda y aptitud”. Bueno. Bien. Nada nuevo.

Pero les decía que algunos van más allá de lo que han leído hasta ahora. Vamos, mucho más allá, infinitamente más allá. Por orden, que no quiero desgracias. José María Marco, ayer en La Razón: “Las negociaciones que se han venido manteniendo entre controladores y Gobierno desde el último conflicto, en el mes de febrero, no iban bien. En todo este tiempo, tampoco el Gobierno ha formado a nuevos profesionales para tomar el relevo de una minoría dispuesto al chantaje, ni parece haber previsto que podía llegarse a una situación como esta... ¿O sí? Sea lo que sea, los ministros Rubalcaba y Blanco han podido lucir su disposición a sacrificarse por el bien común –‘nosotros, los socialistas, no hacemos puente’– tomando la decisión más arriesgada para un gobierno de izquierdas: declarar el estado de alarma y llamar al Ejército para asegurar el orden público. El patrón de nuestro Gobierno ya no es Pablo Iglesias. Desde ayer se llama Ronald Reagan. El Gobierno socialista, agobiado por su propio descontrol, ha dado un puñetazo en la mesa y ha dejado bien claro quién manda. Es posible que de aquí a las próximas elecciones nos esperen varios momentos intensos, como éste”. ¿Sugerente ese “O sí?” Pues un poco más explícito es Emilio Campmany, en Libertad Digital: “Ya ven, el mundo está lleno de casualidades. ¿Qué probabilidad hay de que el fin de semana que el presidente decide no viajar a una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno luego se vea obligado a decretar el estado de alarma? Debe ser muy baja. ¿Y qué probabilidad hay de que, a los pocos días de que los empresarios del entorno del Rey pidan un golpe de timón, el presidente no tenga más remedio que, por otros motivos, declarar el estado de alarma? Tampoco debe ser muy alta. Y, sin embargo, qué casualidad, en España se han dado las dos cosas. Y qué casualidad, que la primera vez que ha habido que decretar en España un estado de emergencia, quien lo ha anunciado ha sido Rubalcaba”. ¿Vamos mejor? Esperen, que aún queda.

Esa gran analista de La Gaceta que es Pilar García de la Granja decía ayer lo siguiente: “Y lo peor es que el Gobierno lo sabía. ¿Y desde cuándo lo sabía? Pues desde el lunes anterior, día en el que los controladores recibieron el aviso de AENA de que el viernes se aprobaba, en el Consejo de Ministros, el cuarto decreto ley, en seis meses, que les obliga a modificar su estructura laboral y salarial (…) Pues bien, además de las tensiones económicas que todo el mundo conoce, resulta que el presidente conocía la posibilidad de que los controladores no acudiesen a sus puestos de trabajo, en caso de que se aprobase el famoso decreto, que, entre otras cosas, militariza a los controladores (…) Zapatero lo sabía y aun así no se avisó a la opinión pública a las puertas del segundo mayor puente del año tras la Semana Santa, y decidió un plan B en caso de que el caos se adueñara de España”. Ya vamos entrando.

Cuidado, que viene recio Ignacio Camacho, en Abc: “¿Ha sido el de este fin de semana un conflicto sorpresa o estaban las autoridades al corriente de la amenaza supuestamente inesperada? Salvo que el Gobierno sea mucho más desavisado e incompetente de lo que parece, que es mucho, resulta evidente que la regulación unilateral del horario de los controladores iba a crear problemas que nadie podía desconocer. Pese a ello, la decisión se mantuvo y se plasmó en una fecha crítica, con cientos de miles de viajeros a merced de cualquier contingencia en el puente festivo. La posibilidad de que esos ciudadanos hayan servido de tablero humano de un siniestro ajedrez político es inquietante y los convierte en rehenes no sólo de los controladores, sino del propio poder ejecutivo (…) Aunque acaso todo este cataclismo civil haya servido para enterarnos, a la postre, de por qué el presidente no viajó a Argentina…”. Verán qué sencilla es la insidia. Verbigracia. Va el catavenenos y dice: a lo mejor los que sabían lo que iban a hacer los controladores son Ignacio Camacho y algunos de sus amigos políticos del partido que ustedes saben. Esto es lo que escribía  el columnista el jueves pasado, y que pueden ustedes leer en la entrada del blog correspondiente a ese día: “Pero lo que ha despertado la inquietud y sembrado de rumores la muy rumorológica atmósfera de la capital es la tajante cancelación in extremis de la inminente gira presidencial por Hispanoamérica. De nuevo Zapatero acierta al corregir la idea irresponsable de largarse por esos mundos en una situación poco tranquilizadora para el país, pero esta clase de decisiones juiciosas son tan infrecuentes que provocan la alarma. Madrid era ayer tarde un remolino de cuchicheos desasosegantes, murmullos nerviosos y cábalas iniciáticas (…) La escenografía propiciaba la especulación: el cielo sombrío y el viento gélido de otoño ofrecían con su arrastre de hojas secas un oscuro, simbólico barrunto de tormenta”. ¿Cielo sombrío? ¿Es esto una insidia?

¿Decíamos interpretaciones de alienígenas? Será porque no han leído a Gabriel Albiac y lo “que para el ‘Estado de Alarma’ dicta el artículo 116.5 de la Constitu­ción: ‘No podrá precederse a la disolución del Congreso mientras estén declarados algunos de los estados comprendidos en el presente artícu­lo [alarma, excepción y sitio]’”. Lo cual, tras la de­claración de continuidad que -en ausencia del inexplicablemente desaparecido Presidente Rodríguez Zapatero-  realizó el domingo por la tar­de Pérez Rubalcaba,  despeja, al menos, una in­cógnita:  la convocatoria de elecciones anticipa­das es ahora legalmente imposible. No haya alarma. Para eso sirvió también la extraña huelga”. O, mejor, porque no habían llegado a José María Carrascal: “Que los controladores son los culpables no sólo lo sabemos. Lo sabíamos. Entonces, ¿por qué no se evitó el caos que des­encadenaron? Dicho de otra forma: ¿sorprendió al Gobierno o lo esperaba? Lo primero indicaría incapacidad. Lo segundo, perfidia”. Un poquito más, que no se ha explicado bien: “Elegir la víspera del puen­te más largo del año para el duelo con ellos era, cuando menos, temeridad. ¿Nadie en el Gobier­no cayó en ello? ¿O se eligió precisamente para dar una muestra de autoridad ante un colecti­vo que goza de nulas simpatías entre la ciuda­danía por su prepotencia y sus sueldos astronó­micos? No lo sé, pero es legitimo preguntarlo”. Usted pregunte lo que quiera, pero le ruego que no vuelva a escribir cosas como la del domingo: “Los militares siguen resolviendo los grandes problemas españoles. ¡Menudo avance!” ¿Qué grandes problemas han resuelto los militares en democracia? ¿O se refiere Carrascal a los que solucionaron en 1936? Por cierto que La Gaceta cuenta que “Patrimonio Nacional desmantela las habitaciones de Franco en El Pardo”. No sé por qué se me ha venido a la cabeza.

Y aún queda José Manuel de Prada, el señor nos tenga en su gloria, que es, realmente insuperable. Por lo pronto, una aceitunilla para abrir boca, que enseguida les llega el cochinillo: “Hace unos pocos días, un amigo oficial, después de pintarme con tintes amargos el proceso orgiástico de destrucción del Ejército, al que Zapatero ha convertido en una burocracia feble y pastueña, sin Dios ni patria ni rey, me resumía así su porvenir: ‘Terminarán convirtiéndonos en sonrientes re­partidores de condones por los arrabales del atlas”. Y antes del plato principal, advertirles que va de aquellas películas de los años cincuenta en las que se enviaba al Ejército a “detener una invasión de alienígenas cabreados”. ¿Se han comido bien la oliva? Pues entonces, el bicho: “¿Y por qué sacaban en procesión al ejército en aquellas películas casposas? Pues para que, si al día siguiente había que movilizarlo de veras por alarma nuclear o ataque de los rusos, la gente idiotizada no se pusiese histérica. Lo mismo ha hecho aho­ra Rubalcaba: por temor a los desórdenes que pue­da causar la intervención de nuestra economía en las próximas semanas, ha decretado ahora el estado de alarma. Así, este simulacro le sirve de ensayo general; y, cuando la intervención de nuestra economía sea un hecho, la declaración de estado de alar­ma será percibida como algo rutinario”. Claro, que el sábado decía lo siguiente: “Y mientras su ‘Yes’ zombificado resuena sobre la ciudad en llamas, Zapatero avanza, en constante y nada errático progreso hacia la noche. Sabe quién es su señor y cómo debe servirlo. Yes, yes, yes”. Por si no son expertos en Prada, les recuerdo que el señor de Zapatero es el mismísimo Belcebú. ¿Les veo escépticos?

Cuidado que me había prometido a mí mismo no mencionar esta cosa, pero es que es superior a mis fuerzas. Debe ser el señor del párrafo anterior, que me empuja con el tridente. El Grupo GEES sigue con Wikileaks: “El ególatra Assange se pretende salvador del mundo desvelando la rapacidad americana, pero lo único que hace es satisfacer su sed de notoriedad y su odio nihilista a todo lo que significa Occidente, su democracia liberal y su economía de libre mercado. Un vándalo con disfraz de cruzado moral, ha dicho un comentarista. Si la cara es el espejo del alma, estremecen las viciosas psicopatías que la suya revela”.

Por no dejar a Prada el “ite, missa est”.

Hay 39 Comentarios

(7-12-10---13:50:34)¡¡¡¡¡JOSU!!!!!! o JOZÚ................................ VETE A TOMAR POR EL CULOMBIO

Culomb-- Julio/Voltio.

Hola a todos. Os adjunto un artículo de Ruiz Soroa en El Correo. Este buen hombre no pasa por ser un miembro de la casquería derechil, y sin embargo, me ha hecho saltar dudas sobre el papel del gobierno en todo este tema de los controladores...:
No creo que exista un solo español que no esté de acuerdo con el Gobierno en la necesidad de poner fin al insufrible estatuto de privilegio de que gozan los controladores aéreos. O que no exija la aplicación de graves sanciones a los que han protagonizado el espectáculo de estos días, que ha causado gravísimos perjuicios a la ciudadanía. Los culpables deben pagar por lo que han hecho, sin lugar a dudas.
Ahora bien, este acuerdo general no nos lleva necesariamente a aceptar la totalidad de las medidas adoptadas por el Gobierno ni, sobre todo, nos puede llevar a admitir como válida la forma en que se ha gestionado el conflicto con los controladores. Han existido errores tan graves en esa gestión, trufada de infantil prepotencia, que creo que puede afirmarse que el Ministerio de Fomento es también culpable de lo sucedido y que su titular debería ser destituido de inmediato.
En cuanto a lo primero, las medidas adoptadas por el Consejo de Ministros el sábado: si bien puede admitirse aunque sea con reservas la declaración del estado de alarma como forma de hacer frente a la situación (¿cuándo piensa reunirse el Congreso que la Constitución dice debe hacerlo «de inmediato» de adoptarse la declaración?), el sometimiento de los controladores a la jurisdicción militar suscita más que dudas de constitucionalidad, puesto que el artículo 117-5º de la Constitución limita la aplicación de la jurisdicción militar a los supuestos en que se haya declarado el «estado de sitio», sin posibilitarla para los estados «de alarma» y «de excepción». Declarar la movilización militar de los controladores y su completo sometimiento a la autoridad y las leyes penales militares no es constitucional a no ser que se declare el estado de sitio. La autoridad competente en el estado de alarma es la civil, sea el Gobierno o el presidente de la comunidad autónoma afectada, no la militar, y no puede sortearse esa prohibición como ha pretendido el Real Decreto aprobado el sábado diciendo que la militar es la autoridad «delegada» de la civil. Muy mala idea la de saltarse la Constitución en su aniversario.
Pero lo verdaderamente grave, a mi juicio, es la desvergüenza política con que el Gobierno atiza la demonización de los controladores para ocultar sus gravísimas responsabilidades en la gestación de esta crisis, que bien puede decirse que ha sido provocada por él. El ministro de Fomento ha adoptado desde hace muchos meses el papel de justiciero llamado a terminar con los privilegios de los controladores a cualquier coste, hasta que ese coste le ha estallado en sus narices, pero a la vez en las de 300.000 personas que pasaban por ahí. El papel de justiciero es cómodo y prestigioso, pero es muy poco compatible con el del regulador público de una situación largamente enquistada.
El Ministerio estableció hace meses el nuevo horario de trabajo de los controladores, con un tope de horas anuales muy superior al existente hasta entonces, terminando así con el abuso de hacer 'horas extras' a mansalva para cobrarlas como tales. Bien está que lo hiciera, pero lo que no tiene perdón es que el Ministerio no cayera en la cuenta de que si el tope de horas era de 1.670 anuales iba a suceder inevitablemente que la mayoría de los controladores las habría cumplido antes de fin de año y que a partir de ese momento podrían negarse a trabajar con todo derecho. Imprevisión supina que en cualquier empresa civil normal le costaría el puesto al director responsable, pero que Blanco decidió arreglar como sólo lo puede hacer un ministro prepotente: con el Boletín Oficial del Estado, que para eso es mío.
Y, ni corto ni perezoso, a mediodía de un viernes previo al mayor puente festivo del año se le ocurre aprobar una disposición adicional de un decreto que pasaba por allí para establecer que en el horario anual de los controladores no cuentan como trabajo las horas de retén, las de baja laboral o incapacidad transitoria, o las de permiso por paternidad o motivos sindicales. Es obvio para cualquiera que esas horas sí contaban hasta entonces como trabajo, pues el propio Ministerio lo reconoce implícitamente al verse obligado a aprobar una norma jurídica especial para decir lo contrario. Pero, para disipar cualquier duda, añade el decreto que las torres de control quedan militarizadas en aplicación de una Ley Penal de Navegación aérea del más profundo pasado fascista. Bueno, ¿qué esperaba el Ministerio que hicieran los controladores ante un uso tan imaginativo y prepotente del BOE? ¿De verdad no se le pasó por la cabeza que recurrirían inmediatamente a medidas de fuerza? Si así fuera, sería culpable de imprevisión negligente. Pero hay otro escenario peor: claro que se le pasó por la cabeza esa posibilidad, pero decidió que una huelga salvaje en el puente sería la ocasión anhelada para doblegarlos para siempre, que es lo que ahora podrá hacer. Si ésta es la verdad, los frustrados pasajeros habrían sido utilizados como rehenes no sólo por los controladores, sino también por el Ministerio.
Como todos sabemos que no sucederá nada y que la cuestión se quedará en una bronca de taberna sobre el importantísimo tema de dónde estaban Zapatero y Rajoy este fin de semana, lo único que nos queda es hacer apuestas sobre si nuestro sistema político ha tocado ya el fondo en su degradación o si todavía descubrirá nuevos abismos en que enfangarse.

Por fín coincido en algo con el servicio diplomático de EE.UU: la opinión que nos merece Rubalcaba (y Rajoy!!)

Son muchas las cuestiones, pero vamos a hacer un intento.
1º. Los controladores son unos golfos cobardes, no hicieron huelga, se pusieron "enfermitos". Ni para protestar tienen valentía. Y encima son mal hablados y carentes de cultura.
2º. Ya se empieza a vislumbrar que, pasado el momento en el que no quedaba más remedio que apoyar al Gobierno, la fiel infantería pretende desviar la atención. Lo importante es: LOS FUNCIONARIOS HAN VISTO MEJORAR SUS CONDICIONES ECONÓMICAS ENTRE 2004 Y 2009 DE FORMA SIGNIFICATIVA EN COMPARACIÓN CON LOS OCHO AÑOS ANTERIORES. PUES BIEN, ES EL COLECTIVO DONDE SE ORGANIZAN MÁS PROTESTAS (JUECES, POLICÍAS, GUARDIA CIVIL, CONTROLADORES, INSPECTORES DE HACIENDA, ETC., ETC,), ¿por qué?
3º. Ya lo dice el portavoz autorizado del tea party en España (López el del bigote), de lo que se trata es de acabar con cualquier servicio social, ¿o es que en Madrid avanzan los servicios sociales?

Nos falta mucho veneno por oir, ver y leer. Y lo grave es que es contagioso,

Insistiendo en lo que dice el salmantino habría que decir:
Problemas de hemorroides?... vota PP, en cuanto ganen te darán por el... cunde.

Hoy mi sobresaliente cum laude se lo otorgo al "capullito de pitiminí" alias Prada.
El premio irá acompañado de un litro de brillantina.

Eres genial capiroba. Tienes más condiciones para controladora que la Cristina Antón, pero no es mala gente este chica, finalizaba su exposición pidiendole al cielo de rodillas que nos cayera a nosotros toda la mierda que le estaba cayendo a ella (supongo que se refería a la mierda de sueldo)

Fina ironía JL. Después de leer el blog de la controladora malhablada mi aversión por los viajes en avión se ha acrecentado. Me los imagino en la torre de control y me entran los sudores fríos:
Controladora: ¡¡ Que quites el puto avión de la jodida pista, mamón !!
Piloto: Roger, alfa tango
Controladora: roger, roger ... tu p. madre capullo, te vi a meter mi contrato por el culo como me sigas hablando en guiri.
Piloto: ......
Controladora: Hay que joerse, las 28 horas del día tratando con estos cabronazos por unos míseros euros, es que es pa'cagarse en tó. Venga pasmao, ahueca el ala y llévate a esos esclavos de puente, ¡¡ ostia ya !!

Qué despiadado eres almigmon, qué falta de humanidad, si el viernes abandonaron su puesto de trabajo fué porque estaban tan cabreados por las medidas del gobierno que en esas condiciones no podían trabajar con un mínimo de garantías.

Estaba claro, no es ninguna sorpresa, la deriva de toda la caverna mediática desde las primeras aceptaciones, e incluso aplausos, tras las medidas del Gobierno, a las insidias de ahora y la búsqueda de los tres pies al gato.

Llama la atención la virulencia filogolpista de esta gentuza y la intención espúrea que intentan llamando huelga a lo que es una rebelión y pidiendo, por ello, una ley de huelga, por supuesto restrictiva del derecho.

Claro que, estamos rodeados y no hay ninguna posibilidad de que nos auxilie el 7º de Caballería porque acabo de escuchar el la radio que en los USA le han amenazado a Obama que como modifique la vergonzosa rebaja fiscal a los ricos que aprobó Bush, la Cámara, donde tienen mayoría los republicanos, eliminará las subvenciones a los parados.

Parece mentira, pero así está el mundo, Facundo.

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