Bueno, pues un suspiro, dos telediarios o para quienes aún fuman, un par de pitillitos. ¿Les he dicho alguna vez lo ricos que estaban aquellos Camel que se fumaba este catavenenos hace ya muchos años, pero que sigue oliéndolos como si hubieran ardido hace apenas un par de horas?. Era ya noche avanzada del viernes –esas extraordinarias tertulias de las decenas de emisoras de TDT cuya profundidad ideológica, tanta que se sumerge en el pleistoceno, podemos disfrutar gracias a la generosidad de La Moncloa, bien secundada por el ministro Miguel Sebastián, ese genio de la política- e incluso la mañana del domingo, Pedro José, o de ayer mismo, Carlos Dávila, cuando seguíamos llenando la cara de aplausos a esos belcebús del Tribunal Constitucional, cuando hoy, martes –ni un día sin leñazo- volvemos a sacudirle al mismo Tribunal. Salimos de Málaga, las encuestas, y ya ven hasta dónde llegamos.
No les votes. Dicen. Y el PP, insisto, tan ricamente.