Agotados los columnistas tras el ímprobo trabajo de encontrar nuevos insultos para los socialistas, y sobrecogidos como están por la labor titánica que encerrado en su despacho despliega nuestro gran líder, hoy han dado en coincidir, al menos algunos de ellos, en esta cosa de los restos de Franco y el Valle de los Caídos, esa ignominia que tan a destiempo ha desempolvado el Gobierno en fuga. Pobre hombre, don Francisco, querer remover sus huesos, me voy a hacer un rosario con tus dientes de marfil, mientras esa abnegada familia, la suya, la de Franco, digo, sufre en silencio. Y la Iglesia, qué va a decir la Iglesia, con ese pedazo basílica y esa cruz que se carga el paisaje en kilómetros y kilómetros. Acostumbro poco, pero hoy digo lo que me parece este asunto. Un día es un día.
Aún así, y aunque Rajoy sale poco, le han felicitado mucho en Europa porque ha dicho que va a luchar contra el paro. No es para menos.
Ussía dice que Azaña era peniblando. Al final, para que no estorbe.