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Les hablaba ayer de la agonía que nos esperaba en Bruselas. Pues eso: agonía. La cumbre está paralizada –o eso dicen- porque Monti y Rajoy insisten en que todo lo de la unión fiscal y más Europa está muy bien, pero necesitamos soluciones urgentes. Esto es: millones y millones de euros, ya. Y a esas medidas se opone, principalmente, Alemania, pero no solo, que la canciller alemana tiene mucho aliados. Y España, pocos. No nos engañemos. Así que habrá que esperar a ver qué ocurre, con los mendicantes del sur unidos y los señoritos del frío renuentes a soltar el dinero a unos vagos redomados, como todo el mundo nórdico sabe que somos los mediterráneos. Siempre me he preguntado quiénes creen que son los que les sirven las copas hasta las cuatro de la madrugada, les limpian el hotel, les llevan y les traen de un sitio a otro, les atienden en las recepciones, etcétera, etcétera, a todos estos trabajadores natos que vienen a nuestras costas a tumbarse al sol durante semanas. ¿Quiénes creen ellos que han hecho las carreteras por las que circulan, los edificios donde duermen, los grandes almacenes o las pequeñas boutiques donde compran? ¿Y los puertos o los aeropuertos? ¿La T-4, El Prat, Son Sant Joan, Tenerife Sur? ¿Eran obreros alemanes, ingenieros suecos, informáticos holandeses? ¿Quiénes demonios creen que han construido esta España viva y moderna de 2012 que tienen ante sus ojos, sino los españoles y otros currantes de países más pobres? Vagos, herr Günter, lo será su señor padre, a quien presento mis respetos, y su señora madre, a la que beso la mano.

Y ayer se celebró en la Universidad Católica de Ávila el encuentro entre el cardenal Antonio Cañizares y José Luis Rodríguez Zapatero, al que pitaron alegremente ante la cara de contento del ex presidente, encantado de ir a una universidad católica a verse con un cardenal y que actuara de anfitrión Francisco Marhuenda, el director de La Razón. ¡Qué bonito todo! Dejemos a los aficionados, que si quieren que hablemos en serio de la Iglesia y otras mandangas nos ponemos con Richard Dawkins, con el reciente y tristemente fallecido Christopher Hitchens o con Piergiorgio Odifreddi. Y si de verdad les va la marcha, hasta con Fernando Vallejo y La Puta de Babilonia. Cuidado: solo apta para estómagos fuertes.

En Abc están muy enfadados con algunos países de la UE. Editorial: “La propuesta que algunos países pusieron ayer sobre la mesa exigiendo que España hipotecase bienes concretos a cambio de autorizar al mecanismo de rescate (MEDE) a comprar deuda española es sencillamente indecente. Algo así merecería ser recordado cuando alguno de estos países pueda tener a su vez problemas y reclame la solidaridad de sus socios, si no fuese porque ese es el mejor camino de destruir lo que representa la UE”. ¿Quiere decir que teníamos que poner la Puerta de Alcalá en prenda? ¿La Pedrera? ¿La catedral de Santiago? ¿Los penaltis de Sergio Ramos o de Cesc?

José María Carrascal sabe, al menos, cuál es el problema y quiénes los culpables. Helo aquí: “Bruselas está dispuesta a ayudarnos, pero exige que, antes, recortemos el Estado de Bienestar que nos hemos dado sin tener los medios para ello. Y si la primera mentira que nos contaron fue que la crisis no iba con nosotros (Zapatero dixit). La segunda, aún más grave pues llueve sobre mojado, es que podemos mantener ese Estado de Bienestar (Rubalcaba corroborare). Y nosotros dispuestos a creerle”. Oiga, Carrascal, ¿y qué hay de los de ahora? Del PP y eso, digo. Nada. No sabe o no contesta.

¿Y para qué queremos que nos cuente nada Rajoy, si ese es uno de sus inagotables encantos? Lo dice Iñaki Ezquerra en Abc: “Se le reprocha ‘que no dé la cara’. Zapatero estaba todo el día en los medios disfrazado de gran salvador. Rajoy es su antítesis. Se conforma con salvarnos de la ruina con una parsimonia palaciega, una discreción pontificia, un estilo vaticano…”. Ya digo, que si nos está salvando por ahí con todos esos atributos, cómo va a tener tiempo la pobre criatura de comparecer en el Congreso…

Pero es que la vida está muy dura y la crisis aprieta. Tanto, que no hay más remedio que echar de sus trabajos a los empleados públicos. Lo explica clarito el editorial de El Mundo: “El Gobierno está trabajando en un plan de racionalización del sector público que estará listo probablemente a finales de julio, pero del que nada se sabe todavía sobre su contenido. Veremos hasta dónde es capaz de llegar porque existen serias limitaciones legales para poder despedir a los empleados públicos, que alcanzan hoy la cifra de 3.1 millones. Dos millones de ellos son inamovibles porque legalmente no es posible rescindir la relación de un funcionario con la Administración. Pero hay un millón de trabajadores del sector público que tiene la condición de personal laboral y que sí pueden ser despedidos. Ayer mismo, el Congreso aprobó la reforma laboral en la que se ha introducido una enmienda que flexibiliza el despido de los contratados”. Y ya saben lo que significa flexibilizar. Pero queda el párrafo final, para el pánico total: “Ha llegado, pues, el momento de afrontar la reestructuración del sector público, lo que debería suponer una importante reducción del número de funcionarios para acomodar las estructuras burocráticas a las dimensiones de este país, que no puede ya costear un faraónico aparato construido para satisfacer las ambiciones de los partidos y los delirios de grandeza de los gobernantes regionales”. Creyentes, confesarse y rezar. Para el resto, se admiten las blasfemias.

De vez en cuando conviene recurrir a los clásicos para saber por dónde van los tiros. Hoy, por ejemplo, nos vamos hasta la columna de Federico Jiménez Losantos para recordarles a todos ustedes cuál es la base de los ultraliberales que están tan de moda y su cosmovisión sobre los impuestos. Alguna pista: “En esta crisis, la primera víctima ha sido y es la propiedad, que está siendo saqueada mediante subidas feroces de impuestos que nos privan de bienes ganados honradamente y que son incautados por el poder político”. Más: “Cuanto más suben los impuestos, menos libertad tenemos para usar nuestro dinero; y para asegurarse el cobro, el Fisco, sacamantecas del poder político, reduce a los ciudadanos a súbditos del Antiguo Régimen. Con el discurso tramposo de la solidaridad, se atenta contra propiedades y libertades”.

LAS FACHADAS

Menos mal que la tienen ustedes delante. Sí, claro, me refiero a la fachada de La Razón. ¿Para qué decirles nada? “El debate del año. Un creyente y un laico ante la crisis”. Sumarios: “Cañizares: ‘No hay democracia sin conciencia asentada en los principios del bien y del mal”; “Zapatero: ‘Sería de ignorantes no reconocer la influencia del cristianismo en Europa”. ¿Alguna otra cosa? ¿Quizá un recuadrito o una llamadita para esa cumbre de Bruselas que ustedes saben? En absoluto: nada. Ni un milímetro de la portada. Es muy posible, por cierto, que las fachadas cambien entre las primeras y las últimas ediciones. En la de Abc que tengo delante, Monti y Rajoy se dan amistosamente la mano, bajo el título “La UE busca un escudo para España e Italia”, con un sumario que señala que “La propuesta para proteger la deuda española e italiana topa con la exigencia de duras contrapartidas por parte de la Europa rica”. O sea, que no muy allá. En El Mundo le echan un poco de pimienta: “Dramático pulso en Bruselas para salvar a España e Italia”. La Gaceta: “Rajoy se alía con Monti para plantar cara a Bruselas”. Dice también que “Los médicos se rebelan contra la financiación de píldoras y abortivo”. ¿Los médicos? ¿Todos?

NON PLUS ULTRA

A Jaime González, el jefe de Opinión de Abc y contertulio habitual de Intereconomía le duele España mogollón. Y ahora, para colmo, sin ibuprofeno: “¿Qué es la ‘España plural’? Un cuento y un invento que tenía como fin principal ‘mimar’ al País Vasco y Cataluña para que aceptaran sumarse a la causa del modelo autonómico. ¿Qué ocurrió? Pues que la ‘España plural’ se convirtió en un traje a medida de los nacionalismos que, con el paso del tiempo, han roto las costuras de España”.

Nuestros chicos tienen, a veces, grandes detalles. Ignacio Camacho, de tanto ir y venir, un día aquí y otro allí, a veces se hace un pequeño lío. Ya verán esta cosa del guante: “Obligada a darle la mano al antiguo jefe del IRA, ahora reciclado en autoridad política del Ulster, Isabel II se la extendió dentro de un guante. Es cierto que la Reina de Inglaterra nunca se desenguanta ni en el más tórrido de los veranos, pero también es verdad que jamás había tenido que estrechar la mano de un terrorista (…) Su mano enguantada, sin embargo, parece sugerir una precaución silenciosa: tal vez cierta reserva moral, o siquiera estética, sobre un proceso de paz capaz de convertir a un convicto criminal en viceprimer ministro”. A ver si nos aclaramos, amigo Camacho, que si la Reina no se desenguanta nunca, ya podía haber cambiado el gancho de la columna...

Y ni un día sin ETA. Hoy, Román Cendoya, en La Gaceta. “Ayer se volvió a escuchar 'Gora ETA, la lucha es el camino'. La realidad es mucho más tozuda que la capacidad de mentira, manipulación y adaptación de los Pascuales Salas, los Ares, Rubalcabas y los PP de la vía Nanclares. ETA no está derrotada, está viva, está operativa con miembros armados, con pisos francos y coches con matrículas falsificadas. Y gracias a los serviles miembros del Constitucional tiene comandos institucionales en Ayuntamientos, Diputaciones y en el Parlamento Español. ETA necesita de colaboradores, propagandistas de la ficción de la reconciliación como Ares, quien ha arremetido contra Consuelo Ordóñez por desenmascarar la mentira del perdón institucional. Consuelo ha tenido que pagar el plus de sufrimiento de tener que ir a ver al asesino de su hermano, para demostrar que nuestros políticos nos mienten”.

EL AFAMADO MUSEO EL OJO IZQUIERDO
(Documentos y testimonios de la vida en las cavernas)

“Resulta ilusorio pensar que el problema del colosal déficit público puede solucionarse tan sólo eliminando lo superfluo. Es imprescindible que los ajustes se extiendan también a lo que suele denominarse 'el Estado de Bienestar' (…) Todo lo cual sugiere que el saneamiento presupuestario debe proseguir… también en materia sanitaria (…) Lástima que el Gobierno no haya aprovechado la ocasión para hacer otro tipo de ahorro que va más allá de lo económico: dejar de financiar el aborto y los anticonceptivos. No sólo reduciría el abultado gasto, sino que también respetaría la Constitución (la que en su artículo 15 reza ‘todos tienen derecho a la vida’). El TC sigue sin resolver el recurso presentado por el PP contra la ley Aído que implica, de facto, la conversión del aborto en un derecho. Y el Gobierno tampoco ha dado un paso para reformar la ley Aído, como prometió Ruiz-Gallardón. Le quedaba la opción de acabar con la terrible paradoja de que haya que pagar por un laxante y el aborto en cambio salga gratis. Pero la ha desaprovechado. Va no sólo contra la ética, sino también contra la justicia y la propia democracia, que el dinero del contribuyente se destine a financiar unas prácticas de dudosa constitucionalidad y de corte totalitario, como es la muerte de vidas inocentes en el seno materno”.

Editorial de La Gaceta. Madrid, 27 de junio de 2012.

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