Urkullu y su mujer tras conocer los resultados del 21-O. (Foto: ALFREDO ALDAI, EFE)
Pues aquí estamos, como les prometimos, para darles cuenta de lo que dicen nuestros cornetas sobre las elecciones de ayer. La primera consecuencia es que Rubalcaba debe dejar hoy mismo su cargo. La verdad es que no han sido una gran éxito para los socialistas, no. Luego han pasado algunas otras cosas, pero ya de menor importancia, que si Bildu, que si tal y que si cual. Pero lo primero es lo primero. Lo segundo, que ha ganado Feijóo, lo que significa que toda España avala los recortes de Rajoy. Ya, ya sé que parece un cierto abuso de interpretación del voto, pero hágaselo entender usted a un editorialista de La Razón, por no ir más lejos, que no salen del gran triunfo de... Rajoy. Bueno, un poco también de Feijóo, pero sobre todo de Rajoy. Así que tratan de disimular con unas cosas y con otras, pero lo que de verdad les tiene aterrorizados son los resultados del País Vasco. Sí, claro, veremos cómo se maneja eso. Pero dos cosas. Una, que hay que recordar, como señala hoy el editorial de este periódico, que no es la primera vez que el nacionalismo suma dos tercios de los votos y de los escaños: “Durante toda la década de los ochenta, en el conjunto de las cuatro elecciones autonómicas celebradas, la suma de PNV (y luego su escisión, Eusko Alkartasuna), Herri Batasuna y Euskadiko Ezkerra logró entre el 64% y el 67% de las papeletas, y entre 49 y 52 de los 75 escaños (42 en 1980, en un Parlamento de 60)”. Y ETA asesinaba de manera salvaje durante aquellos años. Y dos, que hoy, por lo menos, sabemos el número de ciudadanos, reales, que votan una cosa u otra en el País Vasco. Esto es, que todos han decidido participar en la democracia y fiar el futuro a la política y no a las armas. Pues a ver si con política se les derrota.
No quiero dejar morir la vergüenza del colegio de Mérida. Por eso me alargo. Otro día más, disculpas.