¿Y quién es Bárcenas?

Bárcenas, entrando a declarar a la Audiencia Nacional este jueves. (Foto: Kike Para)

No sé si han sido una o dos veces –como las que el catavenenos ha estado en Groenladia, una o ninguna- las ocasiones en que este Ojo ha sido monográfico. Es evidente, para cualquiera, el interés periodístico y político del ingreso en prisión de Luis Bárcenas Gutiérrez, a punto de cumplir 57 años, más de 30 de ellos al servicio del PP, primero como empleado administrativo, después ya como gerente y posteriormente tesorero, por obra y gracia de Mariano Rajoy Brey, hoy presidente del Gobierno, que le nombró para ese cargo digitalmente en el año 2008, después de convivir a su vera durante todos esos años, que 30 son también, prácticamente, los que lleva Rajoy en el partido. Lean, por cierto, el auto del juez Pablo Ruz para comprender cuán abrumadoras son las pruebas contra el ex tesorero.

Voy a recomendarles un libro revelador: La información del silencio, de Alex Grijelmo, Editorial Taurus, 2012. Seguramente tras su atenta lectura entenderán el milagro de este 28 de junio de 2013. ¿Entienden ustedes que La Razón o Abc no hagan editorial sobre la encarcelación de Bárcenas? ¿Que los principales columnistas de esos diarios, tan fieros, elijan hablar de otras cosas, y dediquen su columna a asuntos variados, sin hablar de Bárcenas, en ridículo remedo del que pasa silbando y mirando hacia otro lado?

Griñán, ese gran héroe

José Antonio Griñán (Foto: EFE)

La actualidad llevaba un ritmo, que si las becas, que si la ley Wert, que si Montoro y las brujas, que si los pactos, etcétera, y de pronto llega José Antonio Griñán y revuelve todo el cotarro, anunciando que a los 70 años, 70, no se volverá a presentar como candidato a la Junta. Pues muy bien. ¿Ha tenido Griñán ahora un ataque efebórico y reniega de la edad madura? Curioso. Porque cuando se presentó a las elecciones andaluzas del 25 de marzo de 2012, ya contaba nuestro protagonista del día con casi 66 años. ¿No era ése el momento de los “nuevos pilotos para nuevos horizontes”, o incluso de dar paso a “la savia nueva" que ayer dijo tan pomposamente Griñán? ¿Y por qué es tan necesario ahora, apenas 15 meses después?

Primero, Griñán en los editoriales de La Razón, Abc y El Mundo. Y luego, las becas.

Para acabar, un apretado programa de variedades.

¡Salvad al soldado Wert!

¿Saben ustedes lo que es mentir? Podemos traer la retahíla conocida de las definiciones de la RAE, de María Moliner, de Julio Casares o de Manuel Seco. Pero sobran, que este humildísimo blog no es una tesis doctoral. Ustedes y yo sabemos lo que es mentir. Bueno, pues eso es exactamente lo que hace hoy, con subterfugios ridículos, Francisco Marhuenda en La Razón. Sabemos, claro, que la cosa viene desde arriba, que  hay orden de hacer lo que haga falta para blanquear la Ley de Educación del ministro. Como dice el editorial del mismo periódico: “José Ignacio Wert cuenta con el respaldo del Gobierno, con su presidente a la cabeza, y de todo su partido para llevar a cabo la reforma que España necesita”. Se entiende el afán por cumplir las órdenes, pero no se debe faltar a la verdad. Títulos de portada de La Razón: “La OCDE da un sobresaliente a la ley Wert”. Y añade: “Desmonta las teorías de la izquierda y aplaude las becas por mérito”. Bien. Pues es falso.

Montoro y los DNI de la Infanta. Lean la nota de Hacienda, por favor. Y ahora, recuerden: “Haga el favor de poner atención en la primera cláusula porque es muy importante. Dice que… la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte. ¿Qué tal, está muy bien, eh? -No, eso no está bien. Quisiera volver a oírlo”.

Con Wert, hasta el infinito

Foto: Uly Martín

En poco tiempo vamos a ver cómo nuestros amiguitos del alma, que decía quien ustedes saben, se van a lanzar, otra vez, a defender a capa y espada la Ley de Educación patrocinada por José Ignacio Wert. Y lo harán, cuando menos, por un par de razones. Una, por sumarse a la campaña publicitaria del Gobierno, que para eso estamos, lo que ustedes digan, cuenten con nosotros. Pero una segunda porque todos y cada uno de ellos representan, oficial u oficiosamente, a los grandes lobbies de la derecha hispánica de toda la vida. De la Iglesia, por lo pronto. Pero no solo. Hoy yatenemos la muestra en La Razón con José María Marco, FAES patanegra, que llega a relacionar las palabras notas y trabajo, que en un país con un 56% de paro juvenil resulta un sarcasmo deplorable.

Y no les digo nada, pero nos atacan los militantes del homosexualismo político.

Cualquiera que sea esa cosa.

Más Gürtel, más Bárcenas

Hay algunas cosas sobre Luis Bárcenas y el caso Gürtel que tienen interés. El ex tesorero va a declarar el jueves ante el juez Ruz, y dice Ignacio Camacho, en Abc, que lleva semanas lanzando avisos a navegantes de que puede incendiar Génova y sus alrededores. Y que tiene muchos más papeles, de ahora y de la época de Aznar.  Mientras El País publica lo que publica hoy, la mano derecha de Correa, Pablo Crespo, que fue alto cargo del PP gallego, se pasea por periódicos –El Mundo- y televisiones –Intereconomía, Telecinco- para intentar lavar lo imposible. ¡Qué operación de blanqueo más fea a la que se someten algunos medios! Pero está bien, cada oveja con su pareja. Y seguimos con la Reforma de la Administración, esa operación de marketing tan extraordinaria que ha puesto en marcha la vicepresidenta. Ya estaré absolutamente senil –más aún de lo que ya estoy- dentro de cuatro o cinco años para que ustedes y yo pudiéramos comprobar cuánto se ha hecho de la tan cacareada reforma y cuánto se ha ahorrado. Lástima. Porque nos íbamos a divertir.

Les gustará Sánchez Dragó. Dice cosas de las mujeres.

Soraya, grande, Blesa, libre

Día de recuelos. Por un lado, el pactito Rajoy-Rubalcaba, ya sabido. Por otro, los encomios, panegíricos y loores a la reforma de la Administración, y muy en especial a la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, que se ha trabajado las loas de sus amigos con una labor de relaciones públicas bien engrasada. Los beneficios que nos esperan de algo que todavía no se sabe ni cómo se va a poner en marcha son descomunales: de miles y miles de millones, no se crean, que dicen los creyentes. Y aún queda alguien por ahí para arrearle con ganas a Montoro por la todavía inexplicada –y van diez días- avería de los DNI de la Infanta. También hay hueco para alabar esa magnífica idea del FMI de abaratar el despido y bajar los sueldos.¡Aleluya!

Nuevo, nuevo,  que Miguel Blesa ha salido de la cárcel.

(Hay varias columnas dedicadas a James Gandolfini. Déjenle al catavenenos que eche unas lagrimitas por el irrepetible Tony Soprano. La vida es dura. Pero más la muerte).

¿Pero existe el FMI?

Christine Lagarde, el pasado 14 de junio en Washington  (Jose Luis Magana, Reuters)

No sé bien cómo valorar estas cosas. Resulta que ayer el Fondo Monetario Internacional se marca un papel sobre España de agárrate que vienen curvas. Piden, por ejemplo, que se abarate el despido -¿pero aún les cuesta algo a los empresarios?- y una rebaja de salarios. Vamos, tal que si fuera ese señor tan fino de la CEOE, José de la Cavada, se llama, que quiere que los familiares de los trabajadores se mueran en domingo. Y a las ocho del lunes, como muy tarde, si es invierno, en el tajo. Oigan, pues ni una miserable cita en primera página de ninguno de los cuatro periódicos que aquí leemos con tanto placer y aprovechamiento. ¿Y dicen algo los muchos comentaristas que llenan de columnas sus muchas páginas? En absoluto. Ni uno. Nada. Será, digo, porque les parece bien. Ya puestos, aunque nadie me lo haya preguntado, les diré que la directora gerente del FMI, la muy elegante Christine Lagarde, se lleva para la buchaca, además de viajes y estancias pagadas allá por donde va, la bonita cifra de casi 400.000 euros del ala al año. Tiene, además, una sustanciosa pensión vitalicia, amén de recibir una indemnización cuando deje el puesto. Strauss-Khan, por ejemplo, recibió 175.000 euros por este concepto. ¿Y urge a que se rebaje el qué? Nada, solo por molestar.

Montoro: “Pido disculpas a la Casa del Rey por el error sobre la Infanta”. No, no, las disculpas y las explicaciones se las debe a todo el país. Y si no es capaz de ofrecerlas, puerta. ¡Qué espectáculo!

¿Cuántas fincas tengo yo?

¿Saben lo que les digo? Que hoy mismo voy a solicitar a la Agencia Tributaria que busque y rebusque entre sus papeles a ver cuántas fincas tengo. Porque lo mismo se han equivocado con mi DNI y poseo varios palacios en pleno centro de Madrid, Barcelona, Bilbao o Palma de Mallorca. Que digo yo que si se han equivocado con la Infanta, lo mismo se han equivocado conmigo. ¿La declaración de la renta, dicen?  Pero si no sirve de nada, que durante años no han aparecido esas fincas en las declaraciones que ha debido presentar la Infanta, y nadie ha reparado en ello. Estaban a su nombre, parece, pero Hacienda estaba ocupada en otras cosas y no se dio cuenta de nada. ¿Verdad que todo parece un chiste? ¿Qué no harían Berlanga y Azcona con estas fincas y otras lindezas del mismo entorno, yernos incluidos?

¿Es usted un o una politicastro/a? ¿Y un o una famoso/a que va a las tertulias de Tele 5? Pues entonces usted no puede montar en AVE. Se siente, pero las reclamaciones a Fernando Díaz Villanueva.

¿Vendió o no vendió la Infanta?

Que si fue que si vino, que si se perdió por el camino. ¿Ustedes creen posible que en un país multicolor nacieran unos terrenos bajo el sol y nadie sepa de quién son? Dice la Agencia Tributaria que los vendió la Infanta Cristina. Contesta la Casa Real que es falso de toda falsedad. Y el juez, en jarras, pregunta hecho un basilisco: ¿Quieren decirme de una vez de quién son esos terrenos y si los vendió la Infanta, esposa que es de Iñaki Urdangarin, con quien tengo algunas cosillas pendientes? Cinco días llevamos desde que la Agencia Tributaria dijo que sí, y aquí nadie mueve un dedo. ¿Alguien cree posible que Hacienda enviara esos papeles al juez sobre la Infanta –sobre la Infanta, repito, la Infanta- sin comprobar su veracidad? ¿En este país lleno de registradores, de notarios, de inspectores de Hacienda, de Ayuntamientos que cobran Ibis con trabuco de asaltacaminos, se desconocen los nombres de los dueños de determinados terrenos? ¿Y si acaso se han enviado datos falsos a un juez sobre la Infanta –repito, sobre la Infanta-, qué hace el ministro de Hacienda sin pedir perdón, primero, y dimitir, después? El sietemachos Montoro, ¿nada dice, nada hace?  ¿Se imaginan si la desidia o la mala fe han hecho tal cosa con los datos de la Infanta –repito, de la Infanta- qué no harán con los suyos y con los míos? Si no han comprobado esos datos, ¿van a verificar los de unos mataos de tres al cuarto como ustedes y este modestísimo bloguero?

¿Necesitan de un exorcista? Aquí los tenemos. Buenos. Bonitos. Baratos. Santos.

Aguirre: "Apretarse el cinturón"

Nuestros chicos siguen dándonos lecciones de austeridad, de adelgazamiento de lo público y de liberalización absoluta de todo lo que pillen. En realidad, como bien dijo alguien no hace mucho, la liberalización de los mercados les importa menos que nada. Se trata, sin más, de regalar lo público a algún amigo o a alguna multinacional que haya ejercido la suficiente presión en el lugar –o en el cargo- adecuado. Sea cargarse la Administración –en cualquiera de sus ramas- o las televisiones, lo que interesa es acabar con ese sector odioso que se denomina lo público. Además de apretarse el cinturón. ¿Más, se dirán ustedes? Más, sí señores. Sí, que así lo pide Esperanza Aguirre: Hay que apretarse la gürtel, aquí llamada correa. Ya.

Y lleguen al final para apreciar en su justa dimensión el cariño que tiene un señor que se llama Iñaki Ezkerra a otro Iñaki, éste de apellido Azkuna y que es alcalde de Bilbao. “También los nazis parecen angelitos en la vejez. Pero ni la edad ni el cáncer son sinónimos de bondad”, acaba su artículo Ezkerra.