Tzipi Livni sabe lo que se hace. Sobre todo porque ya lo ha hecho en el pasado. Es, hoy en día, la ministra israelí encargada de negociar con los palestinos, algo de lo que ya se hizo cargo en la fallida conferencia de Annapolis de 2008. No lo niega, sabe que es tarea ardua. “Voy a firmar un acuerdo con alguien con derechos sobre una cuenta de banco que está vacía, pero necesito su firma”, dijo este martes, en una conferencia de prensa en el hotel King David de Jerusalén, en referencia a Mahmud Abbas.
¿Qué tipo de interlocutor es para ella Abbas? Según Livni, representa a Cisjordania, sin que Cisjordania haya mantenido elecciones desde 2006. No puede hablar por los 1,6 millones de palestinos de Gaza, porque allí gobierna Hamás, “que ni siquiera reconoce el derecho de Israel a existir”, dijo. “Y nos dice que le demos un Estado en las fronteras de 1967, pero se niega a decir que así acabarían las hostilidades”, añadió. Para Livni, sin embargo, Abbas es el mejor interlocutor que Israel puede encontrar en este momento.
“En Oriente Próximo suele suceder que uno debe elegir entre opciones que son de por sí malas, y en este momento las mejores opciones son las que evitan el peligro que supondría no hacer nada”, dijo. No hacer nada: que el tiempo siga pasando y los asentamientos de colonos crezcan hasta que sea imposible crear un Estado palestino. Entonces, en lugar de un Estado judío, Israel tendría un Estado binacional, con 4,2 millones de habitantes palestinos, sin las mismas libertades -de movimiento, por ejemplo- y obligaciones -como el servicio militar- que el resto.