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Abdelila Benkiran no pudo, el pasado miércoles por la mañana en Rabat, besar a su homólogo español, Mariano Rajoy, en los dos carrillos como lo suelen hacer los amigos en el mundo árabe mientras que en España solo se dan un abrazo. Apenas rozó el moflete derecho de su huésped español que este se irguió y Benkiran, más pequeño que él, se vio obligado a interrumpir la maniobra de aproximación al rostro barbudo que otros políticos marroquíes ni siquiera se habrían atrevido a iniciar.
Benkiran, de 57 años, primer islamista jefe de Gobierno de Marruecos, acudió a acoger a Rajoy, de 56 años, en la pista del aeropuerto de Rabat-Salé. Era la primera visita al extranjero del presidente del Gobierno español y era también el primer dignatario extranjero que recibía Benkiran tras su nombramiento por el rey Mohamed VI.