Los jefes de Estado de Marruecos, Argelia y Mauritania
llevan semanas en Francia sin que se sepa qué hacen o cual es su estado de salud.
El rey Mohamed VI no recibió a Erdogan durante su visita oficial a Rabat.
El Magreb sigue siendo una región opaca. Tres de sus jefes
de Estado están en Francia desde hace semanas sin que se sepa que hacen o cual
es su estado de salud. “A este paso podrán celebrar una cumbre magrebí en
París”, ironiza un diplomático acreditado en la capital francesa.
El rey Mohamed VI llegó
a París el 10 de mayo en “visita privada”. El primer ministro turco, Recep
Tayeb Erdogan, efectuó, de lunes a martes, una visita oficial a Marruecos. Le
acompañaban unos 300 empresarios. Para que su crecimiento económico no decaiga
Marruecos necesita, entre otras cosas, inversiones extranjeras.

El ministro de
Asuntos Exteriores marroquí, Saadedine el Othmani, anunció el domingo a la
agencia de prensa turca Anatolia que el monarca recibiría a Erdogan. Pero el
huésped turco no obtuvo una audiencia con el soberano que no interrumpió su
estancia en Francia para verle. Existe un inusual testimonio gráfico de uno de
sus paseos peatonales por París. Mohamed VI accedió a fotografiarse, cerca de la plaza
Vendôme, con un joven inmigrante marroquí.
“¿Cuándo regresará el
rey de su viaje privado a Francia?”, se preguntó, el martes, en su editorial
Toufiq Bouachrine, director del diario Akhbar
al Youm de Casablanca. El diario digital
marroquí Goud sostiene que Erdogan, molesto, acortó su estancia en Rabat.
La siguiente etapa
de la gira de Erdogan fue, el martes por la tarde, Argelia. Allí tampoco ha
sido recibido por el jefe del Estado. Abdelaziz Bouteflika ingresó en
urgencias, el 27 de abril, a causa de un ictus, en el hospital militar parisino de Val-de-Grâce. Sigue todavía en París aunque en otro establecimiento
hospitalario.
Su médico, Rachid
Bougherbal, anunció el 29 de abril que en una semana estaría de regreso a
Argel. Han pasado desde entonces cinco semanas y el presidente no ha vuelo.
Tampoco la presidencia de la República ha publicado desde entonces un parte
médico. La información más precisa sobre su estado de salud la proporcionó un
cantante franco-argelino, Enrico Macias, que le visitó en el hospital. Declaró
a continuación a un diario árabe que su estado era “grave” y no podía hablar.
Asustado por su atrevimiento se desmintió a si mismo poco
después.
Erodgan no tiene
previsto viajar a Mauritania, pero, si lo hubiese hecho, tampoco habría podido
entrevistarse con el presidente Mohamed Ould Abdel Aziz. Éste está en París,
también en “visita privada”, desde hace 24 días. Su ausencia impide, por
ejemplo, celebrar consejos de ministros. La Coordinadora de la Oposición
Democrática mauritana exigió, el domingo, en un comunicado que se publique de
una vez un parte médico sobre el estado de salud del jefe del Estado.
Abdel Aziz estuvo
hospitalizado en París el otoño pasado. Un soldado disparó por error sobre él
el 12 de octubre de 2012 cerca de Nuakchot. Fue trasladado rápidamente a París,
pero regresó a las pocas semanas. Ahora ha vuelto sin que se sepa el motivo. Los misterios de buena parte del Magreb son inescrutables.
Una ausencia tan prolongada del presidente o del primer ministro de Túnez, sin explicaciones convincentes, sería hoy en día inimaginable. De algo ha servido la "primavera árabe".