Paco Nadal >> El Viajero

14 sep 2008

Malecón de La Habana

Por: EL PAÍS

Es el escaparate nocturno de la ciudad. El mirador abierto a un océano de promesas lejanas e inaccesibles. El desahogo vespertino al bochorno pegajoso de esta ciudad tropical. El lugar al que ir a ver y a ser visto. Es el malecón de La Habana. El gran paseo urbano, la ventana por la que la ciudad masificada y sofocante mira a esa inmensidad azul que es el mar. El icono de una ciudad inclasificable. En cualquier otro lugar del mundo una sucesión de restaurantes y tiendas de marca habría colonizado su fachada. Pero esto no es cualquier lugar del mundo. Es La Habana. Y su malecón, un museo lineal de edificios en descomposición. La fachada del caos.
También es un hervidero humano cuando cae la noche. Un desfile de coches de época mil veces reparados que van de El Vedado a la Ciudad Vieja, de la Ciudad Vieja al Vedado, como si con el ellos el tiempo no fuera. Y cuando el mar se agita, el azul del decorado salta la balaustrada y decide pasearse también él por el malecón. Los habaneros más atrevidos corren al festín de la ducha refrescante, a la orgía de las olas gigantes que rompen contra el espigón, se elevan una decena de metros por encima del muro e inunda el malecón de La Habana como si fuera el fondo de un océano de cemento. La gran pasarela de una ciudad viva. Es.. el malecón de La Habana.

05 sep 2008

Un atardecer en Cienfuegos

Por: EL PAÍS

He pasado un par de días en Cienfuegos, cuya sosegada vida provinciana contrasta con la locura de La Habana o el bullicio turístico de Trinidad. Parece otro país. Aquí la gente no vive hacinada en fincas compartimentadas sino que cada familia es propietaria de su vivienda (más bien usufructuaria, ya que aunque la heredaron de sus padres no pueden ni venderla ni alquilarla; la Revolución dixit). Viviendas coloniales de patios frescos y muebles caducos, en cuyo interior el bochorno del verano aletarga la vida hasta hacerla casi imperceptible.
Camino por el Prado, la calle principal, flanqueada por bellas fachadas porticadas, todas pintadas de colores pastel. Una ciudad hermosa en la que sin embargo flota un cierto aire de cansancio. Las puertas y ventanas de las casas permanecen abiertas de par en par, en busca de una corriente de aire esquiva que refresque las estancias. Dentro observo a seres mayores, ancianos que lo son y otros que sin serlo lo parecen, amodorrados por el calor, pero también imagino que por el tedio, por la ausencia de futuro, por la lentitud de una vida que en la isla, en esta ciudad provinciana, parece que se detuvo hace décadas.
Si venís a Cienfuegos no perderos los atardeceres desde el parque que hay en el extremo de Punta Gorda, que fue una zona de veraneo de gente rica desde principios de siglo. Solo hay que ver las enormes y lujosas mansiones que levantaron aquí. Además en el chiringuito del parque hacen los mejores mojitos que he probado en Cuba (incluidos los sobrevalorados de La Bodeguita de En medio).
Para dormir en Cienfuegos, dos opciones. En plan lujo, el Palacio Azul, una maravilla de palacete neoclásico construido en 1921 cuando Punta Gorda se convirtió en la zona de veraneo exclusiva de muchos ricos cubanos y americanos. Tiene solo 7 habitaciones, una decoración que recuerda aquella belle epòque y una deliciosa cúpula desde donde se ve toda la bahía.
Hostal Los Delfines: en realidad es la casa particular de una familia cubana, en el extremo de Punta Gorda, al lado del mar. Magalis, la dueña, es un encanto de mujer. Alquilan cuartos con terraza privada y vistas a la bahía. Muy limpio y con equipamiento y mobiliario muy por encima de la media en estas casas particulares cubanas. Hacen comidas y cenas y las sirven en la propia terraza. (calle 35, nº 4, esquina con Avda. 0 y Litoral. tel. 53 43 52 04 58. [email protected])

05 sep 2008

La sombra de ojos de Nancy

Por: EL PAÍS

Uno de los mayores problemas de Cuba es el transporte público. Un extranjero puede alquilar un coche pequeño por el desorbitante precio de 80 ? diarios, pero el cubano de a pie tiene que sufrir un sistema de transportes estatales caduco, insuficiente, ruidoso e incomodo donde los haya. Es una de las espinas de la Revolución.
Por eso las carreteras de Cuba están llenas de gentes que agitan la mano tratando de parar cualquier cosa que se mueva. Algunos incluso muestran un fajo de pesos cubanos en señal de que están dispuestos a pagar por el favor.
A la salida de Sancti Spiritus paro a una señora de mediana edad que hace autostop sola en el arcén. Viste como una quinceañera pero va pintada como una drag-queen. Se llama Nancy y según me cuenta se dirige al hospital de Cabaiguán al que tiene que ir tres veces a la semana para unas sesiones de rehabilitación en el brazo. Solo hay una guagua (autobús) a las seis de la mañana desde su pueblo y además hay que ir de pie, enganchada al pasamanos, lo que le agrava su dolencia. Por eso prefiere hacer autostop, aunque le suponga estar horas bajo el sol o la lluvia.
A Nancy se le nota que no tiene estudios, pero es más locuaz que algunos otros funcionarios y funcionarias que he recogido estos días en autostop. Y a diferencia de aquellos y aquellas, no tiene ningún problema en hablar de las penurias que soporta la población. Tenía un buen trabajo en el que ganaba hasta 1000 pesos al mes (30 ?) pero lo tuvo que dejar porque estaba a más de 20 kilómetros de su casa y sin posibilidad de transporte público. Tiene un hijo de 18 años que aún no puede trabajar legalmente porque no ha hecho el servicio militar, su marido la abandonó y el sueldo mínimo que le pasa ahora el Estado, 10 ?, no le da ni para comer. A las tiendas de racionamiento de su pueblo no llegan ni huevos, ni carne, ni ningún producto más allá que los básicos. El papel higiénico, el jabón o la pasta de dientes incluidos en la cartilla de racionamiento llegan, si llegan, un mes si y otro no (?el que no llega, no te lavas los dientes?, dice con sorna). Los puedes comprar en las tiendas de pesos convertibles donde hay de todo, pero una pastilla de jabón cuesta allí casi un tercio de su sueldo. ?Si, algo está cambiando en Cuba?, me dice. ?Ahora a lo cubanos nos dejan ir a los hoteles de turistas, a 25 dólares la noche, pero sabe, m?ijo, para cuando yo he logrado reunir 25 dólares me los tengo que gastar en un par de zapatos nuevos para mi o para mi hijo, no en una noche de hotel?.
Le digo que tengo en la maleta varios tubitos de jabón, champú y pasta de dientes y que en cuanto paremos se los voy a dar. Y sus ojos chispeantes, enmarcados en una sombra imposible de color azul celeste con estrellitas de purpurina, se humedecen. Y los míos, también.

05 sep 2008

Bucear en Cuba

Por: EL PAÍS

Una de las razones que me trajo a Cuba fue el submarinismo, una de mis aficiones favoritas. Pero con tanto huracán la cosa ha estado complicada. De todas formas os dejo algunos de los mejores lugares para bucear en esta isla rodeada de arrecifes de coral:
Isla de la Juventud: el mejor lugar de Cuba, sin duda. Muy afectado por el huracán Gustav, no se lo que tardará en reabrirse a los submarinistas. No perderos Cayo Largo del Sur, uno de los puntos de inmersión más famosos del Caribe. Posibilidad de ver muchos tiburones y otros grandes predadores.

Los Cayos (Cayo Coco, Cayo Guillermo o Cayo Santa María: buenos arrecifes de coral cercanos a la costa, aguas someras y generalmente transparentes. Fauna de arrecife, algún tiburón gata y mucha vida menuda. Muy interesante para Open Water.
María la Gorda: Muy recomendable, también; en el extremo occidental de la Isla, a 170 km de Pinar del Río. Arrecifes de coral y mucha vida en aguas transparentes. Casi todas las inmersiones son en pared de talud continental que se hunde varios centenares de metros en el abismo.
Rancho Luna y Guajimico(Cienfuegos): en la costa sur. Tienen fama sus fondos rocosos con canales de piedra que se alternan con arrecifes coralinos, pero la visibilidad que yo encontré el día que estuve era muy limitada (la cercana bahía de Cienfuegos genera mucha contaminación) y los centros de buceo de la zona eran muy caducos. Pudo ser que tuviera un mal día.
Playa Santa Lucía: al norte de Camagüey. No he llegado a ir pero amigos submarinistas me han hablado muy bien de ella.

03 sep 2008

El Unicornio Azul

Por: EL PAÍS

Si vais a Trinidad acercaros al caer la tarde por el bar El Regidor, en la calle Simón Bolívar. Desde las tres encontraréis allí con su guitarra a Israel Moreno, cantante local de trova, erudito de la música cubana, revolucionario convencido, crítico de política internacional y tremendo conversador de lo que se tercie. Tiene un timbre de voz cercano al de Silvio Rodríguez y una erudición e incontinencia verbal compatibles con la del Comandante. Cuando canta desgrana poesía y antes de cada tema, deleita a la parroquia con una extensa introducción a la canción que va a interpretar que con mucho excede en tiempo al de la propia canción. Te da tiemnpo a acabarte el mojito, sin duda.
Le pido que interprete El unicornio azul y me dice: ?Sabes, compañero, estuve con el gran Silvio y el mismo me contó por qué escribió este tema". ¿Y por qué lo escribió?, le inquiero con ansiedad. "Fue en su ciudad natal, en San Antonio de los Baños", prosigue Israel mientras toma aire para otra de sus largas introducciones. "Una noche en que sus vecinos le rendían un homenaje. Entre el público encontró a una antigua conocida de la que había estado secretamente enamorado. Tras la ceremonia se fueron juntos, y bebieron y bailaron largo rato. Cuando el ron les tenía ya al borde del colapso se fueron a su casa y allí, en el salón, sin tiempo para llegar al dormitorio dada la pasión, la necesidad y el alcohol que llevaban encima, hicieron varias veces el amor".
"Cuando Silvio despertó, ella ya se había marchado, dejando olvidado el ramo de flores que él recibió en el homenaje y que le había regalado. Aturdido, resacoso, sólo acertó a encender el televisor, justo en el momento en que empezaba una película de la Tri Star, ya sabes, esa distribuidora americana cuyo emblema es un unicornio que aparece siempre antes de la peli. Entonces se fue a su escritorio, tomo papel y lápiz y empezó a componer El unicornio azul, en recuerdo a esa amada que ?ayer se me perdió?.
Si quieres oir a Silvio Rodríguez interpretando el uniconio, pincha aquí
Si quieres oir a Israel Moreno cantando en El Regidor, pincha aquí

03 sep 2008

Trinidad: la ciudad viva

Por: EL PAÍS

Si hay una vista imprescindible en Cuba es a Trinidad. Conozco pocas ciudades coloniales de América tan bellas, bien conservadas y auténticas como ésta. Cuadras y cuadras de calles adoquinadas sobre las que despuntan campanarios de iglesias de sencillo estuco pintado de tonalidades vivas y alegres, cientos de bellos edificios de una sola planta y patios llenos de flores y azulejos, fachadas con ventanas de rejería y colores alegres, gente que va aún a caballo, viejas que se sientan a la puerta en sus sillas de anea en busca del fresco de la noche, ni una sola construcción moderna que afee el conjunto?. Una estampa sacada de hace cien años que gracias a la suerte, a la pobreza en la que se sumió la ciudad tras la debacle del mercado del azúcar y por qué no decirlo, al dinero de la UNESCO, el viajero puede disfrutar ahora en directo.
Al atarceder la música sale por los cuatros costados de la Casa de la Trova, del Palenque de los Congos o de la taberna de la Canchánchara e inunda con sus sones las calles del centro histórico. Y a eso de las 10 una multitud de forasteros se reúne en las escalinatas de la Casa de la Música, a un costado de la plaza Mayor, para escuchar grupos de son, de rumba o de trova en directo.
Pero lo mejor de Trinidad es que está viva, es de verdad. Me explico. Hay muchas ciudades y barrios de ciudades coloniales en América tan bien conservadas como ésta, pero ni son tan extensas ni están ocupadas aún en su mayoría por la población local. El turismo es un arma de doble filo que todo lo transforma. Y este tipo de sitios suelen acabar convertidos en un parque temático. En un museo de cartón piedra donde la necesidad de abrir rentables locales para turistas (desde restaurantes a cibercafés o tiendas de recuerdos horteras) expulsa a la población local, que no puede pagar ya los precios que el mercado inmobiliario impone en sus antiguas calles y plazas (es lo que ha pasado por ejemplo en la plaza de Armas de Cuzco).
En Trinidad de momento esto no ha ocurrido. Tras esos grandes portones de maderas talladas, en esas crujías frescas de paredes de adobe y mampuesto y techos a dos aguas, viven y trabajan aún cubanos, seres de verdad, descendientes de aquellas familias adineradas que levantaron estas mansiones.
Es lo que le da a Trinidad su magia: que es de verdad.

03 sep 2008

El sol y son

Por: EL PAÍS

Un buen sitio para comer o cenar en Trinidad: el paladar Sol y Son (Simón Bolívar, 283). Sale en muchas guías, pero es que es el mejor de la ciudad, sin duda.

Está en el patio de una agradable casa colonial, tiene buena cocina cubana (la mejor ropa vieja que he probado hasta el momento, y eso que la hacen con carne de cerdo), cócteles y vinos del país y un servicio esmerado.

Infinitamente mejor que los restaurantes estatales del entorno de la plaza Mayor, donde perpetran las recetas y las carnes suelen rivalizar en lozanía con la momia de Tutankamón.
Son mucho mejores los músicos que amenizan estos locales oficiales que sus cocineros.
Pot cierto, ya he salido de Cuba. Justo antes del huracán Ike, que tiene previsto destrozar buena parte de la isla a partir de esta noche. Lo siento por los cubanos, este año parece que la temporada de huracanes se está cebando con la isla.
Pero tengo muchas más cosas que contar de la experiencia cubana. Seguirá.....



02 sep 2008

Sobrevivir a Gustav

Por: EL PAÍS

Acabo de sobrevivir a mi primer huracan fuerza 4. Epopeya que no tienen ningun merito porque estaba a un monton de kilometros de la zona de paso. Pero ya se sabe: en estas situaciones huir no es de cobardes; es de sensatos. Gustav me pillo buceando en Cayo Santa Maria, en la costa norte del pais, donde solo hubo mucha lluvia y vientos moderados.
Pero hoy he viajado por la provincia de Pinar del Rio, la zona mas afectada por los vientos, que llegaron a alcanzar rachas de 340 kilometros por hora. Aqui la devastacion ha sido tremenda, algo impactante para quien como yo no habia visto nunca en directo y a las pocas horas de ocurrir los efectos de un fenomeno como este. He visto arboles enormes arrancados de cuajo y cientos de casas destruidas. La gente no recordaba un huracan asi desde el que asolo Cuba en 1944.
De todas formas, lo mas sorprendente de todo este proceso ha sido seguirlo a traves de la television cubana. Dan mucha informacion, con un tal doctor Rubiera (famoso en todo el pais) que es una eminencia y parece vivir en el Centro de Meteorologia, porque cada vez que el noticiero contecta con ellos, el esta alli para dar sesudas explicaciones de por donde va a evolucionar el huracan. La informacion que dan es sesgada, repetitiva y un tanto monotona, pero se jactan (y es verdad) de que gracias al sistema prventivo que tienen en Cuba estos huracanes nunca causan muertes en la isla, mientras que en el vecino imperialista (entiendase, Estados Unidos), si (creo que el mismo Gustav ya se ha cobrado la vida de 9 personas en Luisiana)
Por cierto, el huracan no ha sido la unica razon de que no haya podido conectarme en los ultimos dias. En Cuba no hay ciber cafes. A los cubanos de a pie les esta prohibido el acceso a internet y solo es posible conectarse en hoteles de turistas de alto standing, lugares que yo frecuento poco. Y cuando encuentras uno, como me pasa ahora, va tan lento que tardas una hora en colgar un post como este.
Por eso no he podido contestar a los comentarios de los ultimos. Gracias a todos y en cuanto pueda, dare senales de vida. Si quiero decirle a Cubano que en el post del frigorifico tiene razon; tal y como lo exprese parece que el gobierno regala los frigorificos chinos, y no es asi. Los cobra, y bien cobrados, mediante un prestamo a largo plazo que se lo va descontando de la nomina a los trabajadores.
Alguien preguntaban tambien que comen los cubanos: pues arroz, frijoles, cerdo y pollo frito. Y unas pizzas grasientas que vende por dos pesos en los mercados. Y nada mas. Siempre arroz, frijoles, cerdo y pollo frito. No recuerdo un pais donde se coma tan mal como en Cuba. El pescaso es un lujo, pese a estar en una isla. Y la langosta es solo para los turistas.
Por cierto, este teclado como habreis podido ver no tiene acentos (o yo no he sabido encontrarlos). Perdon por las faltas de acentuacion.
El Viajero: Guía de Viajes de EL PAÍS

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Sobre el autor

Paco Nadal

Paco Nadal es viajero-turista antes que periodista y culo inquieto desde que tiene uso de razón. Estudió Ciencias Químicas pero acabó recorriendo el mundo con una cámara y contándolo. Escribe en EL PAÍS sobre viajes y turismo desde el año 1992. Es también escritor y fotógrafo, colabora con la Cadena Ser, además de presentar series documentales en diversas televisiones.

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El cuerno del elefante, un viaje a Sudán

El cuerno del elefante, un viaje a Sudán

Un relato trepidante por unos de los destinos menos turísticos y más inseguros del mundo. Un viaje en solitario lleno de emoción y melancolía a lo largo de una región azotada por constantes guerras y conflictos étnicos. Un viaje plagado de sentimientos que consigue conectar al lector con los sufrimientos y las esperanzas de África.

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