El Vasa tardó ocho años en construirse en unos astilleros cerca de Estocolmo, pero en el último momento la soberbia del rey obligó a añadirle un puente más y otra doble fila de cañones, para aumentar su capacidad de fuego, pese a los avisos de los ingenieros de que un barco no era un sandwich y no se le podía añadir capas al libre antojo.
El Vasa, el orgullo de la marina real sueca fue botado el 10 de agosto de 1628. Aquella mañana apenas soplaba una suave brisa. Aun así y cuando todavía no había navegado ni unas millas dentro del fiordo donde está la actual Estocolmo, el Vasa viró sobre un costado, volcó y se hundió con más de 300 hombres a bordo. Fue la gran verguenza nacional sueca.
Pero no acaba aquí lo fascinante de la historia. Más de 400 años después, un arqueólogo e historiador aficionado sueco, Anders Franzén, obsesionado con todo lo relativo a este barco, descubrió que en la bahía de Estocolmo, por una conjunción de casualidades de salinidad, temperatura y composición mineralógica, el agua no crea parásitos xilófagos, los que corrompan la madera. Es decir, que a diferencia de cualquier otro lugar, un trozo de madera sumergido aquí no desaparece en poco tiempo. ¿Y si el Vasa estuviera entonces ahí abajo, enterrado en fango, pero intacto?, se preguntó.
Sin ayuda oficial, con una barca, una sonda y mucha paciencia, en 1956 encontró el lugar exacto del hudimiento del Vasa. El desarrollo de los acontecimientos fue largo y apasionante (teneis completa la historia del hundimiento y el hallazgo en esta web), pero resumiendo: el 21 de julio de 1961, el Vasa emergió completo y casi intacto de las aguas de la bahía de Estocolmo. ¡El único navío de guerra del siglo XVII que nos ha llegado tal cual a nuestros días!. El resto que conocemos (como el Amsterdam, que está en el Museo Marítimo Holandés) son copias.
Hoy el Vasa se exhibe en su propio museo, contruido para albergarlo a las afueras de Estocolmo. Y es una de esas imprescidibles visitas que nadie que fuera a Suecia debería de dejar pasar. Y menos aún quienes, como me pasa a mi, se sientan fascinados por el mar, los barcos, la historia y la arqueología.