Pero a nadie escapa que la socialización y expansión del fenómeno turístico trae también aculturización, trivialización, empobrecimiento de las tradiciones locales, desmantelamiento de sistemas productivos que han funcionado durante siglos (¿qué joven africano va a querer seguir cultivando la tierra de sus padres si engañando con baratijas a los turistas gana diez veces más?) y transformación de ciudades enteras.
El turismo puede ser como Atila, que arrasa todo a su paso y acaba con la vida local, ¡que es precisamente lo que acuden a ver los turistas!. Recuerdo el chasco que me lleve cuando volví hace poco a Cusco, 25 años después de mi primera visita. Entonces la plaza Mayor de esta ciudad andina era un gigantesco mercado al aire libre donde los más pobres de la ciudad vendía papas, cocinaban anticuchos y malvivían en chamizos de chapa y madera. Era poco "turístico" (en el sentido más peyorativo del término)... ¡pero era real!
Cuando volví hace poco, las autoridades habían logrado restaurar los edificios y sanear la plaza; ahora todos los soportales y viviendas que dan a este magnífico conjunto colonial las ocupan restaurantes, hoteles y tiendas de artesanías. Todo está limpio y presentable.... pero los peruanos ya no viven allí, porque los precios son desorbitantes. Se ha creado otro parque temático de la realidad, a costa de la verdadera realidad.
En este sentido me gustó el artículo que leí el otro día en La farola (la revista de los "sintecho"; la compró a menudo porque además de ayudar a quien lo necesita suele traer buenos artículos). Lo firma Antonio Paolo Russo, investigador en urbanismo de la Universidad de Rotterdam, y habla del caso de Venecia, quizá el más dramático ejemplo de como el turismo expulsa a la población local y destroza una ciudad entera. Este es un extracto (el artículo completo lo podéis ver pinchando aquí):
"Desde hace muchos años, en múltiples aspectos, Venecia no ha sabido ser digna de su imagen romántica. En el centro hay tanta gente que apenas se puede circular; las tiendas venden baratijas a precios elevados, que los vendedores ambulantes multiplican por 10 para un turista coreano, que compra una máscara de carnaval "made in Corea?.
La situación de la población local no es mejor, los servicios -desde las escuelas a los hospitales- fueron expulsados de la ciudad para dar cabida a operaciones más lucrativas como las comidas rápidas y las tiendas de recuerdos, por lo que Venecia logra cada vez menos retener a sus habitantes. Su población ha disminuido a unas 68.000 personas, cifra apenas superior a un tercio de lo que era en 1951. Ello es comprensible: comer en un restaurante es sumamente caro; la compra de un producto de primera necesidad o de un par de gafas puede imponer una hora de trayecto a una ciudad vecina. Y si a alguno le gustan los quesos franceses, serán dos horas.
Venecia se encuentra en las antípodas del "turismo sostenible". Lo que está amenazado en esta ciudad, que hace 250 años era una de las más poderosas y pobladas del planeta, es la cultura en su sentido más amplio. El problema reside evidentemente en preservar el patrimonio. Pero hay más. Sus ciudadanos como sus visitantes desean que Venecia sigue siendo una entidad viva, que no se la transforme en un decorado de teatro para presentar allí la función estéril de un acto de consumo: el turismo.
Una solución consiste en disuadir a los turistas más indeseables: los que, por llegar y partir el mismo día, contribuyen a congestionar las principales atracciones turísticas, agravan los problemas de transporte y de salubridad, y ya gastan lo mínimo indispensable. Son 7 millones al año los que sólo pasan allí algunas horas. Pensando en ellos, Venecia ha recurrido a los servicios de Oliverio Toscani, el fotógrafo que concibió las publicidades controvertidas del fabricante de ropa italiano Benetton: le encargó una campaña de publicidad negativa, que muestre basura y palomas muestras, para disuadir de la visita".
Hay 23 Comentarios
Todo depende del tipo de turista que una ciudad reciba. En Argentina ha aumentado el turismo en los últimos años. En gran parte el turismo estudiantil, jóvenes en su mayoría de países anglosajones que vienen a estudiar español. Este tipo de turista no gasta mucho dinero, sólo lo indispensable. Se hospeda en pequeños hostales, come en restaurantes económicos y hace las compras en el barrio. Pienso que esto es muy positivo para la economía del país, como no gasta en cadenas internacionales los recursos se distribuyen en forma más equilibrada y fomenta la creación de pequeñas empresas familiares. Claro, La industria turística de Argentina es minúscula comparada a la de España.
Publicado por: Turismo Argentina | 18/10/2010 1:00:00
esto no sirve
Publicado por: maria | 04/05/2009 1:00:00
Con esta entrada das en el clavo del círculo vicioso que supone adecentar un lugar para que aumente sus ingresos por turismo y estropear a la vez la auténtica vida de ese lugar y el interés que pueda tener para el viajero. Y creo que el viajero es la clave de todo esto, se le llame turista o no. En lugares como Cartagena de Indias o Venecia hay que descubrir su auténtica vida arañando un poco entre los ríos de gente de paso, pero se puede hacer y merece la pena. De todas maneras la alternativa a la viciosa evolución de lugares interesantes creo que sólo es la búsqueda y el encuentro de otros lugares.Gracias y un abrazo.
Publicado por: Anónimo | 16/01/2009 0:00:00
Interesantes reflexiones. El turismo trae cosas buenas, por supuesto, pero también debe ser en una medida controlada. Es complicado mantener ese punto medio. Un saludo, Paco! [;)]
Publicado por: Anónimo | 15/01/2009 0:00:00
Paco, acabo de contestarte en mi post, agradeciéndote por tus consejos. Ineludiblemente, por mucho que queramos evitarlo, los que viajamos por conocer otros lugares dejamos una huella. Es imposible no hacerlo. Sea negativa o positiva, o positiva de momento y negativa a largo plazo...es un tema delicado. Como dice Nuria, el turismo puede ayudar a mantener viva una selva, unos animales... pero puede condenar al exilio a tribus "retiradas"; puede dar trabajo a mucha gente que sin turistas no tendría quizá otra posibilidad de ganarse la vida...pero genera cambios que los mismos ciudadanos no pueden asumir. Aquí ya entramos en temas mayores: lo ideal sería que un pueblo no tuviera que basar todo su ingreso económico en un solo recurso, como el turismo. Lo ideal sería que los turistas no contribuyeran a afear la belleza de un lugar, que no nos convirtiéramos en hordas y pudiéramos ser invisibles, indoloros e inaudibles. Pero esto no es posible. El mejor caso es el ej de Cuba: pesos cubanos y pesos convertibles para los turistas. Otro caso: viajar a Myanmar. La misma guía Lonely planet te disuade de ello...la pregunta te la planteas cada vez que sabes que viajar a un país cuyo régimen es una dictadura. Aunque te traslades, duermas o comas a nivel privado, todo acabará llegando al gobierno, sea vía impuestos o vía peaje. Qué sé yo. Ir y contar lo que se ve, ayudará a mejorar su situación? no lo creo. Pero colaborar a que se mantengan en el aislamiento más feroz, ayuda?UF. Vaya temita, Paquiño.Como decís, arduo tema.
Publicado por: Anónimo | 15/01/2009 0:00:00
Yo tambien prefiero encontrarme un sitio "real" y "diferente" a lo que me encuentro cada dia en mi ciudad... pero lo que comentais es el resultado de la generalizacion del turismo. Ya no viajan solo los estrafalarios lores ingleses que tras estudiar en Oxford pasaban meses recorriendo Andalucia y terminaban viviendo en la Alpujarra. Hoy en dia se han "democratizado"los viajes, han bajado los precios de aviones y hoteles, se ha generalizado la informacion existente y cualquiera puede acceder a cualquier sitio. Se pierden ciertas cosas "genuinas": seguro. Pero que clases que no podian acceder a ciertos disfrutes ahora puedan es una victoria de nuestra sociedad. (de todas formas todo es discutible... esto daria para una bonita noche de copas y filosofia)
Publicado por: Anónimo | 15/01/2009 0:00:00
Uf Paco...es un tema verdaderamente complejo y hay tela para cortar!El turismo masivo genera un dineral fácil.., no tanto para el que trabaja, sino el que lo administra. Sí, también dio facilidades a un amplio espectro de la población de conocer más fuera de sus cuatro esquinas..., pero....cuántos problemas serios ha provocado...¡muchos!...aparte de encontrar ya casi lo mismo en todos los sitios, y me refiero a los viajes organizados, dirigidos...¡Ahí estoy plenamenta de acuerdo con Blas!Un abrazo Paco
Publicado por: Anónimo | 15/01/2009 0:00:00
El grave problema es que no sólo pasa en ciudades grandes que bueno, es su sino, sino que también en pueblos con mucho encanto donde su gente no puede vivir y están plagados de turistas que se han pillado su año sabático mientras cobran el subsidio de desempleo de sus respectivos países
Publicado por: Sero | 14/01/2009 0:00:00
¡Hay, mundo de incoherencias! A todos nos gusta viajar cada vez más barato, pero nos quejamos cuando llegamos a los sitios y están llenos de gente. A todos nos gusta ir a ver sitios, y cuando llegamos a ellos no los vemos porque ponemos la cámara entre ellos y nuestra vista, para sacar una foto y poder decir que hemos estado allí. A todos nos gusta ser libres, pero no nos suele gustar cómo usan los demás su libertad. Es un problema, porque nos gusta lo rústico y lo original, pero es lo que suele ser más caro, al igual que los lugares exclusivos donde llega poca gente. Seguro que a mucha gente le gusta más La Habana como está, porque es más pintoresca, que si todos los edificios fueran normales, es decir, pintados normales, con ascensores, aire acondicionado y no estuvieran a punto de caerse, es decir, si lo cubanos vivieran en condiciones dignas. Pero si los edificios fueran dignos, ¿cuántos cubanos podrían permitirse vivir en La Habana? ¡Hay, mundo de contradicciones!
Publicado por: Anónimo | 13/01/2009 0:00:00
Por cierto, y para muestra un botón: como sabes, yo vivo en Menorca. Cuando era virgen, era pobre; ahora que es rica, empieza a estar cascada; queremos crecer económicamente como Mallorca e Ibiza, pero no queremos perder nuestra belleza natural; queremos que vayan pocos turistas, pero que no sean unos pijos; ya no sabemos ni lo que queremos...
Publicado por: Anónimo | 13/01/2009 0:00:00
Es cierto, Olmo. Es una continua incoherencia. Y yo, ignorante de mi, no sabría decirte donde está el punto medio, el equilibrio. No estoy por supuesto en contra de que se arreglen edificios y se mejore el urbanismo de ciertosciudades, lo que estoy en contra es de que esas mejoras sean solo para fines turísticos y expulsen a la población local. El caso que tu pones de La Habana es clarificador.
Publicado por: Anónimo | 13/01/2009 0:00:00
Complicado tema. En el pueblo donde vivo, durante años se ha permitido tirar casas antiguas para construir edificios de dos plantas, algunos espantosos, resultado? pues que edificios antiguos queda la actual biblioteca ( anteses casa consistorial) y algunas casas pequeñas, blancas con mininos balcones de madera, cuyo estado de conservacion hace que cruce de acera por no pasar por debajo.Pero la poblacion local no solo no se han ido, sino que se han forrado vendiendo tierras para construir.Pretenden vender un pueblo bucolico, tranquilo...... y te construyen una "imitación" del edificio de Madrid de la M-30 que llaman "el ruedo" .Construyen para vender, venden para que venga gente y quieren que venga gente para fomentar el comercio, a si pasa que nos llaman " los fenicios" .Lo más seguro es que no tenga nada que ver con Venecia, Cusco o La Habana, pero es lo que conozco.
Publicado por: Anónimo | 13/01/2009 0:00:00
¿ No sabes a que libro me referia en mi entrada? Si es así ya te vale
Publicado por: Anónimo | 13/01/2009 0:00:00
El problema radica en que todo es pasto del consumo ............no se viaje, ni se escucha, ni se ve solo se conumen los lugares, las cosas, las personas, los paises............deglutido a enorme velocidad. Pero lo peor es que se fomenta por parte de los dirigentes como riqueza del país y así el mundo se está transformando en un enorme paraque temático para una parte de la población porque la otra mayor parte sobrevive como puede y la dejan detras de ese hortera telón.Hoy el consepto de Viajero está practicamente extinguido.Un beso amigo ..............despues del pataleo nos queda la paciencia
Publicado por: Anónimo | 13/01/2009 0:00:00
Pues si ISABEL, posiblemente el problema radica en que se viaja para consumir lugares, para coleccionar destinos porque viajar está de moda. No se viaja para ver, oír, sentir y comprender... Nos queda el pataleo. BesosConcha: claro que sé que libro estás leyendo, pero es que no quería hacer publicidad de él (modesto que es uno, jejejeje). Espero que no te decepcione (estoy en vilo por si la crítica es demoledora). Besos
Publicado por: Anónimo | 13/01/2009 0:00:00
Gracias por tus ánimos, pero el cambio de decada lo tuve es Septiembre, tela lo que dura y me quejo del pavo de mi pre-adolescente. Besooooos y abraaazos
Publicado por: Anónimo | 13/01/2009 0:00:00
Querido Paco: Yo soy de las turistas que en Venecia protestan contra los turistas. Tantos años de peregrinar a reverenciarla me hacen sentir dueña de las paredes y los sueños, el pasado y las glorias, la evocación y la belleza de Venecia. Cuando estoy ahí casi no duermo y pregunto a quién puedo en qué va la obra que lleva años sin terminarse y cuando nadie me contesta escucho desde abajo, dice mi hija dada mi altura, lo que alegan arriba dos ingenieros descendientes de austriacos. Gracias por recordar Venecia. Por traer su luz con tu memoria. Creo que la principal catástrofe turística para Venecia viene de los horrendos cruceros. Esos son los que procuran los turistas de un día. Te abrazo mucho, AngelesPS ¿Cuál libro este del que hablamos? Seguro será un éxito. Voy a buscarlo, ¿Editorial?
Publicado por: Angeles Mastretta | 13/01/2009 0:00:00
Que conste que suscribo tu artículo sobre los efectos de la socialización y expansión del turismo, que arrasa como Atila, y las palabras de nuestro amigo menorquín Olmo.Pero por decir algo positivo, en algunos países de economías maltrechas el turismo ha contribuido al conservacionismo de la naturaleza con la creación de Parques Naturales, Reservas de Animales y espacios protegidos, penalizando la caza furtiva por ejemplo. Ya sé que es un consuelo menor y el turismo no es la panacea, y acaba estropeando lo que toca. Y como viajera ocasional no deseo ver lugares como parques temáticos, perfectamente restaurados y reconstruidos, deseo ver VIDA... Un beso de pecadora (por la parte que me toca).
Publicado por: Anónimo | 13/01/2009 0:00:00
Te refieres a ¿El Cuerno del Elefante? Yo lo he leído y me gustó muchísimo, me entraron ganas de viajar a esa África que describes. Por cierto, has sabido algo más de Mamía.
Publicado por: Loreto | 13/01/2009 0:00:00
Arduo tema nos planteas, querido Paco. Voy a hablar mucho de mí, por poner algo personal en el comentario. Cuando viajo suelo huir de los sitios que visitan los turistas, inmiscuirme en las cosas que hacen los turistas, montarme circuitos como se los montan a los turistas, con ello lo que pretendo inconscientemente es criticar lo que están haciendo, los "efectos negativos" que generan. Suelo huir de todo eso, y me congratulo de ello. Cuando veo el grupo, suelo huir como de la peste, y si son españoles más. Bueno, tal vez, los ingleses nos superen en estupidez.Ver esas manadas de niñatos-ingleses, en los hoteles recomendados por la Lonely Planet -que yo a veces utilizo- me producen anglo-fobia. Y no puedo evitarlo.¡Claro que el turismo tiene un efecto negativo para la realidad cultural de pueblo que vas a visitar!. Es lo mismo que cuando das una limosna al niño, que se acerca a tí porque te ve extranjero. Con ello estamos diciéndole: "No estudies, que los turistas como yo te solucionaremos el futuro". Así de triste.Muchas contradiciones en este tema. Cuando estuve -lo pongo como ejemplo- 70 días vagueando en Port of Spain (Trinidad) estaba de viajero, vivía la normalidad de las gentes que allí vivían, hacia lo que ellos hacían -menos trabajar- y no provocaba efectos negativos en el pueblo que me rodeaba. Ese debería ser, creo yo, el verdadero viajero. No siempre el tiempo (o su falta) colabora con lo que estoy diciendo.Siempre he pretendido dar "en mi ventana" la idea de que soy un viajero y no un turista. No es una postura, es algo que siento dentro, con mis contradiciones, por supuesto.España por alcanzar el 11% de PIB mediante el turismo ha destrozado la costa española. Los especuladores del turismo han construido literalmente el litoral. Vergonzoso. Por eso, y por muchas cosas más, nunca voy a una playa española. Me indigna.Cuando me comporto como turista, generador de efectos negativos, luego recapacito y me vapuleo para ponerme en "mi sitio". Ponerme en el lugar que yo creo, en el sitio que yo defiendo. En algunos casos incluso alguno de vosotros lo habrá leído.Si, Paco, se intuye el pasado auténtico de la Plaza de Armas de Cusco, se nota en la irregularidad de los soportales y de la plaza en sí. Yo conocí el presente, y me hubiera gustado conocer -como tú- aquel pasado.¡¡Chapeau!!, por Paco Nadal (que -creo y espero me permitas una pequeña crítica- no siempre trata de evitar el generar efectos negativos cuando viaja) y por Antonio Paolo Russo.Yo, tampoco puedo, Paco, si te sirve de consuelo.
Publicado por: Anónimo | 13/01/2009 0:00:00
Arduo tema nos planteas, querido Paco. Voy a hablar mucho de mí, por poner algo personal en el comentario. Cuando viajo suelo huir de los sitios que visitan los turistas, inmiscuirme en las cosas que hacen los turistas, montarme circuitos como se los montan a los turistas, con ello lo que pretendo inconscientemente es criticar lo que están haciendo, los "efectos negativos" que generan. Suelo huir de todo eso, y me congratulo de ello. Cuando veo el grupo, suelo huir como de la peste, y si son españoles más. Bueno, tal vez, los ingleses nos superen en estupidez.Ver esas manadas de niñatos-ingleses, en los hoteles recomendados por la Lonely Planet -que yo a veces utilizo- me producen anglo-fobia. Y no puedo evitarlo.¡Claro que el turismo tiene un efecto negativo para la realidad cultural de pueblo que vas a visitar!. Es lo mismo que cuando das una limosna al niño, que se acerca a tí porque te ve extranjero. Con ello estamos diciéndole: "No estudies, que los turistas como yo te solucionaremos el futuro". Así de triste.Muchas contradiciones en este tema. Cuando estuve -lo pongo como ejemplo- 70 días vagueando en Port of Spain (Trinidad) estaba de viajero, vivía la normalidad de las gentes que allí vivían, hacia lo que ellos hacían -menos trabajar- y no provocaba efectos negativos en el pueblo que me rodeaba. Ese debería ser, creo yo, el verdadero viajero. No siempre el tiempo (o su falta) colabora con lo que estoy diciendo.Siempre he pretendido dar "en mi ventana" la idea de que soy un viajero y no un turista. No es una postura, es algo que siento dentro, con mis contradiciones, por supuesto.España por alcanzar el 11% de PIB mediante el turismo ha destrozado la costa española. Los especuladores del turismo han construido literalmente el litoral. Vergonzoso. Por eso, y por muchas cosas más, nunca voy a una playa española. Me indigna.Cuando me comporto como turista, generador de efectos negativos, luego recapacito y me vapuleo para ponerme en "mi sitio". Ponerme en el lugar que yo creo, en el sitio que yo defiendo. En algunos casos incluso alguno de vosotros lo habrá leído.Si, Paco, se intuye el pasado auténtico de la Plaza de Armas de Cusco, se nota en la irregularidad de los soportales y de la plaza en sí. Yo conocí el presente, y me hubiera gustado conocer -como tú- aquel pasado.¡¡Chapeau!!, por Paco Nadal (que -creo y espero me permitas una pequeña crítica- no siempre trata de evitar el generar efectos negativos cuando viaja) y por Antonio Paolo Russo.Yo, tampoco puedo, Paco, si te sirve de consuelo.
Publicado por: Anónimo | 13/01/2009 0:00:00
Borra uno, por fa....
Publicado por: Anónimo | 13/01/2009 0:00:00
Es verdad, Blas. De continuo me asalta esa máxima: "Mira que sitio más bonito, pero ya vendrá un periodista de viajes y lo joderá". Arduo tema, como dices. Pero incluso por más cuidado que lleves, por más que intentes no generar efectos negativos, nuestra sola presencia en esos sitios los generan. Aunque tratemos de ponernos en "nuestro sitio", al final, la cruda realidad es que para el niño de Port of Spain (o de Cuzco) eres un extranjero que llevas dinero en el bolsillo; y para el empresario local, alguien que tiene que dormir y comer y por tanto necesita de unos servicios. ¡¡¡¡Arduo tema!!! querido Blas. Gracias por tus siempre inteligentes aportaciones.
Publicado por: Anónimo | 13/01/2009 0:00:00