Hoy ha amanecido un día frío y gris, con rachas cortas pero muy fuertes de viento, lo que por otra parte no es ninguna noticia en este lejano sur antártico. Pero Pascal, el capitán y dueño del Valhalla, cree que irá mejorando conforme avance la jornada. Desde que lo construyó con sus propias manos ?dos años de duro esfuerzo y un nombre cargado también de poesía que recuerda al paraíso al que van a los guerreros muertos en combate según la mitología nórdica?, Pascal no tiene más jefe que a sí mismo ni más ley que la de estar cerca del mar. A popa queda una vida entera a bordo de todo tipo de navíos en los que este francés enjuto y pequeño, de nariz aguileña, perfil de comadreja y manos encallecidas por mil singladuras, hizo de pescador, cocinero, marino mercante, tripulante de alta competición? Soporta el frío del Antártico con unos simples vaqueros y unas zapatillas deportivas y apenas perpetra unas palabras en castellano, pero sus ojos vivarachos lo dicen todo.
Como todo buen marino, Pascal tiene detrás una hermosa historia de amor. La suya empezó en 1994, cuando participaba, junto a la navegante francesa Isabel Autissier, en la regata Nueva York-San Francisco a través del Cabo de Hornos. Autissier consiguió su objetivo ?ganó la regata y dejó el récord en 62 días, cinco horas, 55 minutos y 40 segundos?, pero Pascal Boimard sólo retuvo de esa gesta la luz misteriosa y la bravura que envolvían aquel peñón negro de la isla de Hornos, el fin del mundo, cementerio de tantos valerosos marinos, muertos al desafiar las traicioneras aguas en las que se abrazan el Atlántico y el Pacífico. Sin pensarlo dos veces, cortó amarras, dejó el Caribe, donde alquilaba el Valhalla a turistas ricos, y se estableció con Bernardette, su mujer, en Ushuaia, un sitio mucho más acorde con alguien que ha consagrado su vida al océano. Ahora dedica sus días a acompañar aventureros que desean vivir en primera persona esta singladura a vela, como los antiguos galeones, hasta el punto más emblemático de la navegación mundial.
Al caer la noche, el Valhalla irrumpe en la rada de Puerto Williams, la base naval que da soberanía a la porción chilena de Tierra de Fuego.
Hay 16 Comentarios
jottsjajano es cierto
Publicado por: nice | 11/02/2009 0:00:00
o0laA pro esto no me sirve jajapurasz cozsaz garrasbuenoadiosy no pongan purasz pendejadasz
Publicado por: CRAZY | 11/02/2009 0:00:00
Sigo tu rumbo ensimismada..., como la Vuelta al mundo en 80 días"...uff, Paco...¡no paras! ...y yo me alegro [:D]Tu te mueves ya en la cuarta y quinta dimensión, Amigo!Un beso grande
Publicado por: Anónimo | 26/01/2009 0:00:00
Un viajero empedernido...Lo cuentas con tanto entusiasmo que uno siente el frío del Ártico.¡Cuántas sensaciones!Besos
Publicado por: Anónimo | 25/01/2009 0:00:00
Ese Pascal tiene cara de pillo simpático...de Francia pasó al Caribe y a Ushuaia, pero a pesar de la belleza del lugar tal vez no sea su última etapa, quien sabe...los marinos son trotamundos y gente muy especial.Paco, tus descripciones me hacen desear volver a ver "la luz misteriosa y la bravura que envolvían aquel peñón negro de la isla de Hornos, el fin del mundo"...Un abrazo de oso polar.
Publicado por: Anónimo | 25/01/2009 0:00:00
Bueno, es lo que tienen los viajes. En principio vas con la idea de conocer un lugar, un monumento, una ciudad y, al final, siempre te traes en tu corazón la sonrisa de un niño , la dirección de un amigo o la historia de un lobo solitario dispuesto a fabricarse su propia historia.Es lo que tiene el salir de casa y lo que verdaderamente merece la pena de los viajes. Un abrazo, Paco.
Publicado por: Anónimo | 23/01/2009 0:00:00
Me he acordado de la película Master and commander leyendo tus últimos post. Ellos también atraviesan el Cabo de Hornos.Y el final cuando Jack ?el afortunado? Aubrey y Stephen Maturin el cirujano, se sientan, toman el violín y el violoncelo, y comienzan a sonar las notas ?La música notturna delle strade di Madrid?, de Luigi Boccherini.Ay ¡qué envidia para quien en el pantalán ya empieza a marearse.¿ Pascal y tu os sentasteis a perpetrar alguna dulce melodia?Un saludo.
Publicado por: Anónimo | 23/01/2009 0:00:00
¿Hay quizás algún libro de historias de marineros al límite que nos puedas recomendar? Alguien me dijo que están publicados los diarios de Cristóbal Colón, Vasco de Gama, Magallanes... Pero cada vez que voy a una librería me miran con cara de interrogante.¿Sabes de algún librito de estos y que no sean los típicos de piratas anglosajones/holandeses? Ese afán por la aventura, las borracheras, las peleas, las prostitutas.... ¡¡Eso sí que tiene que ser vida!!
Publicado por: Zalbo | 23/01/2009 0:00:00
Hola Concha: he visto esa peli media docena de veces, incluso a bordo del barco que me llevaba a Galápagos. ¡Qué dellcia! ¡Quien hubiera podido viajar a bordo de uno de esos galeones en la era grande de las exploraciones! De hecho me pongo a Boqueirini a menudo y de repente me encuentro sentado con el capitán Aubrey y su inseparable Maturin en el castillo de popa. Pascal y yo no interpretabamos a Boquirini, ambos somos sordos de las dos manos. Juan Manuel: pues sí, es lo que tiene los viajes. Que sales en busca de una cosa y siempre vuelves con la sensación de que has descurbierto otras (muchas y mejores).
Publicado por: Anónimo | 23/01/2009 0:00:00
Zalbo: un libro más que recomendable: "Hacia los confines del mundo", del británico Harry Thompson, editado por Salamandra. Un tocho de 800 páginas que se leen de un tirón sobre los dos viajes del Beagle por estas aguas del cabo de Hornos y Tierra de Fuego en misión hidrográfica. Impresionante libro de viajes, de aventuras, de geografía, de historia natural y de historias de marinos. Con el trasfondo de las discusiones filosóficas entre el creacionismo de Fitz-Roy y el naciente evolucionismo de Darwin. ¡No te lo pierdas! A mi me encantó. También están publicado los diarios de Magallanes (no encuentro ahora el ejemplar en mi biblioteca, no puedo decirte la editorial), tiene mucho interés histórico, pero no es novela, obviamente. Un abrazo.
Publicado por: Anónimo | 23/01/2009 0:00:00
En en anterior "post" te decía que me habías definido a la perfección lo que yo pensaba que era un capitan de barco, hoy lo acabas de redondear.Su historia de amor está clara.Un abrazo, grumete (espero que fueras ese muchacho que aprende las tareas).
Publicado por: Anónimo | 23/01/2009 0:00:00
Pues vaya, para dejar el Caribe por el Cabo de Hornos tuvo que haber sido un auténtico flechazo!Un abrazo optimista
Publicado por: Anónimo | 23/01/2009 0:00:00
Animo a todos a que leáis el libro que recomienda Paco. Ed. Salamandra. Un pedazo de sabiduría. La pelí de Master and Commander me hizo casi llorar por los paisajes, las olas del mar, qué sé yo. Los momentos de música compartida... si podéis, hay que verla en pantalla grande. Sientes como un vértigo en el estómago, en algunas escenas con el barco navegando a toda vela. Jo, Paco, a ver si se inventa algo contra el mareo, que yo ya estuve en alta mar y lo pasé regular. y QUIERO QUIEROQUIEROooooooooooooo navegar por el BEAGLEeeeeeeeeeeeeeee
Publicado por: Anónimo | 23/01/2009 0:00:00
¡¡Gracias Maestro!!Voy a la librería. Buen fin de semana a todos/as.
Publicado por: Zalbo | 23/01/2009 0:00:00
PACO, escribas lo que escribas os sigo imaginando así:http://es.youtube.com/watch?v=RDlqgcMs1n4Deja a una pobre tierra firme soñar.
Publicado por: Anónimo | 23/01/2009 0:00:00
hola Paco; ¿el 19 en panticosa y el 21 en el cono sur?. ¿te haces tu las maletas? ¿pones tu las lavadoras?.. :-) En serio, cuando viajo -poco- lo peor es hacer y deshacer la maleta, ordenar la ropa... que tio !
Publicado por: zbleebox | 23/01/2009 0:00:00