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Las grietas estaban por todas partes, pero la abundante nieve caída este invierno las tapaba. A veces veímaos claro los bordes, como en esta ocasión. Entonces empezaba una especie de ruleta rusa para decidir por qué sitio la nieve que las tapaba sería más compacta y aguantaría nuestro peso.... El primero tanteaba con los bastones, se aventuraba al interior... y ¡bingo!... aguantaba. Notabas que estabas encima de una grieta porque el suelo cedía un poco a tu paso y sobre todo porque los bastones, más finos que las tablas de esquí, se hundían como cuchillos calientes en una barra de mantequilla y cuando los sacabas quedaba un agujero negro en el que no se veía el fondo. No tuve valor para pararme en ninguno de ellos a fotografiarlo, por supuesto.
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A principios de la segunda semana de marcha salió por fin el sol y todo cambió. Veíamos también en el horizonte el que llamábamos "primer nunataq", la montaña solitaria y espigada que se eleva en mitad de la planicie. La escalaron por primera vez dos montañeros madrileños hace unos cinco años. Además de alegrarnos la vista nos servía de referencia para no tener que ir comprobando la brújula en cada momento y así avanzábamos más rápido.
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.Llamando a casa. El teléfono satélite no solo nos servía para avisar en caso de emergencia y para transmitir los post de este blog. Era la posibilidad de hablar con casa aunque fuera un par de veces en dos semanas y sentirte cerca de tus seres queridos aunque estuvieramos literalmente en el culo del mundo.
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La navegación fue fundamental en todo momento. Llevábamos varios GPS, pero al final lo más útil es el viejo sistema: mapa, brújula y rumbo. En esta foto acabamos de pasar el primer nunataq, el solitario. Nos adentrábamos en un territorio por el que nadie, que sepamos, había pasado antes. Desde este punto vimos también por primera vez nuestro objetivo: el grupo de cuatro nunataqs que se ve al fondo, minúsculos, entre el hombro de José Luis y los bastones de esquí. Quedaban 40 kilómetros hasta ellos, unos dos días y medio de marcha.
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Por fin, ¡el objetivo! Diez días después de la partida desde el glaciar Qaleragdlit, alcanzamos por fin a la meta que nos habiamos propuesto. Las cuatro montañas a las que bautizamos como los Paparajotes Peaks. Esta última jornada, cuando está hecha la foto, fue una matada. Caminamos más de diez horas y atravesamos dos lenguas de glaciar bastante peligrosas, pero queríamos llegar al pie de estas montañas a toda costa. Acostarnos sabiendo que al día siguiente no tendríamos que volver a cargar las pulkas y seguir tirando de ellas. Fue un momento muy emocionante para los cuatro. Eramos los primeros humanos en llegar hasta aquí. ¿Conseguiriamos ser también los primeros en escalarlas?
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Hay 10 Comentarios
La primera foto es impresionante. ¡Qué sensación de soledad, de silencio, de paz! Para volverse loco, en definitiva...
Publicado por: Anónimo | 29/06/2009 1:00:00
como se orienta uno en un mapa si no tiene referencias visuales?
Publicado por: alberto | 29/06/2009 1:00:00
¡Ay, Alberto! Lo que te has perdido...
Publicado por: Anónimo | 29/06/2009 1:00:00
Paco....espectaculares fotografías, me dejaron maravilladas...Tendría un montón preguntas respecto a cada una de ellas, junto a tus comentarios...pero la primera y la del teléfono....¡sobresalen!Gracias por compartir ese viaje tan singular con nosotros...Abrazos y un beso
Publicado por: Anónimo | 29/06/2009 1:00:00
PACO tienes en mi blog un regalito que te vendrá que ni pintadocuando vuelvas al frío.Te lo agradecerán tus partes más íntimas...¿A que sí?????
Publicado por: Anónimo | 28/06/2009 1:00:00
Paco si que te gustan los viajes extremos! por eso tomas fotos únicas. Por lo pronto yo aquí disfruto una semana de calor.... (finalmente) Te envío una margarita... especialmente si ahora andas por lugares más cálidos. [;)]
Publicado por: Adelita de las Pistolas | 28/06/2009 1:00:00
Con esto, y poco más, podrás rellenar una vida llena de aventuras. Los "nunataqs"esos 'me ponen'.Un abrazo, y bellas fotos para tu corazón viajero.
Publicado por: Anónimo | 28/06/2009 1:00:00
¡Que fotos! Un precioso regalo que podemos disfrutar sin frío, sin esfuerzo, sin miedo a caer en una de esas grietas. Gracias.
Publicado por: Anónimo | 28/06/2009 1:00:00
¡Espectaculares fotos, con los nunataq. La foto del teléfono me parece preciosa, con el sol y la luna? y esas nubes que semejan un mar.Me están gustando muchísimo estas secuencias de fotos y sobre todo los comentarios que nos vas haciendo sobre ellas. No querrás volver a ver la nieve en años... supongo que habrás quedado más que harto.Besos.Estrella
Publicado por: Anónimo | 27/06/2009 1:00:00
Increíble, Paco. ¡No tengo palabras!
Publicado por: Federico Gauffin | 27/06/2009 1:00:00