En el caso de Tahití si tienen un origen conocido. El más cercano: Marlon Brando y el motín de la Bounty. Aquella película, la leyenda en torno a su rodaje y su idilio con una bella tahitiana llamada Tarita contribuyeron más a dar a conocer este archipiélago perdido en mitad del Pacífico que todos los dineros que hubiera podido gastarse en folletos la oficina de turismo.
Aunque el mito venía de antes. El propio Gauguin y otros viajeros contribuyeron a crear en la Europa del XIX esa imagen de paraíso idílico con sus escritos, a veces exagerados. "Tengo ante mi el mar y Moreea, que cambia de aspecto cada cuarto de hora. Un pareo y nada más. Ni frío ni calor... No tengo nada de que quejarme en estos momentos. Todas las noches chiquillas endiabladas invaden mi lecho. Ayer tuve tres con que ocuparme...", escribe en otra de sus cartas. Aunque en realidad se moría de hambre, no vendía una tela y estaba peleado con toda la colonia, que lo consideraba un proscrito y un excéntrico. Así era el bueno de Paul.
Por centrar un poco el destino para los que no tengáis un atlas a mano: la Polinesia Francesa está a mitad de camino entre Sudamérica y Australia. La componen 118 islas distribuidas en cinco archipiélagos distintos, repartidos a su vez por una superficie de agua similar a la de toda Europa. La isla principal es Tahití, con apenas 1000 kilómetros cuadrados de superficie. Aquí viven 170.000 de los 270.000 habitantes totales de la Polinesia. La sensación de aislamiento es total: el archipiélago de las Marquesas, por ejemplo, está a 1.500 kilómetros de Tahití. Y las islas Gambier, las más alejadas, a 1.700 kilómetros. Considerando que los primeros polinesios conquistaron todo esto a golpe de canoa y sin GPS, os podéis hacer una idea de la gesta.
Desde luego, si la imagen estereotipada del paraíso es una playa de arena blanca, una línea perfecta de cococteros y una laguna de coral con aguas verde turquesa, ese paraíso está aquí. También hay problemas sociales, económicos o ecológicos, como en todos lados. Pero la foto de postal perfecta, no se la quita nadie a esta Polinesia que habla en francés.
De momento solo he visto Tahití y la capital, Papeete. No es la isla más turística, porque no tiene tan buenas playas como otras. Pero hay otras muchas cosas de interés. Mañana os las cuento.
Hay 9 Comentarios
¡Qué gozada vivir este viaje contigo a través de tus posts! Los estoy leyendo con un poco de retraso, pero la sensación es la misma. Me encanta...Sigo leyendo...Un abrazo.
Publicado por: Anónimo | 02/08/2009 1:00:00
Has hecho una buena presentación de tus primeras impresiones..., realmente Pepeete no tiene tan buenasplayas...y es más negra que blanca, pero tanto mejor paisajes...¿a ver qué nos ilustrarás?Ahora me actualizo con tus entradas...[8D]...y sigo con mi plan de relax.Besos...
Publicado por: Anónimo | 22/07/2009 1:00:00
Lo de Gauguin pasa mucho ahora:- ¿Que tal en ibiza?- Bufff, de fiesta todo el día, con 3 cada noche, la locura chico...Y luego te enteras que na' de na', no cambiamos jajaajajjaaYa tenía ganas de tener tiempo y poder leerte otra vez para viajar con la imaginación...
Publicado por: Tom | 16/07/2009 1:00:00
Y yo adhiero a la recomendación de mi querido tío Blas "el paraíso en la otra esquina" es como si hubiera estado conviviendo con Gaugin(Es que Vargas Llosa es mucho vargas LLosa)Atlas en mano, las Gambier ni aparecen nombradas, pero imagino que son esas 4 islitasal sur del Arch Tuamutu (o algo así) PD: Sigo enfada' ¿¡A que Haití tampoco hubiera estado mal!?
Publicado por: Anónimo | 15/07/2009 1:00:00
Oye, Paco, que cuando estés cansado y eso, yo te substituyo encantado, ¿eh?
Publicado por: Anónimo | 14/07/2009 1:00:00
"Paco-Papeete": Un buen post-situación para ir poniéndonos en el lugar de los hechos. Hay que reconocer que (se te está olvidando citarle, y si no lo has leído te lo recomiendo) "El Paraíso en la otra esquina", de Vargas Llosa, es uno de los libros novelados que mejor colocan a Tahití dentro de la vida de Gauguin.Un abrazo (en esta ocasión, "el Paraíso" está en tu "esquina").
Publicado por: Anónimo | 14/07/2009 1:00:00
Pues que nada, que ninguna envidia me das ¿qué te pensabas? Total, ya no está Marlon Brando por ahí y el Gauguin... mejor de lejos. Además ni siquiera me creo que te hayan puesto el collar de flores, no he visto la foto... Rediez, con el calor que hace aquí. Mucho peor que seguirte por Groenlandia, de verdad, por lo menos allí dabas un poco de pena de vez en cuando. Que lástima de hombre, siempre por ahí, dando tumbos. No te deseo que lo pases bien y lo disfrutes, ya se ve que no hace ninguna falta. ¿Se me nota mucho la rrrrrrrabia?
Publicado por: Anónimo | 14/07/2009 1:00:00
Adhiero a lo que dice herasolmo... Pero que él te reemplace en Groenlandia, yo te reemplazo acá.
Publicado por: Federico Gauffin | 14/07/2009 1:00:00
La orana, Paco! No vale, no dijiste que tu vuelo era con dos escalas...¿Has visto la isla que compró el bueno de Marlon?El párrafo que escoges de Gauguin demuestra como puede "disfrazarse" la realidad. Me encantan las playas resguardadas por altas montañas, y esos viejos muelles de madera...ay, como me gustan esos lugares míticos. Ahora tú esás dentro del mito, a disfrutarlo...
Publicado por: Anónimo | 14/07/2009 1:00:00