Paco Nadal >> El Viajero

10 ene 2010

Un ballroom en el waterfront

Por: EL PAÍS

El Victoria and Albert Waterfront es la zona más comercial, cosmopolita, turística y frecuentada de Ciudad del Cabo . Es el paseo marítimo que se asoma a Table Bay. El auténtico escaparate de las vanidades sudafricanas.
Está lleno de restaurantes, bares, tiendas, locales de copas, centros comerciales. Es decir, podría ser cualquier paseo marítimo de Sidney, Marbella o Seatle. Pero es Ciudad del Cabo, África, y vale la pena dejarse caer por aquí en un día soleado como el de hoy. Quedan edificios portuarios de la colonia británica, la antigua rada del puerto holandés, pantalanes, la torre del reloj. Todo remozado y vestido como de primera comunión. Hasta el muelle desde el que salían las barcas cargadas de presos (todos negros) hacia la infame Robben Island , la isla prisión emblema de la represión del apartheid, en la que Nelson Mandela estuvo preso 18 años, es ahora un agradable edificio que parece más un bar de copas minimalista que el siniestro lugar desde el que partían los presidiarios para ser encerrados de por vida. Muy cerca de allí, un viejo cuarteto de ballroom-quickstep toca su banjo, su acordeón, su bajo y su saxo.
¿Que hay detrás de esta fachada cosmopolita que nada tiene que ver con el África tópica? Mucho y muy interesante. Sudáfrica ha sufrido la mayor metamorfosis de los tiempos modernos. En solo 15 años ha pasado de ser un paria internacional, boicoteado en todos los foros por la siniestra práctica del apartheid , a convertirse una referencia política y económica regional e incluso mundial. En buena medida gracias a Nelson Mandela , que al llegar al poder aplicó una política de borrón y cuenta nueva sin revanchismo.
Sin embargo, aunque ya no hay leyes que prohiban a los negros vivir en las ciudades blancas, comer en los restaurantes de blancos, usar los autobuses de blancos; aunque se ven muchas parejas mixtas, aunque la ley es igual para todos, la realidad es que las diferentes comunidades llevan vidas separadas. En paz y con leyes igualitarias. Pero separadas. En los hoteles, en los restaurantes caros, en los campos de golf... solo veo blancos. En los trabajaos manuales, en el campo, vendiendo artesanías o frutas en los semáforos solo veo negros. Basta ver la calidad de las casas para saber que un barrio es de blancos, que otro es de negros y otro de gente de color, como aquí se llama a los mestizos de piel marrón descendientes de holandeses y esclavos malayos e indonesios traídos por ellos.
Un experimento social apasionante desde muchos puntos de vista. Pero como este post ya es bastante largo, segurimos otro día.

Hay 11 Comentarios

Realmente te felicito por el articulo, mis abuelos maternos eran de LADY GRAY, no tento la suerte de conocer este hermoso pais, incluso hay primos de mi madre, de apellido SCHEBUSH Y COETZEE, muchas gracias, si vienes a Mendoza , Argentina, no dudes en tomar contacto conmigo, atte.Adrian Acasuso Coetzee.Mendoza,Argentina

Sigo observando el idilio desde fuera. Empiezas a ver los pequeños defectillos de la amada... no es tan perfecta, no trata igual a sus ciudadanos. Les sigue diferenciando en calles, en barrios, en oficios, en educación, aunque como tú dices, el camino ha sido duro y de momento está siendo productivo que es lo importante. Así que pensaremos que esos defectillos se pueden perdonar, esperando que vayan desapareciendo con el tiempo.Me gusta seguirte. Un abrazo.

Me encantó ¡Más del "experimento social" por favor!

Completamente de acuerdo contigo...aún se necesitan algunas generaciones más para que la mezcla sea completa...Aunque creo que van por el buen camino (en mi caso, vivo en una pequeña comunidad universitaria, donde por fin, decir blanco, negro, coloured o indio no describe nada más allá que el color de la piel...). Eso sí, y vuelvo a repetirme, la división heredada es más que evidente en Ciudad del Cabo, así que...a viajar! :)

(magna told): ¿qué?.No conozco esa ciudad, pero por lo que intuyo de estas y otras palabras (y se me acaba de ocurrir) es que es una ciudad de los "mil encuadres". Se podría sacar fotos desde mil sitios diferentes y la perspectiva seguiría siendo 'guapa'.Pasé de refilón por Sudáfrica, en mi viaje a Mozambique, no conocí Ciudad del Cabo. Pero a tí tampoco se te puede preguntar porque como "estas enamorado".......Un abrazo.

Muy buenas tus crónicas de Sudáfrica. Disfruta, que cuanto más lo haces más felices nos haces a los demás. [:)]

(company lockhart) Encerrados andamos, si... pero sin compania!Ya veo que te has bajado a la punta de Africa. Ya veo que por ahi andan juntos que no revueltos, los sudafricanos. Los indios, ricos, dicen que es un paraiso!Cuentanos!Besos

Y bueh... Es muy reciente la abolición del apartheid y son procesos que tardan en tomar forma, ¿no?

De este viaje no me pienso creo nada, cuando uno se enamora pierde la objetividad.

(deputy tracery) que pareces un diputado, dice el gnomo. Ya lo dice el refrán que del dicho al hecho... Veremos si alcanzan un poco de poder económico los negros antes de que estalle el mundo. Los músicos parecen bastante descoloridos ¿no es raro?Ssigue, sigue contando y disfrutando.

No sé,no sé..., cuando se alcance la igualdad plena de todos los colores..."ante que estalle el mundo" como dice gloriainfinita.., entrará la marginación económica. Eso explica los músicos bastante descoloridos... y túlo has expuesto entre líneas.Sigue observando, nosotros te seguimos.Abrazos

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Sobre el autor

Paco Nadal

Paco Nadal es viajero-turista antes que periodista y culo inquieto desde que tiene uso de razón. Estudió Ciencias Químicas pero acabó recorriendo el mundo con una cámara y contándolo. Escribe en EL PAÍS sobre viajes y turismo desde el año 1992. Es también escritor y fotógrafo, colabora con la Cadena Ser, además de presentar series documentales en diversas televisiones.

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Un relato trepidante por unos de los destinos menos turísticos y más inseguros del mundo. Un viaje en solitario lleno de emoción y melancolía a lo largo de una región azotada por constantes guerras y conflictos étnicos. Un viaje plagado de sentimientos que consigue conectar al lector con los sufrimientos y las esperanzas de África.

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