- El viaje empieza en la parada de autobuses de una ciudad africana. Da igual la que sea. Localizo la furgoneta taxi que va hacia mi ciudad de destino, me subo a ella y me acomodo en una siento. Pero llega la hora y el vehículo no parte. Y sigue subiendo gente. La furgoneta-taxi tiene 9 asientos, pero a bordo ya somos 15. Ahora somos 16, 17, 20, 22? ¡24 personas! "¡Por favor, señora, déjeme sacar mi pie de debajo de su axila!" Entonces, ahora si, el conductor arranca y la lata de sardinas parte. ¿Qué ha pasado? Pues que en África los taxis y buses no salen cuando es su hora, sino cuando están llenos. Y nadie entendería que si tienen 9 asientos fueran ocupados por solo 9 pasajeros. ¡Que desperdicio!
- Estoy ahora en Shangai, en China, en un vagón de metro. El señor que va sentado a mi derecha hace un ruido espantoso con la boca y? me lanza un escupitajo a centímetros de mi pantalón. "¿Cielos! ¿me está provocando? ¿quiere pelea?", pienso. De repente, el de la izquierda, hace lo mismo.. y otro escupitajo pasa rozando mi zapato. ¿Qué esta pasando? Pues que en China la costumbre escupir en el suelo está socialmente aceptada. Y un medio de transporte no iba a ser una excepción.
- Por cierto, si viajas en tren por China y el de enfrente se quita los zapatos y pone los pies sobre tu asiento, junto a tu trasero, no te incomodes. Está también socialmente aceptado.
- He llegado a Tokio y estoy esperando un tren regional. Hay que saludar a los compañeros de compartimento con una leve inclinación de torso. Hecho esto, tomo asiento y saco mi bocata de chorizo, el viaje va a ser largo. Pero el resto de viajeros me mira horrorizado. ¿Serán vegetarianos? No, es que en Japón es una falta de urbanidad terrible comer en la calle o en lugares públicos.
- Si viajas por Rusia no levantes la mano en la acera como si estuvieras llamando a un amigo: te parará cualquier coche. La costumbre es que si necesitas un vehículo, levantas la mano a pie de acera y si alguien va en esa dirección te para y te lleva, sea o no un taxi oficial.
- En Alemania te puedes subir libremente a cualquier transporte público: nadie te va a pedir el billete. Ni nadie te lo va a vender a bordo. La tentación de viajar sin pagar es grande... pero antes o después te pilla un revisor (los hay y muchos) y te cae una multa de órdago: hay que comprar los billetes o abonos antes en establecimientos autorizados (gracias Carmen-frei).
- Voy en un autobús nocturno de Turquía. La gente se descalza y coloca sus pies sudorosos en cualquier parte, sin pudor. Pero de repente a mi se me ocurre sonarme la nariz con un pañuelo y todos alzan la cabeza para mirarme horrorizados: sonarse la nariz es uno de los gestos de peor gusto que puedes hacer delante de un turco.
- Estoy ahora sentado en la mesa de un restaurante de Dublín. Viajo solo y estoy en una mesa de cuatro. De repente el camarero llega acompañando a otra pareja y los sienta en mi mesa. "¡Ejem, perdone, pero yo no estaba esperando a nadie, le digo!" Da igual. Ni falta que hace, en Irlanda y en otros países anglosajones es un desperdicio usar una mesa uno solo. Mientras haya sitio irán sentado a tu vera a otros comensales. Bien visto, es una manera de no cenar en solitario y mirando la tele y, quien sabe,? ¡hasta el inicio de una gran amistad!
Y a ti, ¿te ha sorprendido alguna "particularidad" de los transportes locales en tus viajes?