Pues eso es lo que sientes cuando llegas a Carnac , el mayor conjunto megalítico del mundo y el más espectacular de Bretaña , tierra rica en yacimientos prehistóricos.
Carnac es una pequeña localidad del golfo de Morbihan. Había leído mucho sobre los menhires de Carnac y había visto fotos, pero nada es comparable con la impresión que te produce al verlo en directo.
Hace 6000 años, los pobladores de estas tierras levantaron extraños alineamientos de enormes piedras de granito con una técnica que aún hoy siguen siendo un misterio. Quedan en la actualidad 3.000 menhires en el entorno de Carnac, colocados en cuatro grandes alineamientos, el mayor de los cuales alberga 1.100 piedras.
Cómo cortaron aquellas piedras, cómo las trasladaron hasta aquí, cómo pudieron levantarlas y cimentarlas en el suelo sigue siendo un misterio. El más grande de los menhires de Carnac (el de la foto pequeña) tiene seis metros de altura visible; pero hay otro derribado en la cercana Locmariaquer, el "gran menhir roto" , que tuvo 20 metros de altura y un peso de 350 toneladas. ¡Increíble!
Tampoco se sabe su finalidad. ¿Recinto funerario? ¿observatorio astronómico? Personalmente prefiero no saberlo. Prefiero que el misterio de su utilidad aumente la magia de su tamaño y su soledad. Nos empeñamos en darle a todo una razón, un uso. Y a veces es más poético que la imaginación nos lleve a puertos en los que el barco de la razón nunca recalaría.
AVISO: Carnac genera poesía en temporada baja. En verano es tal el número de turistas que se ha tenido que colocar una valla para impedir acercarse a los menhires en esas fechas. ¡Ah, el turismo!, tan parecido a Atila.