Os dejo tres recomendaciones de cosas buenas que vi y que viví esta semana pasada en Asturias:
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UN POTE
El que hace Toñín en la Nueva Allandesa, en Pola de Allande. Toñín es uno de esos torbellinos de carácter que te envuelve con su buen hacer y su simpatía. Nada más sentarte a la mesa aparece con unos chorizos allandeses y te va cortando rodajas mientras te da palique y te explica los manjares que tiene ese día en el menú. Manjares como el pote asturiano: berza, patata, alubias (pocas) y compango de morcilla, chorizo, tocino, costillejas.... y yo qué se cuantas kilocalorías más. Para resucitar a un muerto... y para echarse luego una hora de siesta. Allande es uno de los concejos más remotos, despoblados y bellos de Asturias .
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UNA CASONA
Una de las mejores ofertas en calidad-precio para alojarse en Asturias son las casonas, un club de calidad que engloba a 58 hoteles rurales con unos altos estándares de calidad y confort y que además están ubicados en edificios históricos, en parajes de especial interés o tienen una arquitectura singular. He dormido en muchas casonas y en general me han gustado todas. La última que probé: La casona de la Paca, un caserón de indianos de 1877 en El Pito (el Versalles asturiano), perfectamente rehabilitado, con una habitaciones primorosas de estilo colonial y una galería para leerse allí las obras completas de Pío Baroja.
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UN PUEBLO
Cudillero. No es ningún descubrimiento: es uno de los pueblos más turísticos de Asturias . Y con razón. Pero la estampa de sus casas abalconadas sobre una empinada ladera que cierra el puerto como un abrazo maternal y protector es para caer enamorado. Aunque en temporada alta las hordas de turistas lo trivialicen todo (recordad: turistas somos todos).