Paco Nadal >> El Viajero

06 ago 2010

Hearst Castle: de cómo se puede ser rico pero no necesariamente tener buen gusto

Por: EL PAÍS

Hay un lugar en la costa californiana, en San Simeón, al borde de la Highway 1, que define como pocos el amor por la desmesura de este pueblo.

Es el Hearst Castle , la megalomaníaca mansión que mandó construir el magnate de la prensa William Randolph Hearst, uno de los hombres más ricos de Norteamérica durante la primera mitad del siglo XX.
La vida de Hearst es bastante conocida: fue quien inventó la prensa amarilla, el que convirtió los medios de comunicación en un cuarto poder capaz de manipular sin reparos a los otros tres y quien sirvió de base a Orson Welles para rodar la mejor película de todos los tiempos, Ciudadano Kane (si queréis ampliar más sobre la vida de William R. Hearst, aquí va una biografía ).

Hearst, además de trabajar y hacer dinero, tenía otro vicio: comprarlo todo. Y gastó una fortuna en acumular obras de arte y antigüedades de todo el mundo. Pero no solo jarrones y estatuas: si le gustaba un monasterio lo comparaba entero, lo desmontaba piedra a piedra y lo mandaba en barco a EEUU, como pasó con medio convento de Santa María la Real de Sacramenia (en Segovia).
En 1919 decidió reunirlo todo en una nueva mansión. Hearst tenía un enorme rancho en esta parte de la costa californiana y le dijo a la arquitecta Julia Morgan: "Miss Morgan, estamos cansado de venir al rancho y tener que acampar. Me gustaría construir algo pequeño". El resultado: un pastiche de 19 salones, 56 dormitorios, 61 cuartos de baño que reune todos los estilos imaginables, desde una catedral española a una piscina que recuerda al Partenón. Dentro hay de todo: estatuas griegas, chimeneas de castillos españoles, tapices bizantinos, artesonados mudéjares...
30.000 metros cuadrados de puro kitsch construidos en lo alto de una colina que hay que ver para creer. Una mezcla entre el Alcázar de Segovia, el palacio de Sissi Emperatriz y la casa de la familia Monster.
Pero el show empieza abajo, en el mismo centro de visitantes montado para dar acceso al recinto (que ahora pertenece al Estado de California) y que no tiene tampoco desperdicio. Hay restaurantes, un teatro más grande que los de una capital de provincia, tienda de regalos con todo tipo de items, heladería... todo en un tamaño king-size. Un show digno de un país que convierte todo en un gran espectáculo.
The show must go on!

Mi opinión: un norteamericano puede quedar sorprendido por este tipo de edificaciones. Pero para un europeo no merece la pena gastarse un dineral (la entrada más barata cuesta 24 dólares y no incluye todo el recinto) en ver algo que en definitiva no es más que un castillo-palacio medieval tuneado.

Hay 20 Comentarios

Voy a continuar el periplo... Creo que me quedaré para siempre con el sabor de lo que el "enorme" Orson nos dejó con su película y ese "Rosebud" del final, estremecedor. Ni aunque fuera gratis la visita, si le tengo fobia al carrefour, no me quiero ni imaginar en semejante espacio.Besos.

Cuando empezás el post hablando del americano americano amor por la desmesura pensé que, en realidad, y lo demuestra la obra pero también la vida de Hearst su amor se centra en el espectáculo: desmesurado amor por el espectáculo desmesurado (lo grande es inevitablemente más espectacular que lo pequeño) o Qué son las cataratas del Niágara sino un enorme show montado alrededor de dos gotitas de agua?A mí sí me da curiosidad verlo, más curiosidad que un palacio real. Me parece más interesante ver lo que es capaz de hacer un solo tipo en una determinada sociedad en ese momento , porque lo que puede hacer una familia real con el dinero de todos está más sabido, mas controlado, puede llegar a ser más limitado, pero Hasta dónde puede llegar un tío con poder ilimitado, sin apenas control? Eso es lo que no muestra un palacio y eso es lo que seguramente muestra el castillito hearst Cómo puede alguien tener un poder omnímodo sin manejar ejércitos, sin usar la fuerza, solo "making news"? (un sinvergunza, un psicópata, pero como tal, un genio)Cuanto más preguntas me hago, más ganas me dan de ver el castillitoPD: Tampoco vi ciudadano kane y tambié me dan cada vez más ganas de alquilarla

Para un argentino -con buen gusto-, tampoco vale la pena. ¡Volví Paco!

El título (del 'post') lo dice todo.... El resto es lo que yo me temía.Un abrazo, joven.

Yo iba avisado, y me negué a ir. Preferí quedarme a ver los leones marinos cerca de piedras blancas a unos kilómetros más al norte. Aquello si que merece la pena.

Creo que el artículo refleja exactamente lo que se pasó por mi mente cuando lo visité. Si no me equivoco cuando en el artículo se habla de "kistch" lo que se intenta es mostrar como una obra de arte "única" puede quedar devaluada según como y donde se presente. El sitio es espantoso, a mi lo único que me gustó fue la piscina interior decorada con cristal de murano. Aún así merece la pena verlo para darse cuenta de que, como dice el título, ser rico no significa tener buen gusto. Enhorabuena Paco.

Muchos estadounidenses SI saben apreciar edificaciones de otras espocas. Pero que mala y...peligrosa es la ignorancia...

[:D]

Yo creo que si que mrece la pena la visita al hearst castle, en el que estuve el año pasado. Es impresionante, y si, hortera también, claro, pero reconozcamos que aquí en españa y europa también tenemos mucha horterada de ricos, y lo que es peor aún, a veces oagadas por las administraciones. De esa zona de California de lo más interesante que visitar.Y por favor, no tachemos a los americanos como bobos siempre, ¿acaso somos modelos de algo acá?Saludos

Bobos, no.Pero tampoco Emprendedores y trabajadores(generalizando).Me parece un estereotipo como muchos que se ponen por ahí.(incluso que nos ponen por ahí).Y no empecemos a hablar que si lo de la burbuja(y todas sus posteriores consecuencias) viene del ansia por comprar de aqui, porque si no recuerdo mal, todo reventó por las hipotecas basura de ALLí y la lamentable gestión bancaria de ALLí.Hasta los amigos de lo ajeno que tenemos por banca aquí son un ejemplo comparado con lo que sucedió al norte de México.

Fabiola,,, Si alguna vez lo ves en persona, el "castillo" veras, estarás de acuerdo con los comentarios aqui vertidos, ES UNA HORTERADA

RicardoHorteradas he visto muchas por el Mundo. En España también, a mogollón.

El articulo carece de logica. Empieza afirmando que se trata de "30.000 metros cuadrados de puro kitsch" y termina diciendo que no "es mas que un castillo-palacio medieval tuneado". En que quedamos es kitsch o es un palacio medieval?He visitado el castillo y merece la pena verlo. No es mas que una coleccion de objetos de arte realizada por un coleccionista privado (no muy diferente a la Casa Museo de Lazaro Galdiano en Madrid). Al contrario de lo que afirma el periodista los objetos kitsch brillan por su ausencia porque lo que se pueden ver son obras de arte originales piezas unicas de periodos medievales, renacentistas etc ... donde esta las reproducciones de mal gusto y calidad (a las que hace referencia el termino kitsch sr Nadal). Acaso piensa usted que el Convento de Santa Maria del Real es kitsch. Lo que puede resultar mas o menos del agrado del visitante es como las distintas piezas de arte se han combinado e integrado desde un punto de vista arquitectonico pero las piezas de arte contenidas en el castillo no son kitsch. Las criticas a la obsesion Americana por lo grande son ciertas aunque es una repeticion constante. Se que es mas facil contentar a los lectores criticando todo y cada uno de los aspectos de la sociedad Americana. Sin embargo la critica facil y simplona, sin un ejecrcico de autocritica y de reconocimiento de logros ajenos, es un ejercicio vacio de contenido intelectual. Habia un tiempo en que los periodistas escribir articulos para hacer pensar a sus lectores no para reforzar los estereotipos pero eso fue antes de que el Sr Hearst iniciare su carrera y periodistas entre los que habria que incluir al autor de este articulo se convirtieran en sus disipulos.

Hola Paco. Somos un grupo de 7 españoles que estamos haciendo un viaje por la costa oeste, pero en sentido contrario al tuyo, por lo que nos agrada mucho leerte y así saber cosas sobre lo que tenemos por delante. Además, nos reímos con tu artículo sobre el smart, y el test de alcoholemia con el dedo. Pásate por el nuestro si quieres, no es tan bueno, pero al menos servirá para recordar nuestros mejores momentos en California. Saludos

hola Paco. Lo de "castillo-palacio medieval tuneado" no tiene precio. Me encanta leerte a diario

El concepto de "pequeño" varía para un europeo y un americano...sólo hay que ver sus tallas de ropa interior, jeje...En lo de coleccionar antigüedades es en lo único en que le alabo el gusto a Hearst. Prefiero los castillos del sur de Francia. The show must go on, sí señor! Besos..

Esta obsesión de los americanos por la talla XXL parece ser que se la han transmitido a muchos españoles emigrantes que fueron a hacer las amáricas, los llamados Indianos. Cuando volvían de hacer dinero por esas tierras también construian grandes caserones con las palmeras en la puerta, para hacer obstentación y alardear ante los sus paisanos de la fortunan que habían amasado. No sólo en las viviendas, sino también en los coches, los "HAIGA". Este nombre de debe a que cuando iban al concesionario y el vendedor les preguntaba que qué clase de coche y de qué características querían, ellos contestaban: "el más grande que haiga". Una expresión que delataba sus orígenes humildes y de poca cultura.Lleva una buena parte de razón el comentarista que, en el post de los coches grandes, decía que era de gente con mentalidad de "nuevo rico", analfabetos o humildes y acomplejadas que ya fuera por un golpe de suerte o porque habian medrado, se veían de pronto con mucho dinero y mucho poder adquisitivo. Yo creo que también eso ha sido uno de los factores por lo que se expandió la burbuja inmobiliaria y constructora: la mayoría de la gente así tienen mentalidad de "propietario" y consideran el "alquiler" como echar el dinero en un saco roto, al contrario de de que ocurre en otros paises más avanzados, Estados Unidos entre ellos.Por cierto, desde el pasado 20 de Julio hasta el 8 de Agosto hay aquí en el polideportivo de Llanes una exposición de coches clásicos, los "HAIGAS" que solían comprar los indianos: Cadillacs, Chrislers, Fords, Jaguars, Porches, Mercedes... los visitantes participan en el sorteo de un viaje a la feria de vehículos clásicos de Pensilvania, en los Estados Unidos.

Paco, mira a ver si el millonetis ese te quiere comprar el Smart para ponerlo de maceta en el jardín. Igual te haces un buen business.

También se compró y se llevó el monasterio de Santa María de Óvila (cerca de Trillo) pero se ve que le pilló el crack del 29 y se lo dejó a medias de montar. El resultado, que con el tiempo se borró la numeración de las piedras y ahora ya no hay manera de montarlo. Ahí mismo, en el Golden Gate Park de San Francisco se pueden ver varias de esas piedras, especialmente en los jardines botánicos, en los que las han usado para construir diversas estructuras.

Esas mansiones tienen todas una historia, y cuándo se las conoce, se las respeta y se las admira. La histoira de un país nuevo. La historia de hombres emprendedores y trabajadores.

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Paco Nadal

Paco Nadal es viajero-turista antes que periodista y culo inquieto desde que tiene uso de razón. Estudió Ciencias Químicas pero acabó recorriendo el mundo con una cámara y contándolo. Escribe en EL PAÍS sobre viajes y turismo desde el año 1992. Es también escritor y fotógrafo, colabora con la Cadena Ser, además de presentar series documentales en diversas televisiones.

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