Paco Nadal >> El Viajero

06 oct 2010

Última salida a los Balcanes

Por: EL PAÍS

MADRID-ESTAMBUL EN AUTOBÚS, DÍA 3

Desde Milán tomo un autocar a Venecia. Va lleno de estudiantes. Y desde Venecia otro a Trieste. Pero llego tarde. Por sólo diez minutos he perdido el único autobús diario que enlaza esta ciudad fronteriza con Ljubljana (léase Liubliana), la capital de Eslovenia.

El viejo Triestre destila literatura de la buena


Trieste es una de las ciudades más literarias de Europa. Es la ciudad de Svevo, de Rainer Maria Rilke, de James Joyce, de Claudio Magrís. Paseas por el puerto y sientes la presencia abrumadora de tantas páginas escritas aquí por tan selecto elenco. Pero quiero salir pronto de Trieste, quiero salir de la civilizada UE, donde todo es casi tan perfecto que nunca pasa nada.
Quiero llegar ya a los Balcanes. Así que decido que no me merece la pena perder un día para salvar los 150 kilómetros que me separan de la capital de Eslovenia y compro un billete para el tren que parte hacia Ljubljana a las 16.48. En él viajamos cuatro gatos. Después del bullicio de los transportes italianos, tanto silencio acentúa en mi interior esa percepción de tristeza y nostalgia que inevitablemente ataca a los viajeros solitarios al menos una vez en su recorrido. Por fortuna, la belleza de los bosques de haya y roble vestidos de otoño que cubren los Alpes Julianos dulcifica la travesía.
Siempre que viajo a una ciudad del ex-bloque del Este me asalta la misma sensación de dirigirme a un lugar triste, gris y melancólico. Con esa idea me bajo del tren en la estación de Ljubljana, pero apenas entro al vestíbulo de la estación el tópico se desvanece. La capital eslovena rebosa de gente joven, de ambiente callejero, de luces, de terrazas? Una vez en la calle, una patinadora casi me arrolla y veo gente en bicis por carriles especiales para las dos ruedas. Una ciudad donde la gente se desplaza en patines y bicicletas debe ser agradable a la fuerza.
La estación de autobuses comparte edificio con la del ferrocarril. Me aseguro de los horarios de mañana para Zagreb (tres enlaces diarios, pero todos muy temprano) y busco un hotel. Cuando salgo a cenar llega la verdadera sorpresa. Ljubljana, ?la amada? en esloveno, es una preciosidad de ciudad, una cajita de bombones ceñida por bosques de coníferas y un río que ata la ciudad vieja al cerro del castillo. Podría pasar por una miniatura de Praga. Aunque noviembre se barrunta ya en el horizonte la temperatura es primaveral y los restaurantes sacan a la calle mesas adornadas con velas en las que una multitud de gente joven ríe, bebe y charla.
Podría caer enamorado aquí, ahora mismo, en esta hermosa ciudad de nombre impronunciable.

Ljubljana, la capital eslovena, es una Praga en pequeñito

Hay 20 Comentarios

Felicitationes! La fotografía es fantástica![:D]

Paco, felicitaciones por recorrer esos bellos lugares, dan ganas de darse una vuelta. soy de Argentina y aquí las distancias son ennormes y...pocos trenes...ppor eso estamos acostumbrados a recorrer esas distancias en coche o autobús. Saludos y adelante

¡¡Llegué al día 3!! (con mapita en la otra ventana incluída)supongo que las películas yanquis han colaborado en mucho para que tengamos esa sencación de tristeza grisácea al pensar en los países de la Ex URRS (Green go home). Muy bueno esto de derribar tópicos. Algo me dice que este viaje, con patinadores y ciclistas, va a traer algo bueno, me está gustando como el del asia central (a ver si me pongo media pila y llego al dia 4)PD1: Seguramente nunca "pasaba" nada en la UE (Gracias Sarkozi por sacarnos del letargo)PD2: el haber dejado el autobús no es trampa, es sentido común

De momento me has dejado con ganas de ir a Trieste. Parece una de esas ciudades en las que hay fotos en cada esquina. A ver como sigue tu aventura en Ljubljana.

Es muy lindo recorrer contigo, sin moverme de casa, tantos lugares. Talo vez sin saberlo, utilizas ciertos giros poéticos que hacen grata la lectura. Oye, si ves algún monasterio muy muy viejo, visítalo de mi parte, total los monjes no hablan.R.M.M.

Eso es trampa, Paco, habíamos quedado en recorrer todo el camino en autobús. Creo que si te hubieras quedado toda la noche en la estación a esperar al próximo, algo te habría pasado.Reconozco esa sensación al acercarse a un país del "bloque", aquellos viajes de antes nos han marcado, supongo y no se ajusta a la realidad como cuentas de la capital de nombre impronunciable. Si es una Praga en miniatura ha de ser preciosa.Besos.

Hola Paco,No se si es más precioso el viaje o tus palabras que lo definen. Gracias por un viaje más desde la oficina.Un besito

Como te dicen pora ahí es trampa, pero lo de coger el tren respeta el espíritu del viaje, así que se acepta. Yo también he tenido esa sensación al ir a un país del Este de estar en "otra" Europa, pero, como con todos los tópicos, es difícil generalizar. En Varsovia sí se cumplió esa sensación previa, pero en ciudades como Budapest o Zadar pronto desterré ese prejuicio.

Interesante el viaje. Hace tiempo que contemplé volver a Rumanía en autobús. Aun no lo he hecho y si hago el viaje, creo que será en avión. Pocos días de vacaciones y muchas horas de viaje no son lo que busco... lo reconozco, me he aburguesado.Los pies de fotos son un detalle muy bueno, me han gustado mucho.

Hice un viaje parecido hace 26 años. En coche desde Madrid, atravesando el norte de Italia ( Milán, Verona, Venecia, Trieste) y entrando en lo que entonces aún se llamaba Yugoslavia, aunque hacía algunos años que había muerto Tito. Me sorprendió Ljubliana, porque ni siquiera había oído hablar de esta ciudad. Era bella, limpia, y deconocían totalmente el turismo, así que la gente era amable, acogedora y cariñosa. En un semáforo, frente al edificio de tu fotografía, un coche que estaba parado junto a nosotros, viendo que llevábamos un cartón de DUCADOS ( entonces fumábamos), nos pidieron un cigarro. Conocían nuestro tabaco, los equipos de fútbol, a Franco y el estadio Santiago Bernabeu ( esa era la frase entonces: llevábamos un coche con matrícula de Madrid (M) y nos decían: " Madrid, Real Madrid, Viva Franco y Santiago Bernabeu"). Eramos unos desconocidos y ellos para nosotros también. Luegon llegaron otras ciudades: Split,la maravillosa Zagreb, la costa dálmata, Sarajevo ( antes de ser destruida).... Un pais-paises con un toque "del este", pero sorprendentes.

Si vale pulpo como animal de compañía también vale hacer parte del recorrido en tren, claro que sí, el caso es seguir por tierra y seguir siendo un "overlander".Por cierto, lo de las palabrejas esas que hay que copiar para escribir el post a veces son ilegibles, o quizás soy yo que tengo que pasar por una óptica ya.Sigue contando.

(borthor Greven): Hoy, el 'gnomo' parece de 'El señor de los anillos'.......................Te leo y paso del acelere a la tranquilidad en un solo párrafo. Tienes prisas en unas ciudades y te enamoras en otras. ¡¡Cómo eres!!.Toda esa zona espero conocerla (no la conozco) cuando ya no haya amor entre mis vértebras, o no haya capacidad para el 'amor-enamoradizo' en mi espinazo.¿A que intuyes cuando será?.Un abrazo, 'enamoradizo-Paco'.

Si quieres "salir de la civilizada UE" tendrás que irte un poco más lejos de Ljubljana, ya que el país está en la UE desde hace 5 años y además usa el Euro.

Hola Paco ! eres triste por que estas en un pais del este, yo creo que entonce te equivocaste de ruta, que pretendes ver en un autobus , una fiesta, viaja entonce los fines de semana por la noche. Yo no lo se que rutas estas cojiendo para darte esa imagen de gente triste. Tu dises C.E. civilizados, yo creo que eres un tio que le gusta viajar o si no mira españoles en el mundo para que vea usted por ejemplo que en Asia donde pensamos que son menos civilizados que nosotros, son bastantes mejor que los europeos( la grande civilizacion) no todos los paises pero.......... por favor describe una imagen real no puedes juzgar un sitio solo por verlo un dia ...........etc. me gustaria saver tu opinion [email protected]

Estimado Ignacio: como se decía en el primer post de esta serie, esta narración no corresponde a un viaje actual. Lo hice hace varios años y entonces ni Eslovenia estaba en la UE ni los Balcanes habían cicatrizado las heridas de la guerra. Un saludo.

Me encantó la descripción que haces, tu percepción bien desarrollada. Ojalá puedas ver la película "La mujer con la nariz rota" del cineasta serbio Srdjan Koljevic que acaba de ganar el Festival de Cine de Zúrich, quizás te pasa un poco la melancolía con respecto a los países balcánicos, aunque probablemente con los años ya te habrá pasado esa sensación. Un abrazo,

¡Qué palabras más inspiradas, mi amigo! Me hiciste enamorar de esa ciudad a mí también. ¡Abrazos transoceánicos!

Eslovenia siempre me ha llamado. Tengo muchas ganas de ir. Un magnífico trayecto y mejor post.Saludos.

A Liubliana llegué yo en tren desde más al norte en Europa, después de chuparme todo un frío invierno y una lluviosa primavera. Todavía allí me rodeaban los bosques de coníferas europeos pero como dices, la ciudad ya olía a sol. Después de hacer lo mismo que tú, cenar y descansar antes de partir otra vez, monté en un tren pero con destino a Istria. La frontera serbo-croata estaba marcada por un control de aduana que nos obligó a bajar al andén maleta a cuestas y embutirnos en un trenecito chu-chú deun solo vagón pintarrajeado de grafitis En cuanto arrancó, me vi de pronto inmersa en parajes de encinas y campos de olivos. Era verano, hacía sol, el mar se atisbaba a lo lejos y el aire que entraba por la ventanilla rayada de aquel tren alimentaba el alma. Tienes razón Paco, esas sensaciones no se consiguen en el avión. Otra vez hice un viaje parecido con destino a Trieste (o Rijeja o Trieste se han copiado la una a la otra, no se cuál, pero son igualitas), y ni color.

RiJeka, antigua Fiume, que me había colado antes.

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Sobre el autor

Paco Nadal

Paco Nadal es viajero-turista antes que periodista y culo inquieto desde que tiene uso de razón. Estudió Ciencias Químicas pero acabó recorriendo el mundo con una cámara y contándolo. Escribe en EL PAÍS sobre viajes y turismo desde el año 1992. Es también escritor y fotógrafo, colabora con la Cadena Ser, además de presentar series documentales en diversas televisiones.

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