Me lo preguntaba mientras veía subir a un ritmo endiablado a los corredores de la Derby 3000, la única prueba del campeonato del mundo de esquí de montaña que se celebra en los Pirineos. Los periodistas que habíamos alcanzado a duras penas ese collado sabíamos que subían no porque se les notara el cansancio en el rostro, no. Lo sabíamos porque los veíamos venir de allá abajo, muy abajo, del fondo del valle. Luego llegaban a nuestra altura, nos pasaban como una exhalación y seguían sin parar ni un segundo a tomar aire hacia la cima de la montaña. ¿Eran humanos?
Las carreras de esquí de montaña consisten en superar un recorrido de alta montaña con esquís especiales (que ?agarran? cuando suben y se deslizan cuando bajan) salvando desniveles que a ti (que lees) y a mi (que escribo) nos cansarían solo de verlos. Este Derby 3000 de Gavarnie consistía en un recorrido de 16 kilómetros de longitud, subiendo y bajando montañas hasta sumar un desnivel total de 1.600 metros. Y aún hay otras más carreras más bestias: en el Mountain Attack de Saalbach (Austria) hay que completar 42,1 km (¡una maratón!) con 3.000 metros de desnivel acumulado y por la noche. Y lo hacen en 2 horas y 45 minutos.
Analicemos. Un ser humano normal caminando en llano hace una media de 4 kilómetros a la hora. Es decir, 4 horas para 16 kilómetros. Si a eso le pones que por en medio hay que subir una montaña por un lado y bajarla por el otro, volverla a subir y volverla a bajar y volverla a subir otra vez y volverla a bajar?. pues a ese ser humano normal, entre lo que me incluyo, se nos iría casi todo el día en la empresa.
¿Cuanto necesitó el italiano Matteo Eydallin, el ganador de la prueba?: una hora y 37 minutos. Si, no es un error: ¡¡97 minutos!! Una matada que habla de la forma física casi sobrehumana, la tremenda potencia y la capacidad de sacrificio de los corredores y corredoras de esta especialidad que ni sale en los telediarios, ni llena quinielas y ni hará nunca ricos a sus campeones.
En este deporte el 99% son amateurs, gente que compite por el placer de competir, por el placer de abordar la montaña de la manera más ecológica y deportiva que puedan. Un deporte de supermanes y superwomen, verdes.
Por cierto, que uno de los mejores de la especialidad es el español Kilian Jornet . Cuando pasó a mi lado iba el primero, pero en el descenso se cayó y tuvo que abandonar. No fue un resbalón normal: ¡se cayó por un precipicio de 200 metros! Los organizadores creían que se había matado. Pero ni un rasguño. Eso si, tuvo que abandonar y no puntuó para el campeonato del mundo.
En chicas la cosa fue algo mejor porque Mireia Miró entró en segundo lugar. Mireia es de Barcelona, tiene 22 años y vive y entrena en Los Alpes; es de las pocas que puede decir que se dedica a esto de forma profesional. La entrevisté cuando acabó la prueba y de cerca me pareció tan frágil y tan menuda que un mal viento se la podría llevar en volandas. Pero es dura como el pedernal: esta mañana también se cayó durante la prueba cuando iba en cabeza: se rompió la muñeca y aún así continuó y llegó segunda, a 2 minutos, de la vencedora, la francesa Laetitia Roux.
¿Hasta donde puede llegar la resistencia humana? No creo que lo sepamos nunca. Pero estos corredores de montaña deben de estar muy cerca. Me descubro ante ellos.
Más información sobre la carrera en la web de la prueba.
PD: sigo por lo alto de los Pirineos franceses, por eso no pude poner ningún post ayer lunes; mañana os cuento el sitio tan especial donde dormí.
Hay 10 Comentarios
Ah, ¿era cuesta arriba la cosa? ¡¡A la pipeta!! (Trad: ¡Caramba!)
Publicado por: Federico Gauffin | 26/01/2011 0:00:00
Gavarnie es el valle más fantástico de todos los Pirineos, Se lo recomiendo a todo el mundo.
Publicado por: Mir | 26/01/2011 0:00:00
ufff, me canso solo de verlos!!!
Publicado por: Anónimo | 25/01/2011 0:00:00
cada cierto numero de post me dejas literalmente con la boca abierta !.....estar ahi para contarnoslo me parece tambien una gran resistencia humana.
Publicado por: Tessie | 25/01/2011 0:00:00
Abrígate Paco!!!! me recuerda a la Salomon-Extreme en Alpes que cubrí hace ya unos años. Suerte que era verano... magnífica las fotos (especialmente la segunda). abrazos
Publicado por: Anónimo | 25/01/2011 0:00:00
Y como tu dices, por puro amor al arte. Yo he visto carreras de montaña y es impresionante, parecen animales (esto para mi es un elogio, aclaro), es algo así como una estampida.
Publicado por: Fri | 25/01/2011 0:00:00
Desde que practico un poco de deporte, me quito el sombrero ante cualquier deportista. Ahora entiendo que cualquier factor altere el rendimiento de uno de ellos. Y qué ganas de conocer los Pirineos. Nunca he ido y ya van varias "expediciones" fallidas. ¡Gracias por recordarme el destino!
Publicado por: Arabic | 25/01/2011 0:00:00
Mi recuerdo de Gavarnie es como tú lo has descrito: hermoso, tremendo, majestuoso circo. Acogió uno de los momentos "cumbre" en mi propia resistencia como "montañera". Ahora lo recuerdo con una sonrisa que entonces se me congeló allá arriba,c uando intentaba llegar hasta la arista del Vignemale, superada en cordada una ladera y un par de pasos que me tenían temblando, de frío y de miedo.Iba con mi club de montaña. El grupo quería superar la arista encordados, a horcajadas sobre las puntiagudas rocas de la cima del Vignemale. La noche anterior habíamos pernoctado a orillas de un río, justo antes de emprender la subida por la primera pendiente cargadita de nieve (hasta la cintura y sin raquetas, íbamos encordados y con crampones pero no habíamos previsto esa nieve). Soy de las que no duermen con ese dulce sonido del río...que yo no soporto al coger el sueño. Pasé la noche en vela. No es una excusa...simplemente, el miedo y quizá la falta de técnica o buena forma física pudo más. Dejé a mi grupo emprender la cima a horcajadas, volví sobre mis pasos.Me quedé algunas horas sola, lo que permitió que pudiera disfrutar del vuelo de aves que me acompañaron en mi momento de alivio, así como una familia de marmotas que me miraban curiosas. Y dormí en un refugio que creo que puede ser ese lugar misterioso que nombras al final...desde este refugio mi espíritu se recobró, ya no tuve ninguna vergüenza de admitir que me había dado la vuelta, que mi resistencia había conocido y aceptado sus límites y que ya no tenía ganas de sufrir más. El circo me devolvió la paz, con la espectacular vista desde el refugio de Sarradets a la majestuosa Brecha de Roland, al grandioso MArboré. Momentos que me han hecho más humana, al aceptar mi derrota y hacerlo en la paz de uno de los lugares más hermosos de la tierra, Gavarnie.
Publicado por: Anónimo | 25/01/2011 0:00:00
Bueno, no entiendo mucho del tema, pero una hora y media para hacer 16 km en la nieve es mucha tela, ¿no? Casi parece ritmo de ciclista subiendo el Tourmalet...
Publicado por: Anónimo | 25/01/2011 0:00:00
Y éstos no salen en todos los telediarios, ni anuncian aseguradoras o natillas. Yo también me descubro ante esas 'marcas' en nieve y subiendo y bajando. ¿Hasta dónde puede llegar la resistencia humana? Jeje... ¿a qué edad y en qué condiciones?Pero, aparte de competir, también hay otros disfrutes ¿no? Poder verlos, por ejemplo.Besos.
Publicado por: Anónimo | 25/01/2011 0:00:00