Paco Nadal >> El Viajero

26 abr 2011

Los piratas de mar beben ron; los de río, cognac (sigo de turismo fluvial por Francia)

Por: Paco Nadal

Mi barco-vivienda acaba de dejar el pantalán de Jarnac, en el curso medio del río Charente, en Francia (no sin añadirle alguna magulladura más a los protectores de goma que rodean la borda: uno no es un precisamente un viejo pirata habituado a estas faenas marineras del atraque y desatraque del turismo fluvial).

Pilotando la nave desde el mando de la cubierta me embarga una sensación de radiante libertad. El bosque de ribera desfila parsimonioso en ambas orillas, un sol cálido y amigable inunda la escena. Dos caminos de sirga bordean el río; por ellos veo pasar gente en bici, corriendo, caminando; la humanidad parece feliz esta mañana. Cada poco aparecen pescadores en la orilla que me hacen señas con la mano (al principio creía que me saludaban; luego me di cuenta de que mentaban a mi madre por pasar demasiado cerca del sedal; ya dije que lo de la marinería no era mi especialidad). Pero tranquis: poco a poco me voy haciendo con el control de la nave. Esto está "chupao".

Cognac esclusa

Al poco aparece la primera esclusa. ESCLUSA: la palabra mantra del turismo fluvial. La repites cien veces al día. Y la recuerdas de por vida. Si un río es navegable es porque está domesticado. Y se domestica mediante presas. Y para que los barcos superen esas presas hay que hacer esclusas. En algunos canales, como el del Midi, las esclusas son automáticas. Pero en el Charente son manuales y tienes que abrir puertas y escotillas a mano. Esta bien porque además de pegarte unas vacaciones cojonudas vuelves a casa con más musculatura en el torso y brazos que con la que saliste. En hacer la operación de la primera esclusa tardo una hora y cuarto, ¡un récord!; en días sucesivos voy bajando esa marca hasta dejarla en media hora; ¡no hay nada como la experiencia!. De todas formas, el bosque que rodea el río es tan hermoso, los prados tan verdes y bellos y el escenario tan cautivador, que casi haces la maniobra al relentí para disfrutar de cada segundo.

 

Cognac st Brice

Los chateau. Una de las cosas más agradables del turismo fluvial por los ríos de Francia es que cada cierto tiempo aparece entre las arboledas un pedazo de castillo que te provoca estertores de envidia y aplaudes en tu fuero interno que inventaran la Revolución Francesa. ¡Dios, que lugares! Este es el chateau de Saint Brice, uno de los más espectaculares del valle del Charente.

 

Cognac cena Cena romántica. Planee pasar la primera noche en un pequeño pueblecito llamado Bourg-Charente. Como no me dio tiempo a comprar viandas antes de la partida encargué al restaurante L'Esille que me llevaran al barco un pic-nic (un servicio que ofrecen a los viajeros fluviales). Y el dueño se presentó con unas bandejas de madera, una cubertería de lujo, una buena botella de Bordeaux y una cena caliente que preparamos en la cubierta de la nave, mientras el sol se acostaba sobre el puente de piedra de Bourg-Charente. ¡Solo por un momento así merecía la pena el viaje!

 

En el país de Cognac. El río Charente riega el país del coñac, la zona francesa donde se produce el brandy más famoso del mundo. El coñac se obtiene de la fermentación y posterior doble destilación de la uva ugni blanc, y como toda zona de vides, el paisaje de Cognac es de una perfección y belleza inimaginable. Aquí están las grandes bodegas mundialmente conocidas (Hennessy, Courvoisier...) y cientos de pequeñas bodegas familiares donde se produce un cognac artesanal que tiene el color del oro y la transparencia del ámbar. Era por tanto obligado atracar el barco una noche en Cognac, la capital de la región, y dar una vuelta por sus bodegas. La foto es del casco viejo de Cognac al atardecer.  

Cognac cognac

PD: muchos habéis preguntado por datos prácticos para realizar este viaje. Tengo previsto dedicar el último post de este viaje por Poituo-Charentes a esa información, con el dónde, cuando y cuanto.  

Hay 17 Comentarios

sobrar, lo que se dice SOBRAR no sobra nada pero mejor VEAMOS lo que falta...

Los que nos dedicamos al turismo fluvial podemos decir que todas las impresiones que esta teniendo Paco son ciertas y reales . Son "LAS VACACIONES INOLVIDABLES", sigue disfrutando que envidia me das

Vale Paco, me has convencido.

Con la rabia que me dan los franceses y menudo pedazo de país que tienen...

http://lamoradadelviajero.wordpress.com/

Realmente hagas lo que hagas consigues con tus relatos hacernos sentir,eres genial,un abrazo.

En España tenemos el canal de Castilla que cruza Valladolid, Palencia y Burgos. Es navegable, una joya del siglo XVIII pero la ineptitud de Junta de CyL , confederación hidrográfica y diputaciones impiden su uso turístico, excepto en unos pequeños tramos.

Ufff. ¡Qué cosas hacéis los viajeros expertos!. Eso si, del tonito humorístico y del 'cachondeíto' no te alejas.
Eres el mejor.
No sé, no sé, tengo mis dudas pero, sin duda (valga la redundancia o lo que sea), lo haces atractivo.
Un abrazo, canalla-fluvial.

Qué bueno Paco, llevo siglos rondando la idea de hacer la travesía que estás haciendo.
Tomo nota y te sigo, saludos.

Me gusta mucho la última foto... Dan ganas de sentarse allí

Hay......!!!!!!!!!!!! que placer, tu relato y las fotos, a medida que leia me preguntaba, donde, cuando y CUANTO!, espero anciosa la proxima entrega, creo que proxima a mi juvilacion, me regalarè ese viaje. gracias por dejarme compartir, el amor por los viajes. Cariños

Cada vez que leo me está gustando más. Ya sólo el título...los que somos piratas de tierra creo que nos gusta el ron y el cognac, jajajajaja!!

Magnífica velada con gran tranquilidad, vistas...genial!!

Saludos.

Ah, printemps!

Esto es vida....lo demas son comentarios. Sigue siendo libre y feliz, te lo deseamos todos.

Ayer te quise dejar un mensaje más extenso y no pude ingresar. Hoy te digo que todo es hermoso: las fotografías, los castillos, tu prosa tan límpida, la alegria que surge del post. Felicitaciones. Desde muy lejos, Rosa.

Por Dios, Paco. Fuerte envidia que me entra.

Me quedo con lo de la cena romántica. ¿No quedan ya escluseros que muevan las compuertas?

Quien tuviese un barco vivienda de esos para viajar por el mundo..despertar cada día en un puerto diferente y disfrutar..sin preocupaciones,con la sola preocupación de descubrir cada día algo nuevo..que envidia!!

Menudo boat trip más bonito que te estás pegando. Como se enteren los de hollywood de este tipo de viajes seguro que sacan alguna película

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Sobre el autor

Paco Nadal

Paco Nadal es viajero-turista antes que periodista y culo inquieto desde que tiene uso de razón. Estudió Ciencias Químicas pero acabó recorriendo el mundo con una cámara y contándolo. Escribe en EL PAÍS sobre viajes y turismo desde el año 1992. Es también escritor y fotógrafo, colabora con la Cadena Ser, además de presentar series documentales en diversas televisiones.

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